Libro de Lobos Capitulo lX.

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JiMin despertó de su larga siesta de casi cinco días. Estiró sus brazos flexionando sus piernas entumecidas, se sentía tan relajado por ese olor a mentas y hierba buena que infestaba toda la habitación. De a poco abrió sus ojos, hundiendo su nariz en la almohada, que bien olía esa habitación. No recordaba mucho de lo sucedido en esos días, solo sabía que durante ese tiempo aquel idiota llamado Yoongi le había cuidado y lo había obligado a tomar unas pastillas que lo adormecian pero a la vez lo relajaban. Pero ahora tenía mucha hambre— ¡Hey estúpido Alfa! —grito desde su acogedora cama, porque sí JiMin se había apoderado por completo de esa recámara, que tuvo que hacer un gran berrinche para obligar a Yoongi a llenar la cama de almohadas y ropas que olían a él. La puerta se abrió y un malumorado Yoongi entraba.

——¿Cuántas veces tengo que decirte que mi nombre es ¡Min YoonGi!?. —los ojos se JiMin vieron con enojo al peligris.

—¡A mí que me importa cual es tu nombre! ¡Tengo hambre, tráeme de comer!. —un tic en el ojo izquierdo del peligris le hizo saber que lo estaba enojando.

—¡Baja tú y prepárate la comida!.

—¡Hazlo tú, tonto! —contesto de mal humor también, su pancita pedía alimento, si no funcionaba actuar enojado probaría de otra manera. Empuñó sus manos en pequeños puños restregandolos en sus ojos, simulando llorar— E-Eres malo —YoonGi se alarmó al escucharlo sollozar.

—Oye bebé, lo siento. —el Alfa camino hasta quedar sentado al lado de su Omega— No llores, te prepararé el desayuno ¿Si bebé?.

—¿De verdad? —obserbo al pálido asentir aún con una sonrisa fingida. JiMin sonrió en grande, había aprendido un par de trucos en esos días, ahora sabía cómo domar a ese idiota.— ¡Entonces quiero huevos fritos, con lechita! ¡Y muchos panes tostados!.

—Claro... —YoonGi sabía que estaba siendo manipulado, en la mañana tenía otra reunión con el concejo, además los empleados de la casa regresarían. Y no le convenía que lo viesen con un delantal y una sartén preparándole el desayuno a su recién marcado Omega caprichoso, manipulador, y por sobre todo mimado. Lo último era su culpa, él lo estaba consintiendo demasiado.—Ven, sal de la cama. Bajemos juntos a cenar. —El rubio asintió aún entre berrinches, pero que más daba. Ahora que habían pasado otros cinco días desde que regreso, pudo conocer un poquito, solo un poquito más al pálido de hebras grises.

[•••]

—Algo malo se aproxima... —susurro JungKook, era de madrugada y hacia guardia desde su base en el bosque. Gruño fastidiado viendo hacía la noche estrellada— Algo muy malo se acerca.

—¿Ahora de qué hablas? —pregunto el pelimorado algo preocupado.— ¿Qué tanto vez en el cielo?.

—Algo malo se aproxima. —volvio a decir.— Algo muy malo se aproxima.

TaeHyung rodó los ojos, últimamente todos decían cosas sin sentido. Sé acercó hasta abrazar por la espalda al chiquillo de ojos marrones y cabellos castaños con toques rosas en algunos de ellos— Kookie, mi Kookie.

—Alejate tonto. —gruño.

—Sea lo que sea que se aproxime no es nuestro problema. El rey Oscuro lo arreglará.

—¿Pero y si él no puede?.

—Entonces alguien más lo hará.

—Es tan fácil que otros hagan el trabajo sucio, ¿Verdad?.

—Sí, es muy fácil. —JungKook golpeó con el codo al pelimorado.— ¡Oye!.

Libro de Lobos. © |YoonMin| #3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora