—Jimin estás en celo. —dijo el peligris, se notaba lo tenzo de la situación. No era común para el tener que darle placer a un Omega, nunca lo había hecho. Sólo tenía relaciónes con las concubinas cuando estaba en celo.
—¿Ce-Celo? —dijo confundido el rubio, sus sentidos estaban hechos un caos.
—Sí... Bueno veras.
—¿Qué es estar en celo Alfa? —Yoongi trago duro, Jimin lo estaba provocando con tan solo preguntar eso. Pero no podía hacerle el amor. No podía.
—El celo se da cuando los lobos están en época de apareamiento. —explico, Jimin asintió algo confuso— tú eres un Omega y tus celos son más constantes.
—No sé que es un Omega. No me siento un Omega.
Yoongi rió bajo por lo dicho— Eres un Omega berrinchudo. —el rubio gruño— vez. —otro gruñido— está bien, está bien. Espera aquí traeré unos supresores.
—¿Supresores? —gimio cuando no sintio el cuerpo ajeno a su lado— Alfa no te vayas. ¡Alfa!.
Yoongi salió de la habitación algo apenado por tener que dejar al rubio en pleno celo, llego hasta la planta baja saliendo de la casa, frente a la mansión estaba el área donde vivían las concubinas. Era un lugar bastante grande donde los lobos de la familia principal iban para pasar los celos. Una Omega anciana se acercó haciendo una reverencia— Alfa Min.
—Necesito supresores. —fue directo.
—¿Supresores? —pregunto confundida.
—Sí, supresores para el celo.
—Disculpeme, ¿Para quien es?
—Para mi Omega. —la señora asintió rápidamente, entro de nuevo a la casa con tropezones buscando una caja donde estaban los supresores. Yoongi seguía esperando afuera, su lazo le afirmaba que el rubio estaba llorando de nuevo.— Ya voy, espérame cachorrito.
La Omega regreso apresurada, casi sudando le entrego una cajita azul con los supresores dentro— Su Omega es un Park, por lo mismo debe darle doble dosis, los celos de los omegas Park son más fuertes.
—Entiendo. Gracias.
—De nada Joven Min. —hablo con dulzura, Yoongi hizo una reverencia a su antigua nana. Esa anciana Omega le había criado a él y Hoseok durante su infancia— Cuídalo mucho.
Yoongi paro su caminar con preocupación— Eso estoy intentando —la mujer le sonrió como respuesta— adios. —regreso a su habitación. Cada que daba un paso sentía su lazo doler, sabía muy bien que su Omega estaba llorando como bebé por sentirse abandonado. Taehyung regreso de su ida al calabozo, hizo una reverencia a su líder— cuida que nadie entre.
—Entendido. —El peligris subió las escaleras hasta llegar a su puerta, el olor de Jimin se olía a metros de distancia casi había infestado toda la mansión. Abrió de a poco la puerta topandose con su rubio hecho una bolita en medio de la cama. Las sábanas y almohadas estaban puestas alrededor de su cuerpo, cubriéndose con el olor de Yoongi. Jimin había hecho un nido en los cortos minutos que se había ausentado. Sollozaba en bajito mientras se abrazaba a una de las tantas almohadas que estaban a su alrededor.
—Jimin. —el peligris se acerco lentamente hasta llegar a la orilla de la cama, el rubio lloro llamando la atención del otro— Ya lo siento. Ya volvi.
—Te volverás a ir. Te irás como todos se han ido.
—¿De qué hablas?.
—¡Qué te importa tonto Alfa! —Yoongi rodó los ojos con fastidio.
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Libro de Lobos. © |YoonMin| #3.
Fanfiction❝JiMin nunca espero que al abrir ese libro mal gastado y roto algo muy extraño le sucedería. Lo único que quería era investigar un poco sobre los lobos para su trabajo final, nunca espero que terminaría siendo transportado a un mundo diferente donde...