『 Eternity Love 』

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C a p í t u l o  41

—Endou, si viniste —La sonrisa en el rostro se Elizabeth hizo que se sintiera bien consigo mismo. Ella se acercó a ambos, esperando ansiosa ver un respuesta positiva a todo lo que había planeado.

Vio como un rastro de lágrimas les decoraban el rostro a ambos y supo que, con un gran dolor, hubo un desenlace en el que no pudieron terminar separados, negándose a repetir la misma escena. Supo que dolió. Entendió que esos ojos, cansados, estaban satisfechos; felices como podían.

Abrazó a ambos, sintiendo como le correspondían lentamente.

—¿Ese es Endou? —preguntó Kazemaru, parpadeando perplejo ante aquel hombre que tenía gran parecido a un viejo amigo. Todos voltearon de inmediato.

Kidou supo que algo no andaba bien, pero al parecer, se mantenía en control. Ver a los tres, abrazados, en un contacto íntimo, supo que superaron una barrera de acero. ¿Elizabeth sabía de la relación de Endou y Goenji?

—Si, si es —Se levantó Tachimukai.

—Vamos a saludarle —exclamo kabeyama.

—No —interrumpio Fudou, antes de cualquier movimiento ajeno—. No es momento. ¿Recuerdan la relación que tuvieron ambos?

El silenció prevaleció por un momento, en el que todos eran espectadores de la escena entre los recién casados y el ex del esposo. A esa vista, parecía una telenovela latina.

—Quisiera que ambos bailaran —soltó con una voz suave, después de haberse separado en el abrazo, en el que sintió como lágrimas caían a su espalda y vestido. Agradeció ser alta y que su pelo no se haya mojado por las lágrimas—. Cuando la fiesta termine y todos se hayan ido, quiero que bailen juntos. Lo mejor para terminar esta unión, es un bonito vals juntos, conectando sus corazones.

—Querida...

—Sé lo que hubo entre ustedes. No en específico, pero sé que hubo un romance. Nadie me quiso contar algo sobre eso y decidí investigar. Con la poca información, me di cuenta —Acercandose a su esposo, le seco las lágrimas tiernamente, dándole un beso dulce en la mejilla—. Su separación fue un dolor que perdura aún la actualidad y yo no podía seguir con los brazos cruzados ante eso —Volteandose a Endou, le seco las lágrimas de igual manera, sonriéndole  con cariño—. Por favor, no se separen y no olviden esa bonita conexión solo por el rencor.

Ambos se miraron, compartiendo el brillo que aquellas palabras le hicieron causar, con ese sentimiento satisfactorio, esperanzador. Ambos se sonrieron, se sintieron más unidos. Eso solo afirmó que el sol ya no era un papel para ellos. Se abrazaron nuevamente. Elizabeth, sin poder soportar, lloró, conmovida.

—¿Arreglaron todo? —Las palabras inocentes de Fubuki le hicieron a todos pensar sobre eso. No escuchaban, solo podían ver a lo lejos. Eran los únicos que estaban pendientes de esa escena.

—No lo creo —soltó Kidou.

La música sonaba suavemente, retumbando en la soledad de la sala, ignorando el hecho de que solamente habían dos personas en el espacio, gozando de solo poder envolver a aquellos con su dulce melodía:

Hakuna Matata, una forma de ser.
Hakuna Matata, nada que temer.
Sin preocuparse... Okno. Vale, esto ya estaba como que muy sad ¿No?

Toma 2:

La música sonaba suavemente, retumbando en la soledad de la sala, ignorando el hecho de que solamente habían dos personas en el espacio, gozando de solo poder envolver a aquellos con su dulce melodía.

—De verdad lo siento —susurro, solo para Goenji le llegara a escuchara. No obstante, no estaba triste, ni decaído. Le sonrió con dulzura, mirando, como si hubiera sido la primera vez, al contrario.

Goenji sonrió de igual forma y prosiguió a agarrar la mano izquierda del castaño, para entrelazar la con la suya, posterior, posar su otra en el hombro ajeno, acomodándose para iniciar un lento vals. Endou dudó en su rodear la cintura del rubio con su mano libre, pero terminó por hacerlo, queriendo aprovechar el momento, sabiendo que pronto terminaría.

Sus pasos pronto se adherieron al ritmo de la música, en una sincronización perfecta que no hubo necesidad de verse los pies para saber por dónde iba el otro. Se perdieron en la mirada ajena, en el brillo del otro, en el sentimiento que hacía sus corazones palpitar agitados, uniendo sus cuerpos con cada paso. Inconcientemente, estaban tan juntos, deseando, sin pensarlo, en querer unificarse para no separarse nunca del otro, para no dejar de verse, de sentirse; saber con seguridad que el otro está ahí, sin dudar de la realidad. Sin darse cuenta, la música cambio. Sus pasos se expandieron por toda la sala, rodeando las mesas, las sillas. No detenían su baile, no apartaban sus miradas, pero no podían cortar los milímetros.

La música dejo de escucharse, aún sin dejar de retumbar en las paredes. Ambos ya no escuchaban nada, no sentían el exterior ni querían sentirlo. Hundidos en su propio mar, en el fondo, bailando contra la gravedad, contra el aire, contra el agua, sin prestar atención en tiburones, ballenas, peces. La tormenta en sus corazones retumbó fuertemente, con rayos incontrolables y fuego ocasionado por estos mismos, con lluvias torrenciales y centenares de gotas cayendo a tanta velocidad, haciendo daño en su trayecto. Ambos se estaban ahogando, pero era un problema que simplemente pasó a segundo plano. Por más que estaban a punto de morir, no les preocupaba, porque estaban contemplando la mirada ajena; sumergidos en sus pensamientos vacíos, hipnotizados, no veían lo que causaban a su interior.

El amor es ciego, es sordo, es mudo. Incluso, me atrevo a decir, que está trastornado. Llega sin dar aviso, sin poder ver si quiera lo que está haciendo, sin escuchar los desgarradores gritos que ocasionan sus actos, sin siquiera importarle, sonriendo macabramente, imaginando un mundo feliz en su vista tan oscura, creyendo que todo esta bien, que crea felicidad, queriendo creer que todo es rosa pastel. ¡El mundo es rosa! ¿Verdad? ¿¡VERDAD!?

—Jamas dejaré de sentir esto por ti —susurró, hundiendo si rostro en el hombro del mayor—. Jamás lo dejé y dejaré de sentir.

Goenji lo apretujo más, sin decir palabras. Ambos pararon. No quisieron verse está vez, sabiendo que si lo hacían, se cometería una acción perjudicial para sus emociones.

—Yo también.

El amor dependiente, aquel que es más doloroso, es el más peligroso.

El amor volvió a preguntar: El mundo es rosa ¿verdad?

Ellos están bien ¿No?

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Oh, mai gosh. Luket jim bot xd
Okno

Sorry nuevamente por la tardanza, ¿pero quién escribe en navidad y año nuevo? Yo no. Estuve muy ocupada, la verdad.

Hablando sobre la historia, debo hablar sobre esta visión del amor. Cuando lo lean, no lo vean de una forma equilibrada, veanlo como alguien desquiciado, enfermizo, loco. Imaginenlo como alguien solitario, que no puede ver, ni oír, ni hablar; hundido en su soledad, con todo su alrededor oscuro, buscando una forma de salir de su calvario pensando en hacer felices a las personas, uniendolas aleatoriamente y creyendo que hace el bien. No se da cuenta de todo lo que causa. Véanlo como alguien triste, sin consuelo cuerdo alguno. Me inspiré un poco en el joker, por si las dudas.

Es necesario para que tenga cierta idea de cómo acabará, a menos de que quieran llorar más de lo que ya han llorado (Si es que lloraron. Yo si lo hice y eso que soy la que escribe). Es como un punto importante, también, para toda la historia. Representa lo que está relación es.

Sin más, les dejo a parte una canción que me inspiró un poco para los sentimientos de Goenji, así, también, tienen una idea mucho más clara.

Me voy, pero esta vez regresaré más pronto de lo que esperan.

Ustedes: ¿segura?

.... *Sale por la ventana*

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