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«Hasta el final»

Era el día en que recibían los correos

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Era el día en que recibían los correos. KiYeon no esperaba ninguno del exterior, así que felizmente se paseaba para acompañar a sus amigos luego de saber de parte de JungKook que habían propuesto una fecha para el juicio. Se realizaba el último miércoles de este mes, y la espera inminente hacía carcomer sus uñas.

—Dime, KiYeon, ¿qué te dijo tu alfa para que te pusieras tan contenta? —canturreó Jin caminando con un brazo entrelazado al de KiYeon. — ¿Te va a morder?

— ¡No! —espetó indignada y a la vez avergonzada. — ¿Por qué asumes eso? Es mi abogado.

—Ah, que el universo te ayude porque yo no lo haré.

— ¿Entonces qué te dijo? —clamó HoSeok curioso.

—Me dijo que pronto harán el juicio. —respondió KiYeon, mirando con interés como los guardias pasaban con hastío una caja llena de cartas y se lo pasaban según el nombre del preso. A veces eran amables, a veces eran amargados; de todas formas cumplían una de sus varias funciones: entregar cartas ya revisadas por ellos a los presos.

— ¿No te veremos nunca más? —la voz triste de Jin llegó a sus oídos. KiYeon preveía esta situación, así que relajó sus comisuras de los labios y se dio la vuelta con mucha parsimonia.

— ¡Claro que no, ¿cómo puedes pensar eso?! —exclamó ofendida. —Son mis amigos, además no sé el veredicto. —a medida que iba hablando, bajaba su barbilla lloriqueante. —Sólo sé que el último miércoles de este mes será mi juicio.

—Más te vale no dejarnos solos, ¡especialmente a mí! —chilló Jin, haciendo un puchero. — ¿No te acuerdas como HoSeok pateó mi cara? ¡Mi pobre, hermosa cara!

—Duraste una semana enojado con él. —KiYeon se acordaba perfectamente de ese suceso, y se reía cada vez que SeokJin lo traía a colación. —HoSeok, ¿no te perdonó hasta que le dijiste que era lindo?

—No me lo recuerdes. —masculló el beta antes de acercarse a una ventanilla y preguntar por sus cartas, que estaban escritas en su mayoría en la letra de su novia o la de su madre.

—Ajá, como si no te gustara halagarme. —dijo Jin tras él, formando una fila mientras KiYeon estaba a su lado. Cuando llegó su turno, preguntó por las cartas de su madre y las recibió felizmente.

— ¿Tu nombre? —preguntó la guardia a KiYeon. Ella se señaló con el dedo y la mujer rodó los ojos, para seguidamente cabecear con desgana.

—A-Ah, yo...—vio como Jin meneaba la cabeza para motivarla a que contestara. —Choi KiYeon.

—Espere un momento. —y contempló como la guardia venía hacia un estante lleno de cajas plásticas con cartas. Grande fue su sorpresa al verla agarrar una caja, de por sí llena de sobres. La guardia se dio vuelta y entregó la caja. —Aquí tiene, señorita Choi.

Estado de Inocencia『JJK』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora