Libro de Lobos. © |YoonMin| #3.

Libro de Lobos Capítulo XXVll

❝Cuando crees que conoces todas las repuestas, llega el universo y te cambia todas las preguntas.❞

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Libro de Lobos
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—¡Detrás de ti! —grito lo más alto que pudo el peliazul. El rey oscuro le escucho y rápidamente esquivo el ataque— ¡Protege a Shimrin!  ——ordeno, Kim JiMin se movió con gran aguilidad esquivando los ataques sin mesura de su enemigo, el lobo rojo parecía no tener intenciónes de rendirse y eso había quedado en claro, llevaban casi cuarenta minutos en una ardua batalla que se trasladó a la frontera del reino.— ¡VA HACIA TI! —el peliazul estaba exhausto, como pudo uso todas sus energías en lanzar otro rayo mortífero a su enemigo, le dio, pero eso solo lo mantendría distraído unos segundos.

—¡Hay que acabarlo ya, estoy quedándome sin energías!  —fue lo que el rey oscuro le dijo cuando llego a su lado, JiMin asintió convencido, estaba tardando mucho en darle fin a la pelea, Shimrin necesitaba ser atendido lo más rápido posible, tenía una herida muy grave en el brazo, no dejaba de sangrar.

—¿Seguro que puedes seguir?. —le pregunto al rubio, Shimrin se mordió la boca, vio hacia atrás de su espalda, habían dejado atrás a HoSeok y YoonGi era lo mejor, no necesitaban a dos distracciones, aunque las intenciones de los dos lobos eran buenas no serían capaces de ganar.

—Aún puedo seguir. —contesto seguro, escucho al pelinegro reír amargamente— ¿Qué es lo que te da tanta risa mocoso estúpido?. —le gruño con enfado, el rey oscuro tenía una mirada perversa, arrogante y sádica.

—Llevas a una vida en el vientre y aún quieres seguir luchando, ¿A caso quieres que la historia se repita?. —el momento se volvió tenzo por el comentario de Kim JiMin, había tocado una fibra muy sensible en el rubio, lo supo, mejor dicho ellos tres lo sabían, con esas cosas no se bromeaba.— Solo mantente alejado, no quiero que te pase algo grave. —dijo para aliviar la tensión. Shimrin prefirió guardarse sus insultos para después, se hizo a un lado para tener mejor alcance de su objetivo.

—Hay que acabar ya con esto, porque no quiero seguir viéndote la cara Deltus Renacious. —El peliazul, quien estaba de cuclillas recuperando la respiración miro suspicaz la actitud de esos dos, vaya que tenían problemas. Miro hacia el frente cuando el aullido de aquel lobo rojo le llegó a sus oídos, el animal estaba mal herido, pero el muy hijo de puta no se moría, por más ataques mortíferos que le dieran, por más estrategias de combate y distracciones que creabán Fenrir seguía de pie dando batalla.