CAPÍTULO 19

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DARYL

Desde que llegamos a la mansión de Ruby y habíamos tenido aquella pequeña charla en la que parecía bastante satisfecha por mi faceta complaciente y profesional, ambos nos habíamos marchado a nuestras sendas habitaciones para reponernos de lo que había pasado.

Ella me dijo que el resto del día lo tenía libre porque iba a hacer unas cuantas averiguaciones pero que, a partir de mañana, todo sería aún peor y el trabajo aún más duro.

Le daba vueltas aun al asunto de Ruby y la muerte de su marido; aquella noche se me quedó clavada en la retina de una forma que no podía volver a conciliar el sueño igual ni a mirarla de la misma forma. Aquella mujer se me estaba quedando dentro, demasiado dentro y eso no auguraba algo bueno para una persona que siempre había sido libre.

Y echando una vista al pasado, nunca había salido con una misma mujer dos veces.

Siempre me dedicaba a ir saltando de margarita en rosa y de rosa en clavel; nunca repetía ni una sola mujer. Si la anterior era rubia, la siguiente tenía que ser morena; siempre era así y nunca entendí esa necesidad de variar de aquella forma, pero lo hacía de forma completamente irracional. Quizás era simplemente que mi ego me impedía amoldarme a una buena mujer para pasar el resto de mi vida.

Nunca había dedicado un pensamiento hacia ninguna de mis amantes ni preocupado de si les había hecho daño al dejarlas solas en su cama en medio de la noche. Pero con Ruby era distinto porque esa noche que la vi tocándose rememorando viejos recuerdos, yo casi pierdo un latido además de la cabeza.

Y no hablaba de mi deseo irrefrenable de hacerla completamente mía sino de consolarla durante toda la noche.

Pero mis deseos de descansar fueron sustituidos por las ganas de realizar la promesa que le hice a Ruby, le dije que encontraría al traidor que la había vendido y pronto. No soportaba el pensar de que ella estaba en el punto de mira de alguien potencialmente peligroso y lo que era peor, alguien poderoso con suficiente dinero para hacer desaparecer todas las huellas posibles de la faz de la tierra.

Para empezar, debía de empezar a espiar a todos y cada uno de los guardaespaldas de ella. Ruby me proporcionó una lista de todos y cada uno de ellos además de las ocupaciones que tenían. Realizaban tareas como vigilancia externa de la casa, chóferes, manejo del jet privado y algunos eran enviados por ella para ver a Edward y así conseguir información de la siguiente misión.

Decidí espiar a tres de ellos que paseaban por el exterior vigilando que todo estaba en orden. Desde mi ventana podía ver donde se habían colocado estratégicamente y daba gracias a que no estaban escondidos en algún árbol donde podrían pasar desapercibidos.

Me puse la camiseta antes de salir; era una costumbre para mí quedarme solamente en pantalones en cuanto llegaba a mi dormitorio. Y como sabía bien que nadie iba a molestarme, no me importaba pasear hasta desnudo cuando salía de la ducha.

Y pagaría cualquier cantidad por ver a Ruby entrar a mi cuarto cuando estaba en mi estado natural para verle la cara.

Pero no había tiempo para pensar en eso, tenía una misión e iba a llevarla a cabo. Tras vestirme, abrí la puerta de mi dormitorio y vi salir a Ruby completamente ofuscada bajar hacia el salón. No me dio tiempo a preguntarle; salió despedida como un conejo de su madriguera.

La perseguí como pude, pero antes de bajar el segundo peldaño, una voz me hizo conocida. Aquellos tacos que conocía bien y esos gritos eran típicos de mi hermano. Desde que me apresaron no tenía idea de lo que había sido de él, quizás ni siquiera sabía que había estado en la cárcel.

Solo esperaba que su ausencia fuera justificada.

MATT

Aquella mujer me llevó medio vapuleado a la fuerza hasta una enorme mansión que de seguro sería de un tipo gordo y adinerado cuyo ego de seguro rivalizaba con toda la riqueza que guardaba tras esas puertas. Cuando paró el coche en la entrada, bajó la ventanilla y un hombre vestido con una gabardina de cuero vino hasta el coche. Cuchichearon algo en voz baja y no pude escuchar absolutamente una sola sílaba. Todo parecía demasiado sospechoso y el saber que todo este tiempo mi hermano no estaba de viaje sino en la cárcel, me hacía sentir realmente estúpido.

Cuando volví de mis vacaciones, uno de nuestros contactos me dijo que la compañía había sido desmantelada porque mi hermano la había vendido hartándose de ese tipo de vida. Era cierto que no siempre nos habíamos llevado perfectamente bien, pero eso eran palabras mayores. El misterio que rodeaba la desaparición de mi hermano siempre me había extrañado y ahora parecía comprenderlo bien.

Alguien le tendió una trampa y lo dejó incomunicado con el exterior por alguna razón. No me creía que fuera solamente por lo que pasó; había algo más, algo oscuro que, por el momento, seguía en la sombra.

Aquel tipo abrió la puerta del asiento trasero y tiró de mí con cierta fuerza. Al tener las manos engrilletadas no podía darle un buen golpe en aquella cara de gánster así que me limité a llamarle de todo mientras era arrastrado a la mansión. Aquella mujer se marchó rápidamente del lugar y yo temía por mi destino, ¿Qué razón me llevaba a un lugar como éste?

Al abrir las puertas, todo lo que había pensado acerca de la riqueza del propietario del lugar se quedó corto. Las pinturas de la pared, los cuadros y las esculturas, todo ello eran antigüedades reales. No podía llegar a comprender la razón por la que una persona podría haber albergado tanto en un lugar; ni aunque fuera asquerosamente millonario podría tener todo aquello, algunas piezas tenían un valor prácticamente incalculable.

Quedé unos instantes completamente mudo mientras que el hombre que me sujetaba hablaba con otro que acababa de entrar. Éste parecía serio como el otro, pero un cierto halo de simpatía parecía rodearle. Le pidió que se marchara porque se iba a ocupar de mí personalmente; esa frase no me gustaba.

Cerró la casa con llave y entonces me liberó de mis grilletes. Justo cuando lo hizo, comencé a despotricar contra él e intenté arrebatarle las llaves que había guardado en su bolsillo, pero aquel tipo era realmente fuerte y ágil. Aquel escándalo hizo que una mujer gritara mi nombre y cuando me giré, casi pierdo el corazón por la boca.

- ¿Ruby?

Ella me miraba entre furiosa y curiosa en un completo silencio. Yo la recordaba bien, demasiado bien para mi gusto. Otra voz que conocía bien hizo que mi cabeza se desbloqueara por completo.

Y entonces no supe qué demonios estaba pasando, ¿Qué hacía aquella mujer y mi hermano en la misma casa?

Ella sonrió ligeramente de forma cínica revolviéndome el estómago. No podía creer como el destino volvía a ponérmela delante.

-Bienvenido a mi hogar Matthew Ortega. Espero que todo lo que te rodea sea de tu agrado, a fin de cuentas, algunas cosas las robó antes vuestro padre.

Clever than Ever(Is It Love?Daryl)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora