Caricias inesperadas que vienen de Steve, secan cada lágrima sobre mis mejillas.
Qué grata es su cercanía, me hace ignorar todos los colores que se perdieron durante el día, para ofrecerme unos completamente nuevos.
—Este abrazo... ¿Qué significa? —pregunto fascinado.
—Significa que no tuviste un buen día, pero yo quiero mejorarlo.
—Steve...
—Ryder.
—Dime que no estoy soñando —suspiro—. Por favor.
—Mejor, tú dime si estoy jodidamente sensible como para abrazarte.
—Creo que sí —le respondo—, pero no dejes de hacerlo, Gafas rojas.
—Qué necio eres —masculla con cierta ternura—, ya deja de llamarme así.
—Gafas rojas —insisto con el apodo.
—Quarterback, mírame.
Lo miro, él se separa tan solo un poco de mí.
—Vamos a mi habitación —dice de pronto—, te prestaré una pijama.
—Um —murmuro un poco avergonzado—. Ya tengo pijamas en mi habitación, gracias de todos modos.
—No, ven conmigo... —susurra en mi oído, provocando así un cosquilleo en todo mi cuerpo.
Corremos hacia su habitación, sin preocupaciones.
Él cierra la puerta, ambos nos apoyamos sobre la misma.
—Ryder, ya no me puedo resistir... —se lanza sobre mí, y besa mis mejillas.
—Yo tampoco —beso su cuello—. Esto... esto me gusta.
—Oye... —rodea mi cintura con sus brazos, sin timidez—. Tengo algo que preguntarte.
—Dilo.
—¿Me besarías?
—Besarte... —musito maravillado ante su pregunta.
—Sí Ryder, bésame.
Antes de responder, decido perderme en esos ojos color avellana, siempre tras las gafas.
—Te besaría.
—¿De veras? —dice Steve sonriendo ligeramente.
—Sí, de hecho serías mi primer beso.
—¿Quieres que lo sea? —suelta esa pregunta, y a la vez acaricia mi barbilla.
—Creo que nada me haría más feliz.
—¿Relativamente? —me cuestiona.
—Sí, Gafas rojas, relativamente.
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Amor de Quarterback
Genç KurguRyder Owen podría ser el sueño de muchos, pero ni siquiera es la realidad de pocos. Y no es porque el chico carezca de encanto, sino porque a su puerta no ha llamado el amor. Es como si el destino, no se viese seducido por esos ojos azules que irrad...