CAPÍTULO 32

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RUBY

De nuevo estaba entre las manos de Daryl, pero esta vez no tenía demasiada escapatoria. Daba igual si corría al piso superior y me encerraba en algún lugar; conociéndole daría la forma de poder llegar hasta a mí.

Y para colmo como si de una aparición divina se tratase, Korovin y Matt se marcharon con suma urgencia para comprar los arreglos necesarios para hacer la comida para todos. Todo eso me olía a cuerno quemado: era por seguro una conspiración urdida bajo la manga de Edward.

Sabía perfectamente que desde la muerte de su hijo hacía ya cuatro años, él deseaba que fuera feliz con otra persona. Ya tenía más de treinta años y de eso se encargaba de recordármelo el maldito a cada momento.

Aunque ya no nos unía parentesco, él actuaba como si no hubiera dejado de ser mi suegro, aunque, si era más precisa, parecía una mezcla de padre y mentor.

En resumidas cuentas, él lo había sido para mí.

Mis padres fallecieron cuando contaba con unos 15 años de edad aproximadamente. Mi hermano Jake por fortuna era mayor que yo varios años y ya había finalizado su preparación militar. Desde sus muertes, mi hermano se encargó de mí lo mejor que pudo ya que, en algunas ocasiones, tenía que irse por unos meses y yo debía de cuidarme como buenamente pudiera. Dejaba dinero suficiente para administrarlo hasta su vuelta, o sea que nunca fui una chica que gastaba su dinero en ropa o en libros.

Pasé la mayor parte de mi vida contando cada moneda y ahorrando en cada cosa que tuviese que comprar. Los útiles de la escuela eran en su mayoría dados y, en algunos casos, los recogía de contenedores donde muchas papelerías tiraban sus artículos por no tener el aspecto que sus clientes deseaban. Todo ello me hizo tener una visión de la vida diferente a las adolescentes de mi edad, me hizo madurar antes y a dar gracias cada día por lo que tenía.

En cada ocasión que Jake salía por la puerta, el temor de que me lo devolviesen dentro de una caja de pino o severamente lesionado, era algo que me levantaba la piel cada momento, sobre todo en la noche. Por esa razón, cuando él me llamaba por teléfono para decirme que volvía, tomaba más dinero de lo normal para hacer una buena compra y cocinar algo lo suficientemente especial para su vuelta. Generalmente, cocinaba dos buenas pizzas caseras con ingredientes de buena calidad, usando la mejor marca de tomate y queso de la tienda de comestibles para que tuviera el mejor sabor posible. De postre compraba arreglos para hacer una buena tarta de queso y como no, la mermelada la compraba en una tienda en la que cada día, venían botes provenientes de granjas locales.

La fiesta de bienvenida se alargaba hasta bien entrada la noche, donde ambos tomábamos chocolate con galletas y veíamos la tele hasta casi el amanecer. No me importaba que al día siguiente fuera a la escuela con un aspecto del demonio; mi hermano estaba en casa y eso era lo más importante para mí.

Y aunque siempre estuvimos muy unidos, nos distanciamos bastante cuando me mudé al campus de la universidad donde me licencié en Arqueología y Lenguas Muertas. Allí fue donde mi vida cambió drásticamente sin saber que, unos cuantos años después, la persona que hacía temblar mi mundo, me haría temblar llena de pena y soledad.

Cuando falleció Edgar, mi hermano se mudó más cerca de mí a pesar de que ya estaba casado y su mujer probablemente no lo aprobaría. Ella estuvo molesta con él durante mucho tiempo hasta que Jake le contó por lo que pasamos en nuestra infancia y las razones por las que él deseaba estar cerca de mí. se puso en mi lugar y comprendió que le necesitaba.

Cuando comencé las terapias, él estuvo conviviendo conmigo como en los viejos tiempos. Eso casi le cuesta el matrimonio y yo lo comprendía.

Pero no podía obligarle a no cuidar de mí, no podía cerrarle las puertas de mi casa cuando él siempre había estado ahí para mí. él deseaba ayudarme y lo mejor que podía hacer era curarme cuanto antes para liberarlo de su carga. Pero nunca me recuperé y, desde entonces, siempre debo de dormir bajo el efecto de somníferos.

Hacía un buen tiempo que no sabía de él por culpa de su trabajo. La información de Korovin con respecto a la llamada que se hizo en la mansión y que no fue identificada, me daba que pensar que quizás era Jake el que quería hablar conmigo al no poder llamarme a mi teléfono móvil.

Y como siempre, no le iba a dar mayor explicación que simplemente había cambiado de número. Porque si él sabía que alguien deseaba darme caza y que era el mismo que mató a Edgar, él mismo le pondría las manos encima a Ákseli y no terminaría precisamente bien.

Mientras que pensaba en todo aquello, la mirada de Daryl se metía en mi interior con maestría con sus brazos como soporte. Quería salir corriendo, pero era como un muro de hormigón: imposible de derribar.

Sus ojos castaños llameaban, eran como el chocolate a la taza que deleitaba aquellas madrugadas que tanto me gustaban. Era embriagador y no se me había olvidado el encuentro que habíamos tenido unos minutos atrás, con la gran diferencia de que ahora estábamos solos.

Y por seguro por mucho tiempo.

La boca de él descendió hasta uno de mis oídos, susurrándome el plan que tenía en su pérfida mente:

-Voy a decirte lo que vamos a hacer a continuación: Tú y yo vamos a poner la mesa de forma adecuada tal y como Korovin nos dijo. Cuando todo esté en su lugar, vas a derretirte en mis brazos como caramelo al sol y no vas a negarte a ello porque siento el aroma de tu excitación a mi alrededor. Puedo escuchar tu pulsante sexo sin necesidad de tocarlo y no, no niegues lo ardiente que estás porque ya te has mentido demasiado a ti misma durante mucho tiempo. Y aunque corras, voy a dar contigo así tenga que arrancar cada puerta de esta mansión. En caso de que ellos vuelvan antes de haberte hecho el amor hasta dejarte extasiada en la cama, iré a por ti aunque sea dentro de la cabina de baño del barco turístico y tus gritos se escuchen por todo el barco, ¿Has entendido, querida jefa?

No pude contestarle a tal cosa; me había dejado temblorosa, aprovechando mi estado de shock, él me soltó y pude tocar el suelo con mis pies. Comenzó a bajar toda la cubertería para que la fuera colocando en la gran mesa del comedor y yo, como si mi corazón me hubiera abandonado, estaba debatiéndome entre soltar todos esos platos y pegarme a su piel o bien tardar lo máximo posible para que Korovin y Matt volvieran antes que Daryl llevara a cabo su plan.

Pero como él decía y yo le creía: no había lugar donde esconderse si deseaba hacerme suya.

Clever than Ever(Is It Love?Daryl)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora