Capítulo 10

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Escuché atentamente cada una de las palabras que salieron de sus labios, pero no se me venía nada a la cabeza. Mi mente me decía que nada de eso había pasado, que seguro, lo que Nathy estaba diciendo, era uno de sus tantos alocados sueños que solía tener cada noche; sin embargo, mi corazón me decía que sí, que lo que siento, ese dolor, era causado por ese algo del pasado que no recuerdo y que me causa tanto daño, tanto incierto. Trataba y trataba de obtener alguna pista, un segundo, una imagen, que me guíe hasta esos tiempos para superarlo todo y poder realmente avanzar aunque aun así no lograra nada.

— Vale... — me llamó preocupada por mi repentino silencio — ¿Estás bien?

Si hablamos de estar bien, pues sí lo estoy. Aún lo estoy. Mi corazón ya se rindió y se tranquilizó, dándome una paz interior en todo mi cuerpo y un pequeño vacío en mi corazón. Solo tendré que esperar, esperar a que yo esté preparada para recordarlo todo o cuando el destino caprichoso crea necesario.

— Sí, tranquila — le sonreí para convencerla — Aún no recuerdo nada de lo que pasó a pesar de todo lo que me dijiste; pero he decidido dejarlo que venga a mi cuando quiera o sea necesario. No me quiero forzar a recordar algo y luego arrepentirme de haberlo hecho — mis palabras parecieron tranquilizarla y ver su sonrisa otra vez, a mi — Pero no hablemos ya de eso.

— Estoy de acuerdo contigo — nos miramos cómplices mientras me dedicaba a continuar bebiendo de mi bebida — ¿Sabías que Rodrigo había participado en un concurso de talentos en donde ganó por su angelical voz y su gran talento para el baile? — literalmente le escupí todo en su cara.

— ¿Qué? ¿Enserio? — solté rápidamente y su cara fulminadora me atrapó — Ups, lo siento — le dije sonriendo mientras le ayudaba a secarse y ella también empezó a reír. Felizmente lo que tenía en la boca era solo un poquito, sino hubiera arruinado su ropa, aunque sí arruiné su maquillaje — ¿Cómo supiste eso?

— Siempre busco en internet el nombre de cada persona guapa con la que me cruzo, es una manera mía de obtener información y cuando busqué su nombre salió todo eso y cada presentación que tuvo. Lo he escuchado y la verdad tiene una voz increíble — terminó y me escudriñaba para ver qué tipo de reacción tendría.

— Bueno, pues que bien por él — dije a secas. Ni nada más, ni nada menos, pero no pareció ser suficiente para Nathy — Sabes, Nathy, será mejor que vallamos ya al baño antes de que se nos acabe el tiempo y no puedas lavarte la cara y maquillarte — cambié rápidamente de tema y la jalé para que se parara y nos dirigiéramos al baño; pero delante de nosotras estaban viniendo un chico alto y guapo y la misma chica de hace rato, la del batido — ¿Quién es él? — le susurré al oído.

— Él es James — me contestó sin dejar de observarlos venir hacia nosotras.

— ¿Y qué quiere él contigo? — la observé y ella a mi.

— Como viene con su hermana, no creo que venga a verme a mi — llegaron frente a nosotras y todos se concentraron en nosotros otra vez.

— Espera, ¿Dijiste hermana? — mi expresión debió de haber dado mucha risa porque todos se estaban riendo de mi.

Ahí estaban los dos, frente a frente de nosotras, mirándonos con supremacía, como si fuéramos menos que ellos dos por alguna tonta razón que de seguro era algo tan tonto como la chica del batido por no dejarme en paz o su hermano por seguirle la corriente.

Ese tal llamado James no dejaba de mirarme fijamente, tal vez para intimidarme o estaba descifrándome, escudriñando qué tipo de chica se había atrevido a molestar a su hermana; pero no lo dejé intimidarme. La verdad, no me inspiraba para nada confianza y, al igual que él, traté de descifrarlo. Buscar cualquier detalle que me dé una pista de qué tipo de persona podría ser. Tal vez necesitaba poner más cuidado con mi trato hacia él, no como hice con su hermana.

Predestinados Y No PredestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora