Capítulo 02

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Feelings are fatal

"Estoy sonriendo porti, yo haría cualquier cosa por ti, por ti, siempre es por ti... Así que déjamedecirte, por favor... puertas cerradas, encerrada, sin llaves, manteniendo missentimientos ocultos, no es fácil"- Mxmtoon

Me encanta tener platicas profundas con Ed, podemos llegar a hablar desde temas serios como el tiempo, hasta de temas tan banales como Las Kardashians. Es como entrar a la mente de la otra persona y descubrir sus pensamientos más absurdos y los más profundos, y aunque sabemos que nos gustan cosas tan clichés o tontas a nuestra edad, tenemos la confianza de que no nos juzgaremos por eso. Sabemos todo el uno sobre el otro, o al menos es lo que yo pienso. 

—¡Vamos Jane, hasta mi abuela camina más rápido que tú!

—Ja-ja, mal chiste porque tu abuela murió hace dos años, yo fui al funeral ¿No lo recuerdas? —remarco mientras me quito los zapatos para poder llegar hasta el auto de la madre de Ed.

—Ese es el chiste Jane, mi abuela que no puede caminar se mueve más rápido que tú. —dice mirándome con ironía—. Sabes que el sarcasmo y los chistes pierden su gracia cuando los explican, así que deja de divagar con tu embriaguez y camina que tu madre te va a matar.

—Ja-ja, pues si llegas conmigo así te va a matar a ti también.

Esa risita tonta no podía desaparecer de cada cosa que decía.

—Sabes que tu madre me ama, y es gracias a mí que te dio permiso para quedarte más tiempo. En todo caso tu madre me daría las gracias por haberte llevado sana y salva (más salva que sana) y me invitaría a comer para después torturarte.

Me reí un poco más fuerte. Ed me miró aún más extrañado y seguimos caminando. Eran quizá las cuatro o cinco de la mañana, y había quedado satisfecha con los resultados de la fiesta. Excepto que Selene Marsden, había terminado casi ahogada en alcohol y su padre la recogió más temprano... o no lo sé, mi credibilidad estaba en los suelos.

—Presumido, mi madre me ama y no me llegaría a torturarme. Así que deja de hablar y abre la puerta del coche porque al que van a terminar torturando va a ser otro. 

—No se es presumido cuando se sabe lo que tienes y que dices la verdad. —Dijo Ed en un tono sereno que demostraba superioridad. Tenía un poco de ego acumulado.

Honestamente, estas peleas en broma y estupideces, son las que me traen paz, así que sólo sonrío por más momentos como así.

Después de unos minutos de que nos hayamos puesto en marcha, Ed habló de nuevo, ocultando su inseguridad con un tono relajado.

—Por cierto Jane, ¿Recuerdas sobre la chica que te dije que me gusta? —pregunta Ed, jugando con el volante en sus manos.

—¿La chica castaña, de ojos color miel que te recuerda a Rachel de Friends? —pregunto con curiosidad mirándolo, ignorando el celular en mis manos—. ¿Ya le confesaste tus sentimientos? ¡¿Qué te dijo?!

—Sí, ella misma, pero no le he dicho nada aún, y estaba pensando que sería mejor olvidarlo, tengo más cosas que perder con ella. —dice con una sonrisa desganada en sus labios.

—¿Qué? ¿Por qué? Ella tiene derecho a saber tus sentimientos por ella. Nunca sabrás lo que en realidad ella siente por ti si no tomas la iniciativa. ¿Acaso no recuerdas todo lo que me dijiste sobre ella?

—Lo sé pero... —revuelve su cabello negro y lacio rápidamente, volteando su vista de nuevo hacia el camino—. Las cosas han cambiado, he estado hablando con ella y me comentó que no quiere estar en una relación en el momento. Eso me hace pensar que si le confieso mis sentimientos, ella... ella me va a rechazar.

—Ed —digo buscando su mirada—.  Nunca lo sabrás hasta que le digas, esas solamente son tus inseguridades hablando por ti —pero él solamente evade mi mirada—. ¡Vamos levántate! —digo pegando un salto del asiento para jalar de su brazo. La verdad no estoy pensando correctamente, porque me golpeo la cabeza con el techo del auto, pero no me retracto—. ¡Edward Albert Reynolds! ¡Levanta tu trasero de una buena vez! 

—Nop.

—¡Qué sí!

—Absolutamente no.

Él finalmente se detiene frente a mi casa y ya de nuevo en mi asiento, pongo mi mano derecha en su hombros.

—Tienes que ser osado, no puedes vivir una vida pensando en el qué será. ¡Ahora mismo vas a llamar a esa chica y le dirás como te sientes! —digo más animada que hace rato. Me emociona que a Ed le guste una chica en serio.

Él se gira hacia mí y  me mira de una manera curiosa, para después soltar una carcajada profunda. 

Le ha de parecer un chiste, dado que está conversando con una borracha rídicula con aires de contorsionista. Pero se está tomando esto como un juego y no debería ser así.

—¿Si le confieso mis sentimientos dejarás de molestarme? —dice mientras se ríe, para después mirarme con su usual actitud altiva.

—Es un trato —digo, estrechando su mano y sellando el pacto.

Con eso, bajo del coche de la Señora Reynolds con cuidado y luego miro a mi amigo a través de la ventana, la cual está abajo. Apoyo mis codos y antebrazos en la puerta, con el vidrio sobresaliente de la ventanilla helada haciendo contacto con mi piel, y arde. Ed cambia su expresión de burla a seriedad absoluta al devolverme la mirada, y por una extraña razón, me pone rara.

—¿Entonces, qué esperas? ¡Enciende el auto que el amor de tu vida espera por ti!

—Jane son las 4 de la madrugada. En todo caso, lo haré a mi tiempo; hay que tener tacto, y esperar a que despierte si no la pobre chica saldrá corriendo —se vuelve a burlar mientras extiende un brazo hacia mí, yo lo tomo—.  Vamos, loca. Si te callas, mañana te compraré un cono de helado.

—Pero que sea doble, y de dos sabores.

Él lo piensa un poco y al final acepta. Esta es otra razón por la que Ed es mi mejor amigo, lo puedo llegar a manipular para obtener comida gratis.

No te quiero pero también te sufro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora