Capítulo 5

8 2 0
                                    

- Hola, papá - lo saludé con una voz aguda del miedo que sentía y con la esperanza de que no mencione nada de lo que quiera decir - ¿Qué haces afuera tan tarde?

- Esperándote - contestó todo seco.

- ¡No lo puedo creer!, ¿Otra vez rastreándome, papá? - le reclamé pero él no dejaba de observar a Álvaro con total enojo y podría decir celos, ignorándome.

Mi papá es muy celoso y tiene la mala costumbre de rastrearme. No sé si es por el celular o por algún dispositivo que me haya dado. Pero no es algo elogiable. Mi mamá no se queda atrás, pues es que a pesar de que dice que está en contra de que rastreen, no hace nada para detenerlo, es más, podría asegurar que es la primera en buscarme por el rastreador.

Traté de ocultar a Álvaro conmigo misma, según yo, para evitar que mi papá lo vea, pero él era más alto que yo y parecía una estupidez el haberlo hecho. Qué digo, fue una estupidez.

Estúpidos nervios.

- Sal de ahí - me ordenó, a lo que yo obedecí instintivamente. Me moví hacia un costado dejando a la vista a Álvaro de mi papá.

- Nombre - exigió.

- Álvaro - contestó rápidamente.

- Apellidos.

- Peirce Salazar

- Edad.

- 17

- Estado militar.

- Papá, no lo interrogues, por favor - traté de interponerme con cara más molesta que pude hacer; pero no dio resultado.

- Tú no te salvas, jovencita. Ve creando una excusa por lo menos aceptable, porque te la vas a ver conmigo - me gritó mi madre desde la ventana donde observaba la escena. Escucharla me hizo sobresaltar y al mirarla vi que obviamente estaba muy molesta. Mientras que Álvaro, feliz de la vida, riéndose como si de eso dependiera su vida. Este hijo de su madre.

- ¡Contesta! - le gritó mi papá a Álvaro al verlo riéndose de cómo mi mamá me calló.

- Soltero - dijo serio, volviendo a ponerle atención en mi padre.

- Hijos.

- Soy muy joven para tenerlos - dijo algo confundido por la pregunta.

Jamás había pasado por tanta vergüenza en mi corta vida.

- Tipo de sangre.

- O-

- Estudios.

- Superior, pero en curso - aclaró.

- Trabajo - continuó mi papá.

- Cinco - lo dijo con completa normalidad como si todo el mundo lo hiciera.

- Exs.

- Cero - ese me parecía mentira.

- Drogas.

- Nunca - lo dijo bien seguro, lo cual tranquilizó a mi papá.

- ¿Virgen? - creo que no era la única que no creía lo de 0 exs.

- ¿ah? - frunció el ceño confundido por la pregunta personal, yo solo me aguanté la risa por su reacción.

- ¿Te lo haces? - parece que mi papá lo tomó como sospechoso.

- Disculpe, ¿A qué se refiere? - preguntó Álvaro más confundido aún; negué con la cabeza.

- Juguetes.

Predestinados Y No PredestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora