capitulo 2

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El sonido de vehículos transitando por las avenidas y autopistas, sirenas de ambulancias o patrullas en la línea del deber, el sonido de claxon de taxistas y conductores de camiones atrayendo pasajeros a sus unidades disponibles para cubrir la cuota que sus empleos demandaban, el sonido de hombres trabajando en construcciones nuevas de edificios carreteras, nuevas o cualquier otra estructura de esa ciudad y el sonido de cientos de calzados de los peatones y personas que van a sus trabajos y escuelas, o simplemente transitan libremente en las calles de New Townsville, es el sonido matutino de cada día en la ciudad, dando a entender la rutina y cotidianeidad de en la que las personas de esta urbe viven. Cada día era igual al siguiente y las personas sabían eso, era algo que tal vez no les interesaba cambiar, pero muchos creían que la ciudad se había sumido en hueco gris en el que cae cada día sin tocar fondo, pero ese pequeño margen de personas que creían eso no podían cambiarlo, aunque muchos quisieran no era tan posible de cambiar.

En un bar cerca de los barrios bajos de la ciudad se hallaba Brick tomando unos tragos (Si, aun fuera de su remolque seguía embriagándose). El pelirrojo se bebía un poco de Wiski en un vaso mientras veía las noticias en una vieja televisión que se encontraba en un rincón del establecimiento.

- Oye! – El chico de ojos rojos hablo fuerte al cantinero provocando que este se volteara a verlo y observara como el muchacho sin mirarlo señalaba su vaso carente de Wiski.

- No entiendo cómo puedes beber tanto y seguir de pie como si nada – decía el cantinero con un tono que denotaba gracia, pero también sorpresa mientras le servía el doceavo trago al chico que estaba en su barra.

- No te quejes anciano, después de que cuido tu bar de imbéciles que quieran causar alboroto, esta forma de pago no debería molestarte, ¿no crees? – decía el chico con sarcásticamente antes de empezar a beber su bebida.

- Pero si sigues así, me dejaras sin bebidas para los clientes –

-Tu solo sírveme mientras este aquí, o empezare a cobrarte en efectivo –

- Ni si quiere lo pienses – dicho esto el hombre viejo dio tomo un silbato colgado en su cuello y soplo en él, aunque ninguna clase de sonido fue emitido por el artefacto un grupo de cucarachas camino en la barra con plato de botanas hasta donde el hombre y muchacho estaban y dejaron el recipiente frente de ambos y seguidamente el viejo tomo uno de los nachos llevándoselo a la boca.

Brick observo la escena con un ligero gesto de desagrado.

- Aun no entiendo cómo es que no te han clausurado este lugar Cuco y como es que aun tienes clientela – Menciono mientras empezaba a dudar si darle otro sorbo a su vaso después de lo presenciado.

- Bueno servir un par de tragos gratis a la policía y a los de salubridad en momentos tiene sus beneficios Jajajajaja! – El hombre comenzó a reír por lo dicho, pues en esa parte de la ciudad casi no había mucha autoridad, había establecimientos ilícitos que servían bebidas alcohólicas ilegales, prostitutas en cada esquina, tipos vendiendo y traficando drogas y robos en cada cuadra, en el lado norte de esta ciudad estaba prácticamente contaminado y controlado por el crimen y aun que el Bar de Cuco no era exactamente el más legal o el más limpio era el que menos estaba metido en asuntos ilícitos, podría decirse que era un lugar neutro del crimen organizado.

- jeje supongo que tienes razón – Menciono el chico divertido al ver la expresión de complisismo con que lo miraba el anciano.

En eso la campanilla colocada en la puerta del lugar que anunciaba la llegada de clientes sonó, y en el establecimiento aparecieron cuatro sujetos, todos armados, tenían pinta de ser criminales callejeros contratados por alguien más poderoso, pues por sus ropas y apariencia se veía que solamente eran criminales comunes, pero las armas que portaban eran de un calibre y precio que no cualquier criminal consigue.

BRICK HIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora