Narrado por Steve
¿Quién no desea vivir un romance, como esos que sólo entre páginas de muy buen aroma se pueden encontrar?
¿Quién no desea ser besado profundamente, por un chico cuyo encanto provoca considerar si se ha escapado de un libro?
¿Qué chico nerd no desearía un momento de gloria, al ser nombrado rey del baile, junto al capitán del equipo de fútbol?
Ese nerd, soy yo. Steve Elliot Pratson, y no deseo más nada de lo anterior, porque con Ryder Owen, he encontrado todo.
Anoche, de nuevo le abrí las puertas de mi vida, para que voluntariamente se complicase la suya. Porque lo complejo nos encanta a ambos; él a menudo me lo dice, aunque yo de mil formas lo argumente.
Ya que hablo de la noche anterior, quisiera mencionar esa posibilidad que siempre anhelé, y que vi arrebatada por culpa de una broma pesada, pero que luego Ryder —con su eterno girar en torno al romance— hizo posible.
Aunque primero lo primero: eso de tomar juntos una ducha. Y sí que era necesario. Mi traje favorito —el marrón— estaba completamente arruinado, mientras que la ropa de Ryder, había sido alcanzada por salsa de tomate, con tan solo ofrecerme su cercanía.
Dentro de la ducha, el momento fue un poco raro, porque desde aquel momento íntimo en un campamento, no contemplábamos el arte de nuestros cuerpos desnudos.
Asimismo fue divertido, aunque no recurriésemos al sexo, solo a sus caricias, mis risas, y un jabón barato con aroma a limón.
Luego, supe que el Quarterback venía preparado. Ryder traía muchas cosas en su maletín cilíndrico, no solo para pasar la noche en mi casa, sino para devolverme todas esas posibilidades que se vieron rotas en el Rincón Polícromo.
Toallas limpias, ropa de dormir, un par de jockstraps; eso era un poco de lo que traía. Incluso, yo quise acercarme al maletín para mirar lo demás, pero Ryder repentinamente se puso nervioso, así que preferí respetar su espacio, aun teniendo el chance de iniciar un debate.
—¿Tienes papel y tijeras? —Fue lo que me preguntó de pronto.
Tras cuestionarlo, fui a mi habitación para buscar lo que me pedía, y aproveché para ponerme un jockstrap que saqué del cajón repleto, que él mismo me había obsequiado.
De camino a la sala de estar, me detuve en el pasillo. Frente a esa habitación que Ryder solía ocupar, antes de todo lo ocurrido en Camp Chromatic.
Vino a mi memoria aquella noche en la que perdí un libro, además, las horas posteriores, cuando regresé a la ciudad, y mi compañero de residencia se mudó, sin realmente poner un pie aquí, porque fue su chofer quien vino por todas sus cosas. Era obvio que Ryder no vendría personalmente, yo mismo le pedí que se alejara. Sin duda una estúpida decisión que ahora se queda en el pasado, pues el Quarterback vuelve a estar junto a mí.
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Amor de Quarterback
Teen FictionRyder Owen podría ser el sueño de muchos, pero ni siquiera es la realidad de pocos. Y no es porque el chico carezca de encanto, sino porque a su puerta no ha llamado el amor. Es como si el destino, no se viese seducido por esos ojos azules que irrad...