Día 18. Mamada

4.1K 227 11
                                    

Pov Escritora

Un sonido acuoso era el que resonaba en la zona trasera, la parte inhabitada de la escuela. Estocadas frenéticas eran propinadas en descontrol, logrando que la saliva escurriera de su garganta lastimada. Luego de tal acto, se pudo escuchar un gemido ronco salirse de los labios del comprador. Se vino en la boca corrompida del menor.

─Trágatelo o no te pago, perra.─ espetó con burla, mientras abrochaba el pantalón que mantenía cubierto su pene flácido.

El peli algodón de azúcar tuvo que dejar bajar el líquido nacarado que tan desagradable consideraba. Odio esto, pensó mientras quitaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Sintió como el bastardo le arrojaba un fajo de wones por su trabajo. Los recogió acongojado.

─¿Por qué lo haces?─ escuchó una voz grave, la cual supuso que era de su próximo cliente. Su negocio de mamador en la escuela tenía éxito, cosa que lo hacía sentir bien al igual que mal.

Levantó la mirada, sintiendo lágrimas renovadas apresar sus cuencas. Era YoonGi, la persona que le gustaba. El único individuo que deseaba que jamás supiera de su oficio oscuro, que nunca lo viera al igual que los demás: con asco.

Su cuerpo esbelto forrado en ropas provocativas de cuero tembló. Al instante, bajó la mirada dolorida, dejando fluir sus emociones resumidas en una sola palabra, siendo esta la vergüenza. Quería morir.

─Po-Porque... Lo necesito.─ respondió luego de un largo silencio, pudiéndose notar su voz pendiendo de un hilo.

El peli azabache le dio una mirada recriminatoria, pidiéndole que continuara con su respuesta. Sabía que había más y no exclamaría la razón de qué hacía allí hasta que hablara. Odiaba ver a JiMin haciendo ese tipo de cosas.

─Mi madre... está muy enferma y...Su tratamiento es muy caro...Y como soy omega... Na-Nadie me quiere dar trabajo.─ sollozó finalmente, encogiéndose en el suelo. No quería ver la mirada que el mayor podría estar dándole.

Mi JiMin, mi omega... Deja de hacer esto, no te hagas más daño. Ven conmigo.─ se acurrucó a su lado, levantando su cabeza para besar sus húmedas y rellenas mejillas. ─Yo te ayudaré con el tratamiento de tu madre, ya no tendrás que hacer esto.─ abrazó su trémulo cuerpo, siendo correspondido al instante por el lloroso omega.

─¿Por qué me estás a-aceptando? Estoy sucio. ─empezó a restregarse la cara con asco, odiándose a sí mismo. El alpha merecía un mejor omega.

─Porque eres mi omega y te quiero.─ besó su frente y limpió sus últimas lágrimas. JiMin por fin sería feliz.

--

Ya habían pasado siete largos y arduos meses, donde ambos habían podido establecer una hermosa relación. El peli rosa había comenzado a amarse a sí mismo y gracias a YoonGi, la madre de su omega estaba en recuperación avanzada.

Hoy era su aniversario. Y no había mejor manera para pasarla que amándose.

Sus cuerpos cálidos mantenían una fricción satisfactoria, robándole, en su mayoría, múltiples gemidos muy sonoros al omega en celo. Que oportuno.

YoonGi acariciaba su virgen cuerpo, brindándole caricias y besos para hacerlo sentir mejor. Pero su insinuación lo sorprendió.

─Yo-Yonnie... Quiero chuparte.─ demandó ansioso, como si fuese algo que necesitaba para poder vivir. Su pene se endureció aún más por el pedido, pero estaba negado. JiMin llevaba tiempo que quería probarle pero no se lo permitía porque no quería que se sintiera sucio como antes. Nada lo hubiese preparado para su reacción cuando lo dejó hacerlo.

El de labios voluminosos soltó un gemido frente a su carne segundos antes de mirarlo con hambruna e introducirlo en su cavidad. Se sentía como el cielo, pero ese era su pensamiento porque no había estado dentro del menor. Sostenía un vaivén delicioso, resonando en la habitación el sonido acuoso por su saliva y el gran miembro teniendo contacto. JiMin se corrió por el placer de satisfacer a su alpha y de tener su falo entre sus labios, amando por primera vez el líquido nacarado y la sensación de la dureza.

Su corrida fue maravillosa, mas la imagen de su tierno omega y sus labios de felpa le atrayeron aún más. Se había liberado, pero la noche apenas comenzaba.

30 Días de Smut Challenge|| YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora