🐺032🐺

3.1K 345 40
                                    

«Suficiente»

Lavando los platos parecía ser tan placentero, y KiYeon se preguntó a sí misma por ese motivo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Lavando los platos parecía ser tan placentero, y KiYeon se preguntó a sí misma por ese motivo. El día parecía tan bueno que la asustaba.

Terminando todos sus quehaceres, pidió permiso para ir a su celda. Cuando aceptaron su petición, dio una reverencia, se sacó su delantal y partió hacia su celda. Apenas vio su catre, se tiró encima de la cama y cerró los ojos.

—¿Vas a tomar siesta? —oyó a Jin preguntar. KiYeon asintió con la cabeza, restregándolo tras la almohada.—Tranquila, descansa. Yo iré a buscar el almuerzo.

—Mphm...bueno...—susurró agotada.

Entraba a un estado de relajación cuando un golpe metálico sonó en el lugar. KiYeon, apenas despertando, balbuceó sin comprender qué pasaba mientras se alzaba con sus brazos flexionando contra el colchón.

—KiYeon, tienes una visita de un pariente.—era un guardia avisando que tenía a alguien esperándola.

—¿Es mi madre? —preguntó completamente despierta y saliendo de la cama, alisando su uniforme con sus manos.

—No, es un hombre.

«¿Un hombre?» Pensó KiYeon, antes de escuchar a su lobo ladrar aterrorizado. Poniéndose nerviosa, trató de calmarse y sonreír.

—Bien, ya voy. —dijo KiYeon saliendo de la celda. Acompañó al guardia desconocido hasta llegar a la sala en donde se atendían las visitas.

KiYeon sabía que no era JungKook, porque nunca avisaban cuando él llegaba, así que quizás... Quizás su manada supo de su paradero, quería mantener esa esperanza de volver a ver a su familia.

Sin embargo, cuando lo vio supo que toda la pequeña terapia que había tenido con Lalisa y BamBam se había ido al traste, porque recordó todo lo malo. Se paralizó intentando aguantar los golpes, sus manos apretaban los lados de su uniforme para soportar el ataque de pánico que se le venía, quería llorar.

Quería huir. Pero luego recordó que estaba en la prisión, y él no podía hacerle nada, sería muy tonto de su parte. Tragando en seco, se sentó y alzó la barbilla (temblaba, pero al fin y al cabo tenía que hacerlo).

—¿Qué haces aquí, DaeJoon? —preguntó fríamente.

Sin el lazo, lo único que veía en DaeJoon era un hombre malo. Una cara maligna, un alma que la destruyó. Pero solo por esta vez, porque no dejaría que la arruinara de nuevo.

—Te dije que me llamaras alfa.—masculló entrecruzando sus ojos. KiYeon hizo una mueca, y negó con la cabeza.

—Cuando un alfa deja solo a un omega y lo deja roto, ya no es más su alfa. —dijo KiYeon mirando como la expresión de DaeJoon se endurecía.—Por lo tanto no eres mi alfa, ¿entendiste?

Estado de Inocencia『JJK』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora