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- ¡Alto! ¡Policía! – Tres uniformados de la ley, corrían a toda velocidad tras tres criminales, a los cuales les trataban de detener en una persecución por toda la avenida que recorrían.
Ese era el caos que se vivía en la ciudad ese día desde la mañana, pues casi todos los criminales en New Townsville tenían una misión y eso estaba más que claro.
Los tres sujetos huían por la acera, los tres corriendo con tres bolsos femeninos, tal vez robados por separado en distintos lugares, y después reunirse para repartir el botín, pero al parecer no fue como se esperó.
- ¡Alto! – Volvió a gritar uno de los oficiales que corrían detrás de los sujetos, entonces uno de ellos saco un arma y sin dejar de correr comenzó a disparar hacia atrás, sin ver, hecho que hizo que varios peatones que estaban en medio de la persecución se cubrieran y algunos salieran huyendo alarmados.
Una de las balas alcanzo a uno de los oficiales haciéndolo caer herido, y uno de ellos regreso para atenderlo, mientras que el oficial que aun los perseguía decidió seguir con la persecución, alcanzando unas cuadras más adelante al que más atrás iba, logrando derribarlo de una tacleada, provocando que él y el sujeto cayeran al suelo.
Después el criminal trato de levantar el arma, pero no pudo.
- ¡Alto ahí!... levántate despacio y sin movimientos bruscos – Ambos hombres se levantaban despacio del suelo, el oficial sin dejar de apuntarle al criminal, y este aun con el bolso en la mano. Entonces de un movimiento rápido, con el mismo bolso, el hombre tumbo de la mano del oficial su arma para después golpearlo en el rostro, acto por el cual cayó al suelo, así el maleante levanto el arma del oficial y le apunto directo a la cabeza.
El hombre simplemente cerro los ojos, esperando la descarga del arma de fuego en su cabeza, acción la cual nunca ocurrió, entonces todo ocurrió demasiado rápido, pues aun con los ojos cerrados el policía pudo escuchar unos cuantos golpes y quejas de dolor del otro tipo, y para cuando abrió los ojos, el criminal estaba en el piso inconsciente, hecho que lo dejo desconcertado.
Los otros dos sujetos aún seguían corriendo, y en un cruce de un a calle un auto al ver como imprudentemente pasaban corriendo con el semáforo en verde, freno de improvisto, tapándoles sin intención el camino.
El que iba más adelante simplemente brinco sobre el capo del auto y siguió corriendo, pero el segundo si paro en seco deteniéndose y golpeándose precipitadamente sobre el vehículo.
- ¡Baja del auto! – El hombre apunto con su arma al interior del vehículo amenazando al conductor el cual se quedó paralizado de temor al ver el arma con el que lo amenazaban.
- ¡No escuchaste?! ¡Que bajes del maldito au… - Pero el sujeto no pudo terminar la orden, pues una mano con un guante lo tomo del cabello y lo estrello contra el parabrisas del auto, con poca fuerza para no romper el mismo, pero si la suficiente como para dejarlo inconsciente.
El conductor quedo estupefacto y mudo al ver todo lo que ocurrió en segundos, y miro por fuera la figura que lo acababa de salvar.
- Llame a emergencias… - Fue lo que escucho del hombre, y después vio un destello rojo en la misma dirección en la que se fue el otro criminal.
El ultimo sujeto corría con su bolso a toda velocidad, ignorando por completo lo ocurrido con sus dos compañeros detrás de él. Trato de huir por un callejón para poder despistar a quien fuera que lo persiguiera, pero para su infortunio el callejón que había elegido para huir, era literalmente "Un callejón sin salida".
- Mierda… - Mascullo al verse atrapado por sí mismo.
- Es en serio?... tantas molestias por unos bolsos… - El hombre se dio la vuelta con su arma en mano apuntando a quine hubiera dicho aquel comentario, pero su momento de valentía se le acabo cuando noto quien era.
