CAPÍTULO 8

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Daryl en la foto^^

DARYL

Decir que mis manos me dolían era más bien decir suavemente que parecían caérseme de un momento a otro. Me quemé varias veces con la maldita resina con la que hice el rubí de la parte trasera del espejo además de tener que trabajar sobre el soporte donde lo encajaría. Estudié cuidadosamente el boceto que Ruby me había dejado en el taller y debía de decir que la pieza era muy difícil de reproducir, de hecho, de las más complejas que había podido hacer.

En cuanto al soporte, tuve que hacerlo con metal que pudiera soldarse con el soplete que había a mi disposición. Desde luego aquella mujer no escatimaba en tener lo mejor.

¿Cuántas veces había mandado a hacer una réplica de algún objeto que pensara robar y cuanta gente trabajaba para ella? A pesar del aspecto imponente de los guardaespaldas de Ruby, ellos la miraban con un cierto temor mezclado con respeto. No sabía qué había hecho en esta vida para conseguir tales favores, pero desde luego ella era más extraordinaria de lo que ya de por sí aparentaba.

Miraba como el rubí iba solidificándose ate la luz ultravioleta de la lámpara bajo la que estaba. La resina comenzaba a curarse y el tono rojizo se hizo más claro, revelando la tonalidad exacta al boceto original.

Poco a poco, mi esperanza de dormir en una cama iba volviendo a mí. No es que me disgustara mi trabajo, pero realmente no me apetecía trabajar bajo la punta de una pistola en mi sien. Mientras que permanecía atento ante la imagen de ese espejo, una voz sonó por los altavoces:

-Señor Ortega, su cena se servirá en una hora. Si ha terminado por aquel entonces, la señorita Ruby le dejará dormir en el cuarto de invitados que tiene asignado.

-Oh eso sería estupendo amigo, voy a ponerme las pilas de nuevo para poder salir de aquí cuanto antes.

Sin añadir más, aquel tipo se marchó y yo me quedé mirando a mi alrededor con resignación. Era hora de terminar de construir la base del espejo ya que el rubí ya estaba casi listo. Debía de usar una pintura tan similar a la imagen que apenas se notara diferencia. Además, no podía usar los pinceles porque se notarían los trazos así que usaría una pintura especial en spray con efecto satinado para que brillase. En cuanto al rubí, una vez seco, debía de pulirlo para acentuar las caras del mismo, eliminar defectos y darle el brillo extra que necesitaba.

Miré el reloj de pared que marcaban las nueve de la noche. Había pasado casi todo el día allí dentro y el cansancio comenzaba a sentirse, solo esperaba que aquella mujer cumpliera su palabra y que pudiera terminar mi trabajo por el bien de mi espalda. No apreciaba la dureza ni la frialdad del suelo, yo era de cosas suaves, tersas y calientes.

RUBY

Cuando abrí los ojos me encontraba en la cama de mi dormitorio vestida con uno de mis pijamas. El recuerdo de la visita de Jake me hizo volver a cerrar los ojos y sentir vergüenza de mí misma.

Hacía mucho tiempo que no me derrumbaba así y cada vez que me ocurría me sentía tan pequeña e inferior que lo odiaba. Odiaba mi fragilidad porque eso significaba que tenía puntos débiles que pulir en el peligroso mundo donde yo pertenecía.

La decisión de cambiarme el nombre y el apellido era algo que llevaría a cabo en Londres cuando me marchase en busca del espejo. Una vez allí, mientras que Daryl se encargaba de suplantar un espejo por el otro, yo aprovecharía para hacer unas llamadas y así conseguir desde los pasaportes hasta mi carnet de identidad.

Además de ello, iba a cambiar de imagen para no ser demasiado reconocible. Mi cabello moreno y corto iba a ser a partir de ahora rubio y largo gracias a una maravillosa peluca que me haría parecer otra persona.

Esperaba que Daryl no tardase demasiado en desempeñar su trabajo porque el tiempo apremiaba. En tan solo tres días, la pieza se expondría en el museo y la gente iría en masa a verla, momento perfecto para usar la confusión y hacer una cortina de humo haciendo el cambiazo.

Con la cantidad de personas que allí habría, la seguridad se doblaría en la sala de exposición, disminuyendo así la vigilancia en el resto de salas y en la entrada. No sería difícil entrar de incógnito, lo que sería difícil sería quedarse en el museo hasta la hora del cierre sin ser detectados.

Además de ello, necesitábamos saber dónde se encontraba la sala de cámaras de seguridad y los turnos de vigilancia de los que allí trabajaban, por lo que tenía mucho que hacer para seguir tumbada sin hacer nada.

Me levanté lentamente poniendo los pies en el suelo. los ataques de ansiedad que a veces sufría me dejaba bastante débil por unas horas, pero nada que no pudiera arreglar una buena cena.

Quedaban pocos minutos, por lo que aproveché para adecentarme un poco, darme un baño y elegir un atuendo menos informal. No quería dar el aspecto de cercanía con aquel imbécil y más sabiendo el tipo de hombre que era.

Debía de evitar cualquier acercamiento y ponerle las barreras claras, aunque su cabezonería rivalizaba con mi mal carácter. No tenía demasiada paciencia, pero Daryl agotaba la poca que tenía irremediablemente.

Probablemente, patearía su trasero de ególatra tantasveces que desgastaría la punta de mis zapatos.   

Una vez en el baño, preferí darme una ducha para así tratas de tardar lo menos posible. No era demasiado tarde por lo que podía al menos hacer la primera parte de mi plan. Uno de mis hombres iba a infiltrarse como agente de seguridad tras recibir un currículum falso mandado por un correo electrónico imposible de localizar. Una vez mandado, el ordenador sería desechado en un lugar seguro además de que las identificaciones serían completamente falsas.

El director del museo recibiría el impecable currículum y lo aceptaría sin pensar ya que en esos días se necesitaba personal extra y eso lo sabíamos bien gracias a la bolsa de trabajo. Una vez aceptado, él marcharía haciéndose pasar por el nuevo empleado y averiguaría todo lo que pudiese sobre la sala de cámaras y los diferentes ángulos muertos de cada parte del museo.. El plan era perfecto y no corríamos riesgos siempre y cuando la réplica pasara desapercibida el mayor tiempo posible para poder huir del país sin levantar sospechas. En cuanto a la huida, lo haríamos en mi jet privado para evitar aeropuertos y así que pudiéramos ser descubiertos con mayor facilidad.

Respiré hondo y me sequé con rapidez, eligiendo unos vaqueros y una blusa sin escote. Tras colocarme una coleta, bajé las escaleras para dirigirme al comedor. Tras entrar, vi como Daryl estaba sentado a la mesa con una sonrisa de idiota en la cara y las piernas completamente estiradas en una posición de pasota arrogante.

Me saludó con un guiño y yo apreté los puños mientras imploraba que se acabara mi suplicio:

-Mi querida jefa, he terminado el trabajo así que merezco una buena recompensa. Aunque desearía un besito de agradecimiento con una cama me conformo.

Solté una risa irritada y me acerqué a él a paso seguro. Señalándole con el dedo, le dije amenazante:

-Cuidado con lo que hacer y dices Ortega; soy venenosa. Quizás has hecho un buen trabajo pero eso no quita que debas de tratarme como tu superior, ¿Queda claro?

-Como el agua cristalina y el brillo de tus ojos.

Desvié mi mirada a la mesa viendo aquel espejo perfectamente acabado. Y por mucho que me pesara admitirlo, aquel cabrón era un maldito genio.

Clever than Ever(Is It Love?Daryl)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora