Libro se Lobos Capítulo XXlll

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—Eres una nueva especie de lobo, JiMin.  —el chico de ojos azules volteó a ver curioso al Beta que había dicho eso.

—¿Qué dices Hyung?. —pregunto dudoso, no estaba de humor para escuchar mierda, tampoco para limpiar la mierda de alguien más.— No digas cosas como esas sin ninguna prueba. —pidio entre dientes. JiMin estaba de brazos cruzados fuera de la habitación que compartía con su Alfa, desde que el Rey Oscuro lastimó al líder de los lobos, un médico tuvo que atenderle de emergencia las feas heridas que le causo. JiMin no pudo entrar con él y eso lo tenía mucho peor, los nervios a flor de piel y demás cosas que pasaban por su cabeza.

—No lo digo yo. Lo dicen todos los que te vieron darles una paliza a dos de los seres más temidos de nuestro mundo. —el ahora peliazul chasqueo la lengua con enfado.

—La gente dice cualquier mierda para empezar los rumores. —hablo con ese tono altanero que siempre tenía.

—JiMin, los lobos Deltus son invencibles, ni siquiera uno de ellos mismos puede derrotarlos.

JiMin se encogió un poco, bueno, NamJoon tenía un poco de razón en eso. Pero él solo actuó en defensa propia para defender a su esposo, de un inminente ataque de un par de dementes. ¡Ufa! Y Park aún no conocía a todo el linaje kim.— Como sea, no soy ningún lobo Omega ni Deltus, así que no me jodas más con eso. —ordeno, NamJoon se apartó un poco de JiMin, porque sintió a su lobo encogerse por aquella órden.

—Como usted pida mi señor. —dijo el peliverde después de un rato. JiMin tenía el ceño fruncido, un aura azulada a su alrededor y un aroma realmente muy agrio.— Es muy raro poder oler un poco tu aroma.

—¿Mi qué?. —JiMin se olfateo un poco, él no sentía nada, solo un leve aroma a galletas agrias.— ¿Tengo aroma?. —inquirio curioso.

—Sí, bueno es decir, YoonGi es el único que puede olerlo, los demás no. Pero ahora tú estás muy enfadado y destilas un aroma agrio de ti, no puedo oler un aroma en si, solo agriedad. —dijo lo más claro posible. JiMin medio asintió sin comprender lo que decía NamJoon. La puerta de su habitación se abrió, y un anciano salió de ella.

—¿Cómo está mi esposo? —fue lo primero que pregunto, el doctor solo suspiro un tanto incómodo por como el esposo del líder llegaba a ser un grosero, pero tenía que tragarse todo, porque era más probable que terminara muerto por hablarle mal.

—Sus signos vitales están bien, tiene siete costillas fracturadas las cuales se curarán en dos o tres días lo máximo. —explico el anciano.— Solo necesita mucho descanso por el momento, y además... —se detuvo un momento.

—¡¿Además qué?! —exclamo furioso el peliazul.— ¡Hablé carajo, odio el suspenso!.

—Su orgullo fue lastimado, más bien pisoteado y eso hizo que su lobo se desconectará de el, cuando eso le pasa a un Alfa líder toma un tiempo para que se vuelva a recuperar. —JiMin apretó los dientes, estaba muy, muy enojado.— Así que si lo nota distante o hiriente no se vaya a exaltar mi rey, porque es normal que eso pase.

—Comprendo. Muchas gracias doctor. —el anciano hizo una reverencia y salió de ahí. Dejando a JiMin y NamJoon con una crísis.

—Le avisaré a SeokJin de la situación, no te preocupes, cuidaremos de la manada en lo que YoonGi se recupera.

—Gracias Hyung. —dijo, viendo la perilla de la puerta.— Veré cómo está.

—De acuerdo, yo iré con SeokJin entonces. —NamJoon paso por su lado, sabiendo desde ya a lo que se enfrentaría JiMin, a un YoonGi totalmente distinto a lo que conocía.

El chico de cabellos azules respiro pesado cuando abrió la puerta, topandose con su esposo, quien dormía con una mueca de dolor en su rostro.— ¿YoonGi? —le llamo con cautela, acercándose a paso lento a su lado, el Alfa de cabellos grises solo movió la cara a otro lado, aún dormido.— ¿Cariño?. —no obtuvo ninguna respuesta, solo silencio. El pobre chico aguanto las ganas de llorar, también las ganas de ir a buscar a esos dos para terminar de matarlos.— ¿Alfa, me escuchas?. —YoonGi fue abriendo poco a poco los ojos, respiro un poco antes de encarar a JiMin, el niño sonrió pero esa sonrisa se fue, al notar el vacío en los ojos de su esposo, con eso, pudo darse cuenta de cuán lastimando estaba el orgullo del mayor.— Alfa, cariño. —intento decir algo, aún así las palabras se atoraban en su garganta. Y lo único que el quería decirle era que lo quería con toda su alma, pero ver la mirada vacia en los ojos de aquel que significaba su mundo, lo destrozaron.

Libro de Lobos. © |YoonMin| #3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora