『 Happy final dream』

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C a p í t u l o 44

Los gemidos retumbaban por la habitación, llegándose a escuchar desde la sala y que, por suerte, no llegaban a oídos vecinos. Ambos se concentraban en el acto, perdidos en su lujuria y en los efectos engañosos del alcohol, dejándose llevar por aquella tensión que tanto tuvieron que soportar, por aquel deseo culposo que mantenían oculto en lo más profundo de su corazón, por aquella necesidad prohibida que tan calvario les hacía pasar. Todos estos años, en el intento por pasar de página y escribir una nueva historia, terminaron retrocediendo millones de capítulos a lo que en un inicio fue su más fatídica perdición; su más severa y enferma obsesión.

La casa estaba destrozada. Las lámparas que se encontraban en distintos puntos del salón estaban esparcidas en pedacitos por el suelo, el sofá estaba muy lejos de su posición anterior, uno de los espejos en la sala estaba roto y en la mesa del comedor estaba regada la comida y bebida que se habían dedicado a ingerir antes de emborracharse. Se habían dejado llevar por el momento, por los sentimientos, por el arrepentimiento. Una simple copa fue quien dio inicio a tan descabellada aventura erótica, la cual empezó en conversaciones incómodas, subió a unas de mayor confianza, se elevó a grandes carcajadas y recuerdos del pasado, terminando con acercamientos atrevidos y toques excitantes para acompañar a los besos húmedos que solo aumentaban la subida de temperatura. Pronto se vieron en el cielo, nuevamente.

La ropa se la iban quitando cada que querían avanzar en el acto, al mismo tiempo que los pasos a las otras zonas en busca de la cama. Sus camisas quedaron en el comedor, sus pantalones en la sala y sus boxers quedaron justo frente al espejo roto. Estaban tan sumergidos en su acto que olvidaron la realidad, el presente y lo que querían para el futuro.

—¿Te gusta? —Repartía besos por el cuello de Goenji y acariciaba su abdomen de una forma suave y dulce, gozando de la sensación en sus yemas. Se degustaba con los gemidos que soltaba el contrario a consecuencia que no paraba de embestirlo con fiereza.

—¡Si! ¡Si! —Gemía con desespero, abrazando los hombros del castaño y rasguñando su espalda, tratando de conseguir un soporte—. ¡Más! ¡Quiero más!

Los sonidos obscenos que salían en el choque pélvico de sus acciones incrementaron a tal punto que empezor a mezclarse con los gemidos y fuertes jadeos que sus bocas soltaban. El ambiente frío del aire acondicionado se vio opacado por el calor de sus cuerpos en completa fricción, creando una gruesa capa de sudor en ambas anatomías que, al contrario de lo que sería, mejoraba el contacto entre sus pieles y creaba sonidos viscosos, eróticos, que les inspiraba a no parar, a querer sentir más, a querer hacer más, a cumplir su más profundo y anhelado deseo.

Su relación pasada se olvidó, su ruptura quedó como si no hubiera pasado, Elizabeth quedó totalmente olvidada por ambos en ese instante y el bebé que pronto llegaría como nuevo integrante de la familia sencillamente se desvaneció. Los errores, los triunfos, el daño, la cólera, su camino... todo se esfumó como si hubieran sido receteados, como si estuvieran iniciando una nueva vida, un nuevo comienzo, una nueva oportunidad; un inicio de cero.

Pero, algo que se tiene que mencionar y apreciar, es que con todo el alcohol del mundo, esa noche fue mucho mejor a comparación de sus antiguos encuentros. Su amor, su cariño. El paso del tiempo cambia las cosas y, para mal de ellos, su amor eran tan puro que no podía igualar a lo que en el pasado sintieron. Las dulces caricias, el tacto gentil, los besos suaves y apasionantes. No era sexo, no estaban follando, era amor, no solo lujuria del alcohol, era el amor que por tanto se estuvieron guardando. Se sabe que en algún punto, cuando el vaso está lleno, empieza a desbordarse; pues su vaso se llenó tanto que la tapa terminó volando y dejando que todo se desborde, sin importar que no se detenga.

Sintieron amor; el amor que les había hecho falta en su adolescencia. Ambos estaban concientes de ello aún al día siguiente al despertar.

Goenji lo sabía.

Endou lo sabía.

⚽️

Entonces... ¿Por qué?

¿Por qué?

Era la pregunta que más le agobiaba, que le atormentaba todas las noches, porque no sabía la respuesta y no la sabría nunca.

Ambos habían seguido su aventura, dejándose llevar por su amor prohibido y apasionante deseo, sintiéndose jóvenes, como si estuvieran en una película de persecución. Volvieron a la vida en esos meses, juntos pudieron levantarse y dejar de llorar en una tortuosa tormenta. Por un momento, sintieron que tenían las ganas para seguir con lo que les queda de vida y vivirla al máximo; sintieron el ánimo, la emoción. Juntos querían lograr conseguir una gran aventura.

Hasta que nació Susumi, la pequeña y linda Susumi que pasó a tomar toda su atención. Su aventura solo duró nueve lentos y pasionales meses, posteriormente, por la pena que aquellos bellos y grandes ojos de la bebé les provocaba a ambos, decidieron dejar eso atrás, con mucho dolor en sus corazones pensando en el bien mutuo y de las personas que les rodeaban, abandonaron su mayor felicidad.

Fue difícil, fue duro y pensó que todo iba en buen camino. Tal vez solo se ilusionó, tal vez los ojos de su pequeña le llenaron de ilusión falsa.

Era obvio de todas formas ¿no?

Cuando estas en la cima nuevamente y vuelves a caer, siempre es complicado volver a subir.

Él tenía a su esposa e hija, eso le era suficiente. Endou no tenía a nadie, al menos no cerca.

Fue su culpa no haberse dado cuenta.

"Si tan solo lo hubiera acompañando" era lo que se repetía constantemente, muy a su pesar.

Porque solo te das cuenta de lo que pasó esa persona, de lo que significó para ti y el gran peso de su presencia cuando no está.

Endou tuvo al fin su sueño más feliz: volver a su adolescencia aunque sea un segundo.

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Bueno, esto es sad. Me imagino que ya saben lo que viene.

Aconsejo pañuelos.

Y quiero aclarar algo, los que tienen mi otro libro EnGoe en su biblioteca, a lo mejor y conocen a Susumi, ella es hija biológica de Goenji y Endou, y por ello he aclarar que en esta historia solo tomé el nombre.

Sheep's ClothingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora