30 Días de Smut Challenge|| Yoonmin

Día 14. Dulce y apasionado

Pov Escritora

El denso aire debido a las secreciones de sus cuerpos cálidos crearon un buen ambiente desde el principio, acompañando los sonidos acuosos de las estocadas y los pequeños roces. Apenas habían terminado su cita, llegaron apresurados a la casa del mayor, ocupando la cama al instante, la cual rechinaba y mecía en un vaiven desenfrenado. De seguro las patas se rendían, cayendo la cama al final de la acción junto a ellos. Unos gritos ahogados resonaron en la habitación, anunciando el clímax.

─Te quiero.─ susurró en los belfos hinchados del menor, amando como su cuerpo se acompasaba y tranquilizaba luego de lo agitados que estaban.

─Ah... Solo eso...─ mordió su labio duramente, levantando su mirada la cual desvió para un lado, dejando ver su barbilla y parte de los pómulos junto a la nariz, pero nunca sus rasgados ojos.

─¿Qué?─ YoonGi preguntó, no entendiendo sus palabras y comportamiento. Cuando desviaba la mirada y huía de él era porque estaba herido. ¿Pero que había hecho?

─So-Solo me quieres y ya...¿No más?─ el peli menta seguía muy aturdido como para entender la pregunta. Al contemplar su silencio, JiMin lo obligó a salirse de su interior y acostarse en la cama. Al instante, el menor salió cojeando como pudo de la cama.

Abrió sus ojos desmesuradamente, levantándose en segundos para caerle atrás a su herido novio.

─¿Qué...Qué hice ahora?─ volvió a preguntar, buscando su rostro cuando ya estaba a una mejor distancia de la figura del adverso.

─Na-Nada...S-Solo...─ sus regordetas manos ocultaron su rostro, dejando al fin fluir las lágrimas que presionaban sus esferas. Su trémulo cuerpo frío ansiaba su calor. Quería decirlo pero tenía miedo.

Soltó un suspiro lastimero, sintiendo unos delgados brazos rodear su esbelto cuerpo, transmitiéndole su calor.

─¿Ahora puedes decirme que hice?─ el tacto en su voz más las constantes caricias a su cabello rojizo le calmaron. Ya no haría tanto drama por ello.

─Te amo.─ JiMin hundió su cabeza en su pecho, abrazando su cintura esperando el rechazo. Las lágrimas fluyeron con más intensidad al escuchar las risas escaparse de los apetecibles labios de su hyung, así que miró su rostro.
Estaba radiante como nunca, adornando su cara la hermosa sonrisa gingival que poseía en su máximo esplendor.

─¿Estabas llorando por eso? Creí que se me notaba.─ acarició aún más sus delicados mechones de cabello teñido, dedicándole uns expresión llena de ternura. ─Parece que no le llegaste. Pero te lo aclararé. Yo también te amo.─

Sus rasgados ojos se iluminaron y agrandaron enormemente. Un chillido de emoción se escapó de sus dotados belfos. ¡Le correspondía!

─Estoy tan feliz... Como que quiero que me hagas el amor de nuevo.─ susurró tímidamente, sintiendo su pene endurecerse contra los muslos de YoonGi.

─Yo también. Vamos.─ el descarado se atrevió a robarle un beso, haciéndole sonreir hasta que le dolía.

Las caricias comenzaron una vez llegaron a la habitación, escuchándose nuevamente el roce de sus duras carnes, suspiros, susurros de amor y gemidos placenteros esparserse por la estancia, siendo verídico el hecho de que iban a consumar su amor mediante el acto carnal, y no había nada mejor que eso.

El mayor se introdujo en él suavemente, empezando así las estocadas suaves pero directas al punto. Era tan tortuosamente delicioso. El menor no pudo evitarlo y se corrió como puberto. Quería morirse. Este siguió penetrándolo pero una risita se había escapado de sus labios. Cuánto amor.