CAPÍTULO 25

107 15 1
                                    


RUBY

Corrimos en línea recta hacia debajo de la calle sorteando a los bienandantes que paseaban alegremente una mañana de fin de semana. Se les notaba en sus rostros el gran alivio y el descanso de saber que no iban a trabajar, pero yo ni siquiera sabía si volvería viva a mi cómoda mansión.

Korovin a pesar de su edad, corría más delante de mí con gran agilidad. A pesar de que me encontraba mejor, mi herida de vez en cuando palpitaba bajo mi ropa.

Pero eso no podía detenerme y menos ahora que habíamos logrado salir sin ser vistos.

-Está todo despejado, pero tenemos poco tiempo: en treinta segundos tenemos que llegar al final de la calle.

- ¿Qué ocurrirá en treinta segundos? -Le pregunté completamente exhausta de correr a todo lo que daban mis piernas. Pero como suponía, Edward no iba a contestarme.

En respuesta él apretó el paso corriendo más aprisa. Justo cuando llegamos a la sombra del árbol, un coche a toda velocidad vino hasta nosotros. Los cristales tintados no me permitían ver el interior, pero al abrir la puerta, la inconfundible cara de imbécil de Daryl, me dio en las narices.

-Qué alegría tan inmensa verte de nuevo, querida jefa.

Bufé mientras me acomodaba entre los dos hermanos. Korovin se sentó en el asiento del copiloto guiando a Eduardo dando instrucciones precisas. Yo no podía sentirme precisamente en mi salsa teniendo a uno de ellos mirándome intrigado y el otro babeando a mi lado, ¿Cómo era posible que dos hermanos gemelos fueran tan diferentes?

Matt seguía completamente callado, de hecho, desde que vino a la mansión apenas había abierto la boca. Se le notaba muy resentido conmigo y comprendía en cierta forma las razones; en cierta forma tanto a él como a su hermano los estaba obligando a trabajar para mí en contra de su voluntad. Pero a diferencia de él, Daryl comenzaba a gustarle trabajar para mí, sobre todo para joderme a cada momento que se le pudiera presentar la oportunidad.

- ¡Oh vamos hermano, alegra esa cara! Nos vamos de aventuras-Exclamó Daryl alegremente. El rostro de Matt se volvió más tenso y, por la comisura temblorosa de su boca, estaba a punto de soltar todo lo que tenía dentro. Tras cerrar los ojos para, quizás, respirar hondo y relajarse, finalmente habló:

-Al menos yo no le tiro galgos a la que me ha obligado a hacer esta mierda de trabajo.

- ¡No me rompas las bolas Matt!¡Ya sabes quién de los dos pega más fuerte!

En menos de una fracción de segundo, Matt se abalanzó contra su hermano como una pantera se lanza a por una gacela indefensa. Era hora de enseñar disciplina en aquella guardería de niños de teta.

- ¿En serio os estáis peleando en plena misión? ¿Acaso no os dais cuenta lo peligroso que es lo que estamos haciendo?¡No conocéis a Ákseli pero yo sí y demasiado para mi gusto! -Les grité a ambos mientras que tiraba del brazo de Daryl para devolverlo a su asiento.

Tras el incidente cuando rescatamos a Edward, mi vida ya de por sí peligrosa, había tomado un nuevo color. El saber que seguían tan de cerca mis pasos me hacía sospechar que Ákseli quisiera acabar conmigo de una forma limpia y sin pruebas como hizo con mi marido y, probablemente, con el padre de los hermanos Ortega.

Pero yo no era de revelar mis fuentes, ni mucho menos mis divagaciones, porque la información es algo que siempre vale oro y puede devolverse en tu contra.

La voz de Edward interrumpió aquella rencilla que parecía cada vez volverse más seria. Su voz parecía preocupada.

-Han avistado a alguien merodeando por los alrededores de la mansión; probablemente hombres de Ákseli que están vigilando que no salgamos.

-Es buena señal que hagan guardia porque entonces no se dieron cuenta que salimos-Dijo Daryl pero Eduardo, tenso al volante, dijo algo que cayó como una bomba:

-O bien sí que lo saben y saben que están siendo vigilados. De esa forma podemos confiarnos y así dar un paso en falso. Bajo ningún concepto ninguno de tus contactos debe de hacer algo extraño en la mansión, Korovin.

Iba a ser complicado si había muchos de sus hombres en cada rincón de los alrededores de mi casa, pero no íbamos a exponernos con tipos como ellos. El plan seguía en marcha y teníamos buenos refuerzos de nuestro lado apestiñados en mi despacho y alguno en la puerta de mi dormitorio. Si había algún tipo de cámara o micrófono en algún lugar, ellos, genios de la informática, lo encontrarían seguro.

Korovin asintió ante lo que dijo Eduardo y éste apretó el acelerador para darse más prisa. El caso era que no tenía ni idea de donde se encontraría el helicóptero que nos llevaría al museo de Londres y el caso era que, aunque le insistí mucho, Korovin no me dijo absolutamente nada.

-Son más de once mil kilómetros de distancia desde donde estamos a Londres, en concreto, son trece horas de viaje. En un principio pensé en ir en barco, pero además de tardar más, los puertos están más controlados. El helicóptero donde vamos es mío propio, yo lo pilotaré y aterrizaremos en el helipuerto de una de mis casas que tengo en Irlanda. Desde allí, tomaremos un barco turístico donde iremos con identidades falsas para que no nos detecten. Cuando lleguemos a mi casa de Irlanda, allí nos pondremos nuestros disfraces y os daré vuestras nuevas identidades. Todo estoy seguro que saldrá a pedir de boca.

Un sonido de admiración salió de la boca de Daryl; estaba claro que no sabía hasta qué punto Korovin era asquerosamente millonario. Yo si tenía una idea porque estuve casada con su hijo, pero todo lo que tenía de buena billetera lo tenía de ser alguien realmente humilde.

Estábamos a menos de diez minutos del lugar donde nos esperaba el helicóptero. Mi cabeza iba tan aprisa que comenzaba a dolerme. Era cierto que había pasado por cientos de peligros, pero entonces, ¿Por qué demonios estaba tan nerviosa?

Era una sensación que me quemaba, que se arremolinaba dentro de mí de forma silenciosa pero evidente. No comprendía la reacción que mi cuerpo tenía ante el pensamiento que estábamos cada vez más cerca de llegar a nuestro destino. Quizás el sentir una sombra tras de mí era el motivo de mi incomodidad, pero este tipo de vida era algo que había elegido.

Y por supuesto tenía buenas razones para ello.

Una nave de gran tamaño se extendía por cientos de hectáreas cuya vegetación era bastante seca y el terreno bastante árido. Me recordaba a los desiertos de Estados Unidos como por ejemplo el de Arizona, además de que el calor era horrible. Tras tomar unas llaves de su bolsillo, Korovin se aproximó a la gran puerta metálica y la abrió dejando a la vista uno de sus grandes tesoros:

-Os presento a uno de mis grandes amigos de aventuras; mi helicóptero.

Parecía antiguo, pero algo me decía que eso era simple fachada.

Al igual que Korovin cuya vejez era sólo un número.

Clever than Ever(Is It Love?Daryl)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora