capítulo quince

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Las sabanas eran suaves para ambos cuerpos que se encontraban dormidos plácidamente en la elegante cama King zice, el despertador ni siquiera interrumpió su merecido descanso después de ajetreados días, una pila de trabajo y una montaña de emociones.

Kim Namjoon gruño por lo bajo cuando de un momento a otro sintió un peso extra sobre su cuerpo y se obligo al abrir los ojos para encontrar la imagen más bella, pero a la vez con un toque de erotismo impregnado en la escena. Su amado se encontraba a horcadas, sentado firmemente en su torso, sabía que había despertado hace poco pues su cara estaba en cierto punto hinchada al igual que sus rojizos labios que con un puchero pedían ser besados, su cabello estaba alborotado de manera graciosa y tallaba su ojo derecho con insistencia tratando de abrir correctamente ambos.

—Buenos días amor— Namjoon no pensó ni un minuto mas y dejo un casto beso en los labios del contrario sin importarle el aliento mañanero— ¿Pasa algo Seokjin?

Seokjin asintió mientras su rostro se tornaba mas rojizo de lo que era, abrazo al cuerpo mayor mientras se ocultaba en la curvatura de su cuello y dejaba besitos por todos lados, el rubio abrazo el pequeño cuerpo hasta que comenzó a sentir incomodidad en su parte baja por parte de el movimiento sutil de caderas que el castaño mantenía, iba a preguntar nuevamente que sucedía hasta que escucho el jadeo del menor y sonrió traviesamente.

— Ya veo que es lo que tiene mi príncipe...

Había murmurado, como si fuese un secreto, en el oído contrario con un tono mas sensual que no ocupaba para nada con el menor, a decir verdad, estaba sorprendido con la valentía de Seokjin para hacer tales acciones, normalmente era un poco cohibido y era normal, toda su vida vio al sexo como una de las peores formas de tortura o castigo que tenían preparadas para el y Kim Namjoon tomo el reto de enseñarle a su amado a disfrutar, decir que le tomo bastante tiempo y dinero invertido en terapeutas para hacer superar ese terror a Seokjin fue duro, el no se rindió, por supuesto que no, Seokjin había sufrido mucho y él lo amaba, tendría la paciencia suficiente si era por su pequeño.

El rubio intercambio posiciones dejando a Seokjin debajo, ataco sus labios con parsimonia tratando de distraerlo mientras quitaba aquellas prendas que le intervenían en tocar la suave piel de su niño, Namjoon estaba acostumbrado a ser suave con Seokjin si de intimidad se trataba, el solo hecho de pensar que podría dañarle le era imperdonable.

Sus labios bajaron mas y mas hasta llegar a cierta parte que el más pequeño intento ocultar con vergüenza, sin embargo, Namjoon separo más sus piernas y le miro a los ojos con una sonrisa, que mas haya de la lujuria del momento, demostraba amor y tranquilidad.

—Eres la pieza de arte mas bella de este mundo mi amor, no necesitas esconderte de mí nunca más.

Ambos cuerpos se encontraban sin prenda alguna que les cubriera de su desnudez después de aquel acto de amor, como le llamaba Seokjin, por irónica de la situación se encontraban viendo películas infantiles mientras el cuerpo de Seokjin estaba recostado en el mayor, disfrutando de los mimos y las caricias que de vez en cuando le hacían suspirar, tal vez Seokjin psicológicamente tuviera la edad de un infante, pero sus necesidades ya eran las de un adulto joven.

— Creo que mi príncipe necesita un baño ¿no? — Había comentado Namjoon, pues el menor odiaba sentir su cuerpo pegajoso, aunque, a decir verdad, ambos estaban completamente cómodos en la posición en la que se encontraban.

— Baño ¡Baño! Nammie por favor cárgame, cárgame

— Pequeño niño consentido.

Y aun así lo cargo, entre risas cosquillas y besos por toda la extensa y tersa piel que su acompañante tenia, al llegar a la gran tina decidió por fin bajar a Seokjin quien espero como un niño por un nuevo juguete, pocas veces eran las que se podían bañar juntos y el menor amaba esa sensación de calidez que el cuerpo contrario le brindaba.

Después del extenso baño, juegos y toques decidieron que era prudente comer algo, así que pidiéndole al room service sus mejores platillos, degustaron de una excelente comida aunque Seokjin termino por tirar su jugo de uva- por accidente- temiendo ser regañado, Namjoon solo le miro y suspiro tratando de limpiar la mancha de el suelo, aun así, rió a carcajadas por como Seokjin miraba su camiseta también manchada y decidió cambiársela por otra mas cómoda y seca. El menor era bastante torpe y, aun así, amaba cada virtud, cada "defecto"-si es que se les pudiera llamar así a alguien tan hermoso como lo era su pequeño- o cada parte que su amante tenía para darle.

Luego de la comida el castaño sostenía bastante energía por cierta azúcar ingerida gracias al postre, y jugaron desde cosas meramente infantiles, juegos de mesa y uno que otro que Namjoon había pensado solo para entretener a su chico. Eso hasta que Seokjin encontró algunas estampas que en su maleta había guardado para colocarlas en todo el rostro de Namjoon, quien se encontraba derrotado entre unas sabanas en el suelo junto con agradables cojines que habían puesto para estar mas cómodos.

— Eso es injusto, tú no tienes ninguna estampilla— Hablo un cansado Namjoon sin abrir siquiera sus ojos.

Seokjin rio y se tiro encima del gran cuerpo que solo dio un pequeño quejido antes de cargarlo y poner la cabeza de su chico en su pecho, para estar cerca uno del otro—Es porque yo soy el artista.

Namjoon solo murmuro algo que no se pudo comprender antes de que Seokjin comenzara a dar besitos por todo el rostro del mayor, hasta que el rubio tomo sus labios y comenzó un profundo pero lento beso que le hizo sentir mariposas en el estómago, al momento que se separaron Seokjin solo alcanzo a murmurar "gracias"

Namjoon por fin abrió los ojos y miro confundido al menor que tenia sus grandes ojos cristalizados y se preocupo de inmediato, pero antes de que pudiera continuar los dedos de Seokjin le detuvieron en señal de que guardara silencio.

—Gracias por salvarme y protegerme cuando pensaba que yo me iba al cielito junto con mi mami, gracias por cuidarme y comprarme cosas bonitas, y peluches, gracias por los besitos cada día, gracias por todo Namjoonie, gracias por no cambiarme.

Namjoon podría llorar con solo escuchar esas simples palabras salir de su pequeño, acaricio sus mejillas con amor y murmuro— yo soy el que debería estar agradecido, eres como un ángel que apareció para iluminar mi vida con tus sonrisas, para calentar mi corazón con tus besos y traerme esa paz que jamás creí encontrar. Escucha bien mi vida, por nada del mundo podría reemplazar el mayor tesoro que la vida pudo otorgarme, eres lo mas preciado que tengo y el solo hecho de pensar en no tenerte me duele tanto, quédate a mi lado toda la vida amor mío, merecemos ser felices.

Seokjin lloro, pero no de dolor, sino que las palabras de él mayor le habían provocado un revoltijo en su estomago y una sensación de calidez como la primera vez que Namjoon le pidió que viviera en su casa.

Lo único que pudo hacer fue aferrarse al cuerpo contrario y besarle, podría besarlo la vida entera. Podría entregarle el corazón la vida entera.

Me salió horrible, pero tienen su pequeño fluff namjin que se me ocurrió, espero que se acuerden de esta historia que tiene mucho no actualizaba, problemas de salud y emocionales, perdón amores.

Como spam, vean mis tres historias nuevas, dos jookyun y una namjin igual, están en mi perfil.

Nos vemos pronto (ahora sí) Los amo mucho mucho.

My Good Boy •NJ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora