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N/A: En la segunda parte de este capítulo sucede un pequeño salto en el tiempo, por si las dudas. ¡Disfruten el capítulo!









«Qué dilema...»

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JiMin, a pesar de no tener una memoria excepcional, podía atestiguar una y otra vez en su memoria el primer encuentro con JungKook. Y siempre terminaba con un sentimiento cálido, confundiéndolo con la emoción que daba el amor a primer vistazo. Así, siguiéndolo por varios meses, el cálido sentimiento creció a pasos agigantados que no supo cómo lidiar con ello.

Desde el punto de vista biológico, ellos eran demasiado compatibles. No obstante, tenían en cuenta que no eran predestinados por el simple hecho de que sus aromas no se acompañaban el uno al otro, además de controlarse perfectamente cuando se encontraban.

Su lado omega ronroneaba y se ponía muy sumiso cuando se encontraba con un alfa, incluso si era parte de su familia, como sucedía cuando se juntaba con su prima lejana, Park JiHyo, o con sus mejores amigos Jennie Kim y Kim NamJoon –una adorable pareja de alfas, que supieron manejarlo aún cuando toda la sociedad que conocían se les vino encima–. Podía encariñarse con cualquier persona que fuera alfa o beta.

Pero con los omegas... La mayoría de sus situaciones pasaban de una forma desastrosa: siempre se encontraba disputando a un alfa junto con otro omega intruso, o guardaba las apariencias y fingía una sonrisa de lo más lindo cuando tenía que interactuar con una persona de su misma clase más de lo que consideraba necesario. Fuera de eso, podía afirmar que se llevaba bien con los demás omegas.

Hablando de Jeon JungKook, llegó frente a la puerta de su departamento listo para golpear con unos toques ante el mueble. No esperaba mucho de su invitación; puesto que no llevaban muchos meses como para dar el siguiente paso. Obviamente se habían dado piquitos, toques, pero nada más allá de eso. También no tenía expectativas de cenar en su departamento por primera vez, dado que JungKook explícitamente había escrito en su mensaje que vendría un amigo de él.

Quizás jugarían un juego en la consola como normalmente lo hacían cuando se juntaban –obviamente debía moderarse, por instrucciones estrictas de la terapeuta de JungKook–.

Tocó la puerta unas dos veces y esperó pacientemente a que JungKook abriera la puerta emanando su típico aroma a canela.

Sin embargo, cuando abrieron la puerta, JiMin no vio a JungKook, sino a alguien desconocido. Tenía un raro aroma que picaba su nariz, y la hacía mover graciosamente: olía a pino y a madera. ¡¿Pino y madera?!

Su lobo ladró contento, demasiado feliz de encontrar otro olor que pudiera agregar a la lista de sus cosas favoritas.

"Me encanta, ¡me encanta! ¡¿Puedes olerlo por más tiempo, JiMin?!"

Estado de Inocencia『JJK』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora