No te quiero pero también te sufro ©

Capítulo 01

Life of the party

"No tenemos que ser ordinarios
haz tu mejor error
porque no tenemos tiempo para lamentar nos
así que, cariño, sé el alma de la fiesta" -Shawn Mendes

—Refrescos, botanas, pastel, sombreritos, desechables, alcohol, globos... ¿me falta algo más? —dice Hanna mientras lleva el control de lo necesario de la fiesta sorpresa de esta noche.

—No has mencionado la música. ¿Qué pretendes? ¿Organizar un funeral en vez de una maldita fiesta de cumpleaños? —argumenta Gabe, uno de mis nuevos amigos, con su forma tan sutil de hablar.

Aún no estoy segura de estar usando el término correcto. Este es mi primer viernes de clases como estudiante universitaria, un poco pronto para estar organizando una fiesta (y, definitivamente, un poco pronto para considerar amigos a mis nuevos compañeros). Pero era algo que debía -o quería- hacer.

Mi mejor amigo, Ed, cumplió 18 años el primer día de clases. Por razones que sólo él entiende, no le gusta celebrar su cumpleaños. No lo presioné al respecto, pero deseaba hacer algo especial por él. Así que planeé esto junto con Hanna, una de mis más viejas amigas y actual compañera de clases de Ed. Selene, mi mejor amiga; Gabe, Margie y Azura, mis nuevos compañeros de licenciatura decidieron formar parte del plan.

Selene giro sus ojos azules. Aún no estaba acostumbrada al humor de nuestro nuevo amigo. Era una chica que no sentía un agrado inmediato por la mayoría de las personas, pero cuando de fiestas se trataba, era el alma de la fiesta.

—Hablando de música, tengo un amigo que puede encargarse del asunto y cobra bastante barato. —comentó Margie, la más social del grupo. A cada parte que vamos, siempre saluda a alguien y es bastante agradable.

—Suena bien para mí —decido hablar al fin.

La primera semana de clases no resultó como esperaba y ahora mismo me debato entre organizar esta fiesta o irme a dormir a casa. Lo bueno es que la fiesta será en casa de Margie, no en la mía, y que ya no puedo retractarme cuando hemos gastado en cientas de cosas.

—Si llega a faltar algo más, lo resolveremos cuando todo esto empiece —Hanna sentenció al final, tan correcta somo siempre.

Ya nos encontrábamos en casa de la influencer Margie, decorando con los globos metálicos y blancos, haciendo la mesa de snacks, limpiando cada rincón del patio, apilando vasos en una mesa para el beer pong y colocando un par de sofás cerca del bar organizado. Lo único que faltaba era la comida, pero habíamos decidido que por falta de presupuesto no sería incluída en esta fiesta de cumpleaños.

Ha decir verdad, el cumpleaños de Ed sólo era un motivo -el más grande, sí- pero no el único. Seguimos siendo adolescentes con ganas de festejar cualquier oportunidad, y la entrada a la universidad debe ser algo grande. Festejarse a lo grande, o intentarlo.

Cerca de tres horas más tarde, estoy con Ed en el centro comercial. Le pedí ayuda para elegir un atuendo para la supuesta boda de mi prima lejana de Wisconsin, Brooke; pero realmente todo es una mentira y estoy sentada en un vestidor mirando mi celular esperando por la señal, que por cierto, está tardando demasiado.

—Anda ya, Jane. Ya van a cerrar la boutique. —dice Ed con un tono de enfado. Casi me lo puedo imaginar mirando a su reloj, esperando por una oportunidad para sacarme de aquí. Era algo inusual en él, solía tener una paciencia infinita si nos referimos a mí.