Sheep's Clothing

『 Masoquist 』

C a p í t u l o  33

Después de aquel día, intentó alejarse de Goushu lo más posible. No sabía cómo expresar su rechazo, no sabía que palabras decir siendo que lo ha estado ilusionado por varios meses. Tiene una gran peso en los hombros que lo ha estado atormentando, no pudiendo dormir tranquilo o si quiera aprovechar el día con su pareja.

Endou. Oh, Endou. Él sigue mejor que nunca. No han hecho el amor desde hace varios meses y, a pesar de algunos ataques o ciertas situaciones, no ha sufrido ningún tipo de moretón. Es más, su piel volvió a ser la misma, sin ningún rastro de sus deseos carnales ni manchas. Incluso los dolores musculares se desvanecieron. Su relación ha mejorado en demasía y por fin son la pareja que en un principio fueron, llena de cariño, de amor, de calidez, de sentimientos. Ya no hay insultos, ni gritos, ni amenazas, solo besos, abrazos y dulces palabras. Fue lo que Goenji siempre quiso y Endou está encantado con la situación.

—¿Goenji? —Con la mirada fruncida, apretaba la hoja arrugada entre su mano, mirando con desaprobación al mencionado en frente suyo.

—¿Mamoru? ¿Qué ocurre? —Confundido, pronto sintió unos escalofríos recorrer su espina dorsal. Tenía tiempo sin ver aquella mirada en su amado y escucharlo pronunciar su apellido no era buena señal. Cuando se acercó, no pudo evitar retroceder. Su corazón se aceleró.

—Explicate —Seco, frío. Parecía otra vez el mismo tempano de hielo de hace meses, queriendo darle un castigo por cualquier pequeña cosa que haya hecho.

Goenji no entendía lo que ocurría, al menos, fue así hasta que la hoja arrugada, que sostenía con odio, la desdobló mostrando el contenido. Una foto. Una foto en donde estaba con Goushu en aquel restaurante, con un escrito al lado, diciendo victorioso: Lo voy a salvar de ti, ya falta poco.

—Mamoru, eso no fue nada —comentó, estando más tranquilo, pero aún así su corazón bombeaba con horrorosa velocidad.

—No fue nada —repitió Endou, aplastando nuevamente la foto entre su mano, hasta hacerla puño—. Ah claro, no fue nada —Sonrió con cierta malicia, ironía. El rubio tembló al ver aquella expresión nuevamente—. Entonces mis esfuerzos tampoco fueron nada.

—Eso no es lo...

—Ir al psicólogo no fue nada. Tener que enfrentar mi pasado no fue nada. Tener que entenderme a mi mismo tampoco fue nada. Tener que luchar con mi persona para poder hacerte feliz, para poder hacer evolucionar esta relación, ¡para poder estar juntos sin ningún problema no significó nada para ti!

—Mamoru.

—¡Cállate! —Un pesado silencio inundó el ambiente. Goenji ya estaba al borde del tejado, chocando espalda con las rejas, y Endou seguía acercándose tal cual depredador ambriento—. A ver si esto ya no es nada.

Atacando ferozmente el cuello del rubio, provocó que un fuerte gemido saliera por su boca, desgarrando su garganta ante el fuerte dolor sentido por los dientes traspasar su piel. Aquella húmeda lengua se paseaba por la zona, degustando su sangre como si de un vampiro fuera.

—Yo no siento nada por él —tartamudeando, sintiendo el cuerpo ajeno apegarse aún más al suyo, intento razonar—. Él no es nada.

Una cachetada le hizo inmediatamente dejar de intentar, provocando que lágrimas salieran sin control alguno.

—Si tu fuiste el que le siguió el juego —Agarrandole del cuello, apretando la zona con un odio profundo, rió maniático al ver las caras adoloridas que hacía—. ¿Crees que no noté nada todos este tiempo? Pero confié en ti. Este es el colmo.

—Mamoru.

—¡Endou Mamoru! —Goushu, con la mirada decidida y furiosa, se acercó a la pareja y sin ningún cuidado alejó al castaño del rubio—. ¡No lo toques!

—Sabia que había algo mal en ti —exclamó, señalándole con repugnancia en su mirada—. Te odié desde el principio.

—Eso no me importa —Soteniendo al contrario, revisando la herida en su cuello, quiso darle un fuerte abrazo para demostrarle que estaba ahí. Pero un empujón lo descolocó.

—Lo siento, Goushu —Limpiándose las lágrimas, se alejó del mencionado a paso lento, tratando de ignorar la mirada desconcertada que le regalaba—. Yo me deje llevar y de verdad lo siento, pero no tengo sentimientos por ti. Eso es lo que intentaba decirte cuando salimos del restaurante.

Un silencio se hizo presente. Goenji fue a un lado de Endou, notando como éste aún no apartaba su odio hacía él, por lo que tuvo que agachar la cabeza.

—Goenji, por favor. Intenta darte cuenta —habló, acercándose con cierta angustia—. Él no te ama, solo te está usando.

No respondió. Al voltear a ver a su castaño, ambos conectaron miradas. Aquel brillo que había apreciado por todos estos días, ya no estaba. Aquel rostro más iluminado, más vivas, más libre, ya no estaba. Otra vez su mundo se oscureció y era por su culpa.

—Eso es mentira —Sin apartar su conexión, contestó. Ambos se volvían a enfrascar en la mirada contraria.

—Goenji ¿No ves en tu cuello? ¿No lo sientes? Él te hizo eso y sé que te hizo mucho más.

—Por favor, Goushu —Deteniendo todo movimiento del mencionado, le brindó una mirada algo dolida con lo que procedía a decir—. No sigas con esto ¿si? —pidió.

—¿Como me pides eso? No puedo.

—Goushu...

—¡Yo te amo! —exclamó—. Yo te brindaría todo el amor del mundo. No te haría daño, ni me atrevería o pensaría hacerlo. Te haría feliz todos los días y trataría de hacerlo sin falta cada amanecer de todos los años. Él solo te lástima, te tortura. Pareciera que ni te das cuenta de todo lo que te hace, como... —Deteniendose repentinamente, mirando atónito al rubio, procesando lo que su cabeza gritaba con obviedad.

Goenji miró sin entender al contrario, teniendo cierto miedo de las palabras que dirá. Un escalofrío le dio una mala señal.

Goushu, con un semblante serio, relajó sus acciones, tomándose de la cabeza con cierto estrés.

—Ya veo. Tu buscabas esto ¿No?

—¿Qué?

—Endou no es el único, entonces —Suspiró, sintiendo sus ojos aguarse. Estaba decepcionado, tanto de si mismo como de Goenji, de la persona que es—. Eres un masoquista.

—¿Eh?

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¿Kha? TE PICA ER CULO, GOUSHU.

KOMO TE ATREVEZ?

DEGENERADOOOOOO

¿Alguien sabe cuántos capítulos faltan? ಡ ͜ ʖ ಡ