One last goodbye

98 18 6
                                    

~•~•~•~💔~•~•~•~


Como pudo limpio el rastro de lágrimas en sus mejillas con la manga de su suéter, ya más tranquilo y decidido abrió la puerta frente a él. Tenía que buscar a Killua necesitaba hablar con él lo más rápido que pudiera, aún no estaba del todo seguro sobre lo que diría, pero de algo estaba seguro es que no podía marcharse sin al menos ver al albino y “Despedirse”. La opción de “declararse” se había esfumado como la espuma de mar. Era doloroso pero no podía simplemente llegar y declararse si al fin de cuentas este se marchaba a primera hora del día, no quería herir ni ser herido, su corazón ya era un mar de lágrimas por la pérdida de su amada tía, no estaba seguro de poder soportar el rechazo del albino.

Por fin llegó a la sala principal de descanso, esperaba ver al castaño o al albino pero en su lugar se encontró con unos aterradores ojos violeta, quienes lo veían como si de navajas se tratarán y intentarán hacerle daño. Pese a que el azabache aún estaba algo intimidado por las fuertes miradas del rubio, aún así se armó de valor he hizo su pregunta.

G—¡Amm! ¿Yuzu San, sabés donde puedo encontrar a Mikelt San?, ¡Necesito decirle algo muy importante!.

Y—¿Ah? ¿Creés que soy su niñera? ¿No te parece que ya tengo bastante con tener que lidiar con el mocoso de Killua?

Mirada súper molesta contra Gon—. ¿Acaso no habían tenido ustedes dos una cena romántica?...

G—¿Eh? ¿Mikelt San y yo, una cena romántica?...

Y—¡No te hagas el tonto!, ¡Primero te encuentro en el techo besándote con el mocoso! ¡y hace un rato mientras buscaba donde cenar!, ¡los ví a Mikelt y a tí en una situación digna de un drama!...

—¡Al parecer no eres el chico ingenuo que todos piensan! —tkss ¡Pero bien quién soy yo, si ellos se dejan seducir está bien!...

G—¡Te equivocas! ¡Yo no estoy seduciendo a nadie!, ¡No estoy interesado en ninguno!. Tienes razón no es tu problema, ¡Y-yo! no debí preguntar, es claro que no sabés dónde están —Se marcha a paso veloz antes de que las lágrimas logren volver a escapar.

Sniff sniff sniff —¿Qué le ocurre a ese sujeto? Sniff sniff sniff ¡Yo solo quiero despedirme! —ya no puede soportar más el llanto y cómo puede sube las escaleras que dirigen a la azotea.

Busca con su cristalina mirada los blancos cabellos del albino. Pronto el llanto es más estridente pues se da cuenta que él albino no está allí y que tampoco sabe si el castaño regreso a la disquera o fué a otro sitio. El tiempo se le está terminando pues pronto darán las 12 de la noche y él debe marcharse en barco a su pequeña y amada isla para tal vez no volver jamás. No puede más el dolor de perder a su tía y la desesperación que siente en el corazón son más pesados de lo que tolera y se deja caer en el frío suelo.

El tiempo se le ha terminado arrepentido por haber sucumbido al llanto y haber dejado de buscar a sus amigos para poder despedirse de ellos. Baja lo más rápido las escaleras, sin importar cómo es que luce su cara, cabello o ropa entra presuroso al pasillo de recepción espera encontrar alguna de las secretarias quienes se han quedado trabajando a la par que el equipo de producción. Tiene la esperanza de que alguna le pueda decir dónde encontrar a Killua o a Mikelt San, sin embargo al llegar con las chicas estás le comunicaron a un muy decepcionado Gon que tanto Killua como Mikelt San estaban justo en una reunión importante con el jefe y directivo de (Noiselab Records), Pues ya no podrían posponer la entrega del “LP de Killua” y los directivos estaban muy ansiosos por saber de resultados y no de excusas. En esos momentos Gon lo supo, esa reunión era muy importante para el futuro de Killua, él no podía interrumpir dicha reunión solo para una simple despedida. Cabizbajo y con unas lágrimas que se rehusaron permanecer en su lugar, saco un block de notas y como pudo apuntó en este su número de celular y una nota con este, les pidió a las sorprendidas secretarias que en cuanto pudieran le entregaran dicha nota a Killua o a Mikelt San. Sin más que decir y aguantando el persistente llanto se marchó lo más rápido que sus pulmones le permitieron correr pues era presa del dolor y la desesperación así como del tiempo que seguía avanzando en su contra.

OutsiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora