Una omega termina en la cárcel debido a circunstancias desafortunadas, que sin embargo, peligraron su supervivencia. Gracias a los paradigmas del Alfa y del Omega, resulta ser maltratada por su entorno y los medios de comunicación. A la única person...
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El teléfono de HwaSeon vibró en un volumen bajo, despertando a su dueña sin ninguna dificultad. La Alfa llamada Im HwaSeon, agarró el celular sin cuidado y con irritabilidad, miró quien llamaba. Bufó al ver que era un número desconocido, conocía a dos personas quienes la llamaban por privado: su más querido amigo, Lee SeungSoo o su primo, Kim SeokJin. Rezaba que, al contestar, fuera el primero porque al segundo lo cortaría de inmediato.
Apenas presionó el botón verde de responder y se lo puso en la oreja, trató en un susurro preguntar quién era dado que estaba en la cama, con su omega dormitando a su lado. Realmente no quería que su esposa reclamara, a estas horas, por tener el celular y quitarlo de sus manos.
—Soy yo, Lee SeungSoo. —Y HwaSeon suspiró de alivio al saber que no era su primo al otro lado de la línea. — Perdona por lo tarde que es, pero... Necesito su ayuda, señorita Im.
La mencionada se sentó en la cama, cuidando de no despertar a JiSoo y se concentró en la llamada. — ¿Qué pasó, señor Lee?
—Escucha, tengo a un pobre amigo y le debo un favor. —dijo SeungSoo adentrándose al ascensor, y suspiró de pena. —Resulta que él mató a alguien. A un beta.
— ¿Y usted quiere que no lo mande a la cárcel? —preguntó sarcásticamente. Tener como amigo a SeungSoo iba en contra de su ética y por nada del mundo dejaría que lo supiese Kim SeokJin.
—No.—respondió rápidamente.—. Yo no quiero eso.
HwaSeon se quedó anonadada por un momento y luego empezó a carajearse de incredulidad. Pero silenció su risa al sentir que JiSoo se removía suavemente entre las sábanas.
— ¿Quieres que meta en la cárcel a su amigo, señor Lee? ¿Acaso usted escucha lo que dice? —dijo HwaSeon barullando entre dientes.
—HwaSeon, él quiere que meta a su omega a la cárcel. —Y la alfa ladeó la cabeza, con suma diversión. Jamás había escuchado de un alfa queriendo incriminar a su propio omega. Comúnmente sucedía al contrario.
—Vaya, —soltó un grito de sorpresa. Por fin, después de varios años de sacarse la mugre protegiendo su posición de fiscal en los Juzgados de Seúl, le tocaba manipular un caso. — ¿hizo algo malo ese omega?
—Ella, y no. No hizo nada más que estar al lado de ese capullo.
HwaSeon se rio en bajo, y movió las sabanas para salir de la cama. Miró al despertador y era bastante tarde, pero le restó importancia. Salió de su cuarto y recorrió el pasillo, observando las puertas coloridas de sus hijos.
—Entonces, ¿quiere que mande a esa omega a la cárcel? —siguió interrogando a SeungSoo, quien ya había salido de la zona de apartamentos. La alfa escuchó como su amigo emitía un sonido gutural como modo de afirmación.—. Pero los Alfas son orgullosos, SeungSoo, y además usted no hace algo sin condiciones. ¿Cómo usted convenció que los aceptara?
