Día 2.Hablar durante el sexo

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Pov Escritora

─¡Ah! Ya...YoonGi...─ jadeó el menor, esparciendo aún más sus finos cabellos zafiro grisáceo en la sedosa tela de la almohada. Su trémula entrada pulsaba y tragaba con fuerza los largos dedos pálidos enterrados allí.

El mayor gruñó, sintiendo la desesperación de su pareja a través de sus reacciones corporales, y por supuesto, al ver su carne erecta frente a sus ojos felinos.

─No te desesperes, mi polla es tuya, no se irá a ningún lado.─ se rió roncamente, brindándole una mirada pícara, denotando como el calor se asentaba en el rostro de JiMin.

─Pu-Pues apurate. Te necesito.─ se quejó, formando un puchero con sus dulces belfos. YoonGi no se pudo resistir, desbaratando aquel tierno gesto con los propios, siendo correspondido al instante.

Sin más que decir, introdujo su pene en el recto del menor, amasando sus cachetes traseros para distraerlo. Se escuchó un flojo gemido ser pronunciado por la habitación.

Luego de varios empujes, el vaivén mantenido era firme y directo, rozando exitosamente la próstata del de tez caramelo. Este se descomponía en gemidos por la constante atención recibida.

─JiMin... Me pienso hacer un piercing en el pene.─ el mencionado dejó de gemir para morderse el labio seductoramente, imaginando todas las posibilidades y actividades junto a la carne agujereada del mayor. Casi se corría del pensamiento.

─Ma-Maravilloso...─ soltó en un suspiro.

─Y eso significa no sexo por dos meses.─ le recordó la espera necesaria para la cicatrización de los piercings, cerrando levemente los ojos por la inminente queja. Sabía perfectamente que había olvidado el tiempo que tardaba, a pesar de que este tenía agujereado ambos pezones.

─¡N-No! Y-YoonGi...─ rodeó fuertemente la cintura del último, sintiendo terror con solo pensar en la agónica soledad de su cavidad por dos largos meses y lo dolorosa que sería la espera. Pero, las posibilidades eran tan prometedoras...

─¿Acaso nada más me quieres por mi polla?─ siguió embistiendo rítmicamente, pudiendo apreciarse en su mirada y expresión un deje de dolor e incredulidad.

─N-No es eso... es que me sentiré muy solo... aquí.─ señaló su entrada, que albergaba la carne del mayor de una manera apretademente placentera. JiMin lo miró con sus ojos rasgados, aguándose a cada segundo con el temor de que su amado lo dejara por un mal entendido. ─YoonGi... tu sabes que te amo...¿verdad?─ con sus manos regorditas, capturó sus mejillas pálidas, atrayendo su rostro lentamente para darle un tierno beso, recalcándole sus profundos sentimientos.

─Yo igual...─ dijo, estando aún un poco herido. Se dejó mimar un momento, para retomar el vaivén, volviéndolo desenfrenado para que ambos pudieran culminar. Se corrieron gritando sus nombres, mientras la sustancia nacarada del peli zafiro caía en su pecho y la del pelirrojo llenaba el recto del mencionado.

El mayor cayó a su lado, dándole la espalda al pequeño que aún se recuperaba del poderoso orgasmo. Al instante sintió frío. El de tez pálida no lo envolvía con su calidez como siempre.

─¿YoonGi?─ su voz se quebró en la última sílaba. Creyó que el asunto estaba concluido. Y le dolía. Dolía que la persona más importante en su vida creyese que estaba con él por su paquete. No escuchó respuesta.

Sin dudarlo, se lanzó sobre él, descubriendo el desolado brillo en sus esferas. Su corazón se rompió, visualizando a su novio como un tierno gatito callejero el cual había sido abandonado por su persona especial, esa que el felino tanto lo amó.

Colocó sus dedos en su mentón, levantando su mirada para que conectaran. Ambos individuos con sus ojos cristalizados amenazando con desbordarse.

─Min YoonGi... Yo no estoy contigo por tu pene. Eres la persona más importante en mi vida, la única que me aceptó como soy, el único hyung que me deja ser un poquito irrespetuoso ─escuchó una ronca risa escaparse de sus labios─ y por supuesto, el amor de mi vida... Por favor, no me dejes por algo como esto porque o sino yo...─ sus trémulos labios más el nudo en su garganta que tanto le oprimía le dificultaron el habla, pero las lágrimas que corrían por su rostro lo decían todo.

─Claro que no, Park. ¿Cómo podría? Te amo tanto que duele. Mierda, me pegaste tu romanticismo.─ su sonrisa gingival resplandecía junto al brillo excesivo de sus ojos debido a la presión de las lágrimas. Lo besó apasionadamente, entrelazando sus elásticas lenguas, creando una maravillosa danza sin compás.

Se miraron fijamente, denotando la ferviente atracción como la primera vez.

Y durmieron armoniosamente, fortaleciendo su relación y estableciendo una confianza más duradera.

¿Quién lo diría? Tal vez YoonGi debió haber sugerido tener un piercing en el pene antes.

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Me quedó un poco corto. No sabía que hacer y es un poco tarde. Mañana tengo colegio así que hice lo que pude. Pero me gustó más que el de ayer. Espero que a ustedes también les haya gustado.

30 Días de Smut Challenge|| YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora