Capítulo 4-. "Noches de insomnio"

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Eric nos explicó que las vías del tren siempre pasaban por las lejanías de la ciudad, que sí decidíamos seguir por ellas nos arriesgábamos a encontrarnos con los terroristas y a demorarnos días en llegar a una ciudad. Él aseguró que cerca de aquí había un pueblo, donde podíamos contactar a nuestras familias por teléfono y tomar algún bus que nos llevara a la ciudad que quisiésemos.


— Pero, ¿Eres capaz de encontrar el camino?—pregunté nerviosa.

—Claro que sí—me respondió. —El pueblo está bordeando el lago—agregó.

Miré a Kian en busca de una opinión, pero lo único que hizo fue encogerse de hombros y seguir caminando. Damien a mi lado tampoco parecía muy convencido, pero no emitió comentarios. Intenté buscar un comentario de Matt, pero el simplemente me sonrió.


Siempre le he temido a la oscuridad, por lo que no era una sorpresa que reaccionara asustada con cada sonido que escucha en el anochecido bosque. James tenía dos linternas, las cuales usamos para ir alumbrando el camino. Me tranquilizaba ver por donde caminábamos, pero me daba un susto de muerte voltearme y ver tal oscuridad. Temía que se nos apareciera algún animal salvaje o un monstro.  

— ¿Sigues con frío?—miré a James y negué con la cabeza. —Entonces, ¿Por qué sigues temblando?—preguntó.

Me mordí el labio. No quería responderle aquella pregunta y quedar como la chica miedosa, pues ya había causado varias molestias con mi episodio de hipotermia.

—Te estoy hablando—insistió el muchacho captando esta vez la atención de Eric, quien lo fulminó con la mirada sin que él se diese cuenta.

—Déjala en paz—gruñó Kian a mi lado.

—Pero solo estaba pregun…

—James, ya escuchaste—lo interrumpió Eric.

Me hubiese encantado poder entender la relación que existía entre James y Eric, saber de dónde se conocen y porqué a veces las cosas entre ellos se ponían tan tensas. Pero claro, no podía exigir tanto si recién los estaba conociendo.

Caminamos horas en la oscuridad y aún no llegábamos a ningún lugar. Ya estaba comenzando a dudar que ese lugar realmente existiese.

— ¿Qué tal si dormimos un poco antes de seguir?—preguntó Matt.

—Me parece buena idea—respondí yo tras notar el incomodo silencio.

—A mi también—me siguió Kian.


No entendía bien el porqué Damien, Matt, Kain y yo intentábamos buscar la aprobación de los otros dos chicos, siendo que jamás los habíamos nombrado lideres. No me gustaba para nada eso, sin embargo, se me estaba haciendo costumbre fijarme en las expresiones de Eric ante nuestras proposiciones.

—Yo intentaré hacer fuego—dijo finalmente James.


Me parecía mentira que otra vez me hubiera pasado lo mismo. Yo estaba mirando a Eric antes que James aceptará dormir aquí, pero aún cuando ya teníamos una respuesta, yo seguí mirándolo. Lo más vergonzoso fue cuando él se percató de mi mirada y también me miró, sosteniendo la mía sin vergüenza alguna. Podía oír que los muchachos hablaban a nuestro alrededor, mas yo estaba concentrada solo en él. Realmente había algo en este muchacho que me interesaba descubrir, sabía perfectamente que había algo raro en su vida y por más entrometida que pudiese sonar, necesitaba averiguarlo.

Atraída por el peligro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora