Día 22. Sexo en un escritorio

5.2K 203 42
                                    

Pov Escritora

La oscuridad ambientó la habitación, solo pudiéndose notar el brillo cegador de la computadora siendo manejada por aquel joven de hebras doradas. Sus dedos maniobraban ágilmente en el teclado, denotando la captura de la fugaz idea. La página web abierta frente a sus ojos en aquella particular sección iluminó su pensar al instante. Ya tenía el plan trazándose con habilidad en su cabeza.

Ese día, Park JiMin había encontrado su próxima víctima.

--

En el centro médico BigHit, con gran frecuencia habían estado ocurriendo unos casos muy peculiares entre los doctores masculinos. Cierto inquilino se había tomado de manera seria su cometido, llevando una simple broma de menor escala a casi todas las secciones de empleados de este gran hospital al ver que había un impacto mejor al esperado.

Las palabras se reproducieron a la velocidad de la luz apenas surgió efecto la primera provocación y a partir de allí, se hablaba de un chico muy peculiar que siempre rondaba el recinto, más bien conocido como el rubio calienta doctores.

Cuando el grupo de víctimas aumentó su tamaño, su identidad dejó de ser un secreto entre los doctores, pero de igual manera se intentó mantener la mayor discreción posible. Apenas un doctor veía que este joven se volvía uno de sus pacientes con una constancia de tres meses como máximo, ya sabían para qué venía. Y la mayoría se dejaba. ¿Y cómo no? Era un chico muy lindo, lo suficiente como para que algunos hombres heterosexuales y casados se dejaran manipular sexualmente.

Y desde el primer día de su aparición en la consulta del urólogo Min YoonGi, ya se sabía claramente cual era su motivo. Todos conocían su modus operandi. Y el pelinegro decidió jugársela. Él quería ser el que pusiera al rubio en sus casillas.

--

─Hola, Dr. Min. Hoy vengo a hacerme el chequeo de próstata que acordamos en nuestra última cita.─ relató con su eye smile a su máximo esplendor, hoy caía otro doctor guapo e iluso.

─Claro, por favor entre al baño y colóquese este atavío.─ ordenó el hombre con su profesionalidad presente. Él tenía solo una misión: realizar su trabajo cueste lo que cueste.

Pero nadie le hubiese podido decir a tiempo que su trabajo el día de hoy no estaría hecho de la forma convencional.

El rubio le dedicó una mirada profunda, llena de deseo inconsumado mientras se dirigía al cubículo donde se cambiaría de ropa, yendo con su típico movimiento de caderas, ese que hacía que todos voltearan a ver su gran culo.

Mientras de desnudaba, siguió detallando en su mente, como si fuera una película de rollo, la maravillosa figura del imponente hombre que lo esperaba.

Su cabello azabache se encontraba peinado para un lado de manera provocativa, logrando que sus gatunos ojos seductores brillaran a la par que sus lentes de borde negro enmarcaban su rostro. Aquellos labios rosados y finos lo llamaban con tanta fuerza que había veces que pensaba en como se sentirían en su pene. Tenía un rostro cincelado y delineado por su sexy mandíbula. ¡Y que decir del tonificado cuerpo que ocultaba con aquella bata blanca de hospital! Las únicas cosas que podía ver con claridad eran sus largas y huesudas manos pálidas, las cuales amaría tener en sus pezones, y su gran pene gordo el cual apretaba con fuerza aquel pantalón azúl que siempre portaba.

¡Este hombre es todo un manjar!

Y por más que JiMin llevara años fantaseando llevarse a la cama a aquel gran hombre, sabía que necesitaría un buen nombre rondando por los pasillos del hospital. Él tenía un gran sentido del bien común y le encantaba terminar las cosas con sus propias manos, o por lo menos eso había observado como un loco acosador al pasar el tiempo.

30 Días de Smut Challenge|| YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora