Es un milagro de cuarentena, me han llegado la inspiración de madrugada y no he podido dormir, si no escribía esto y obviamente lo publicaba de "ya", pues estos días le han dado tanto amor a esta historia que me sorprende como me pone muy feliz que les guste y la apoyen.
Gracias a los nuevos lectores por su amor y jajaja desvelos por casi dos noches para estar al día con la historia 💜🙂, también por los votos y mensajes, me reí mucho leyendo cada uno de ellos.
También gracias a quienes le han seguido la pista a esta historia pese al tiempo y a veces ausencia 💜🙂, también por agregar a favoritos y dejar que otros la encuentren 💜.
Espero sus mensajes y amor 💜.
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Estaba tan entusiasmado por qué el albino apareciera en el comedor que no noto el cómo es que cierto rubio lo veía despectivamente. Tanto brillo y sonrisas tontas por parte del chico lo tenía mareado, como es que este mocoso podía estar tan feliz y radiante después de los problemas dentro de la agencia los otros días.
Por otra parte estaba el detalle que se supone que pronto debían comenzar a trabajar con su "supuesta carrera músical" y el chico siquiera estaba prestando atención en responder los miles de email's, que le ha estado mandando. En cierta forma a estado considerando solicitarle su número de celular pero la simple idea, lo pone aún más "molesto", sabe que ese odio o repudio que siente por el chico, es infundado en base a los "celos" y culpas pasadas y que debería dejar el pasado justo en el pasado, pero es imposible si el "mocoso" anda por allí brillando frente a él con cara de bobo.
Entre más lo ve, más incrementa su enojo y malestar, todos en el comedor se sienten incómodos y fuera del azabache que no nota nada, todos observan el "rostro, que aunque atractivo" también genera terror, pues se sabe de antemano que el hombre es de carácter explosivo.
Estar en una junta con el y que está incluya la presencia de la otra "bomba castaña" es una combinación casi suicida. Todos prefieren evitar en su mayoría estar cercas cuando estos dos hombres se juntan, pues podríamos perder la audición y las ganas de trabajar en el mundo de la música, te absorben la energía y escupen tus esperanzas en tu cara, si se te ocurre entrometerte en alguna de sus escalofriantes peleas.
Nadie sabe, el cómo es que el chico de recepción se ganó el odio de este hombre, pero nadie está dispuesto a proteger a la damisela en apuros del feroz dragón que lo está acechando, menos si continúa con esa cara de bobo, que tiene mientras mira repetidamente su móvil.
Las cosas no podrían ponerse más tensas, en una mañana que prometía un delicioso café y un desayuno semi balanceado. Muchos preferían salir a buscar otro sitio para desayunar que seguir enfrentando está atmósfera tan fácil de cortar con un cuchillo mantequillero. Justo estaban planeando escapar del lugar, cuando entró el segundo terror del lugar.
Un castaño entró despreocupado al comedor se preparó de espaldas una taza de café recién hecho, justo estaba por salir cuando noto que todos lo observaban salvó, el ensimismado azabache quién no movía su vista del móvil mientras mantenía una gran sonrisa. Esa sonrisa le decía al castaño a todas luces "algo muy bueno, me acaba de pasar" (pensó).
Estaba por ir a sentarse con el azabache y someterlo a un interrogatorio para que soltará, toda la información cuando, una fría mano lo sujetó del brazo y lo arrastró consigo.
Las miradas cruzadas, no podían evitar ser más feroces o simplemente no podían ser menos intimidantes. Los pocos que aún quedaban en el comedor estaban en estado de "shock" definitivamente nunca les había tocado, ver esa clase de interacción entre ambos hombres, es decir siempre eran gritos y objetos volando, está vez había contacto físico, la inminente posibilidad de que hubiera una pelea a golpes era tan irrisible como que no se podían siquiera mover de la impresión.
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Outsider
FanfictionInfluenciado por el hechizo de una desconocida voz y las vertiginosas notas descontroladas de una guitarra. Se encuentra tarareando un joven absorto en la melodía, mientras persigue al son de su propia guitarra a la escurridiza voz. Sin saber el ¿po...