Capítulo 14

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Meant to be

"No necesitas ir rápido a ningún lado,
vamos a disfrutar justo aquí en donde estamos.
Quién sabe a dónde llevará este camino.
No tenemos nada, más que tiempo.
Si tiene que ser, sucederá.
-Bebe Rexha feat. Florida Georgia Line

Cuando el día y la noche se mezclaban, formaban un todo y lideraban todo a su paso. No había algo igual, los misterios se agotaban y todo marcha de la forma en que siempre debió ser. Lo mismo sucede con las personas, cuando se unen dos esencias que tienen todo y nada en común, nada es más fuerte que su vínculo. Son encuentros que siempre ocurren.

Como cuando una madre ve por primera vez a su hijo, cuando una abeja llega a la flor indicada o cuando el agua de mar hace contacto con la arena.

Y yo creía que eso no aplicaba conmigo.

Siempre terminaba huyendo de las posibilidades.

Como justo ahora.

Volteé desinteresadamente hacia otro lado y me hice como si no hubiera escuchado nada. Seguí recorriendo la playa con mis pies desnudos, de una forma lenta. Pero eso no evitó que Adam hiciera de las suyas y se colocara justo en mi camino.

—No tenías que molestarte y venir hasta aquí a decírmelo. El agua está demasiado fría de todos modos —respondí de la forma más amable -y falsa- que pude.

El chico de los ojos felinos torció la boca en una mueca y no dijo nada. Miró hacia el horizonte, y sé que sus ojos se sentían tan maravillados como los míos de verlo. Creo que estoy exagerando.

—¿Qué haces aquí, de todos modos? —No pude evitar preguntar.

Los ojos de Thrussell estaban muy serios, irradiaban molestia. Y combinaban con su camisa verde de botones.

—Fui invitado a una casa no muy lejos de aquí este fin de semana —contestó de mala gana. Nunca lo había visto así, pero supongo que hay una primera vez para todo—. No entiendo tu actitud reacia hacia mí. —confesó al final.

—Yo no tengo nada.

—Mientes. Lo veo todo en tu cara, no eres muy buena para controlar tus expresiones. —Me señaló con un dedo.

—Simplemente no esperaba verte aquí hoy —hablé y me giré hacia otro lado, fijando mi vista hacia el mar. Los colores se volvían más intensos y oscuros en el horizonte.

—Yo tampoco, pero creo que fue un buen momento —Adam suavizó la voz.

Volteé a verlo.

—¿De qué hablas?

—Desde que te bajaste de mí... del auto hace días sé que algo anda mal, Jane.

No dije nada. Sólo asimilé que fue la primera vez que me llamaba por mi nombre.

—Todo está como tiene que estar, Adam. Somos buenos amigos ahora.

—Pero ni siquiera quieres hablar conmigo. Estaba pensando que realmente estábamos formando un buen vínculo, y te esfumaste. —Él sonó bastante exasperado, tanto que di un respingo.

—Adam, nosotros no nos conocemos lo suficiente.

—¿Acaso eso importa?

—Bueno, si no importa lo suficiente ¿por qué te molesta tanto? —grité.

—Porque me abrí contigo, y sentí que me botaste a la primera oportunidad. —soltó con un bufido.

Dios, eso sonaba exactamente a mí. Supongo que a algunos hombres también les va bien el drama.

No te quiero pero también te sufro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora