Capítulo 5

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Las tres de la mañana, Geno estaba algo cansado por estar leyendo todo lo que tenía a su disposición y la frustración no era buena para su salud, debido que el estrés consumía su delicada alma. Pero no podía quedarse ahora sin hacer nada, todos los recursos donde podía filtrarse información sobre las debilidades del gobierno se le habían acabado, tenía que encontrar más libros, y por ende ir a la biblioteca. 

No obstante, no iba a ser tan fácil, el lugar estaba custodiado por bastantes guardias, ir como si nada a esas horas no sería sencillo, pero era mejor para no arriesgar la vida de los demás. Quiso ir solo, pero Error le había regañado y llamó a Sans y a Outer que le acompañasen, ellos dos en sigilo podrían tener todo controlado.

La forma de entrar era el primer obstáculo, las puertas principales estaban vigiladas de al menos dos guardias del que observaba fijamente la identidad de cada ser, permitiendo o no su paso al interior, por supuesto, Geno era reconocido fácilmente por sus glitches que llenaban su cuenca derecha, tenían que hallar otra idea. Cosa que fue bastante fácil de idear, los militares no tenían la inteligencia, según explicaba Error, de custodiar también la parte trasera, si avanzaban de una forma rápida podían colarse sin llamar la atención y poder junto a sus dos acompañantes infiltrarse sin esconderse.

Sans tiró el gancho desde la azotea de otro edificio, hasta quedar estancado en el barandal como estructura de adorno en la pared en un segundo piso, al atinarle y comprobar que era lo suficientemente firme para poder deslizarse, Outer delante de Geno para proporcional mayor seguridad se lanzó sin ninguna clase de dificultad, agolpándose a la pared evitando un desequilibrio y por consecuente caer. El de bufanda apreció esto intentando no sentir su alma latente de los nervios, podía estar expuesto al peligro siempre pero no quitaba el hecho que seguía siendo imprudente para su estado, y tenía que tomar las consecuencias entretanto su cordura temía a la muerte y su locura la deseaba, adrenalina.

Tomó el material que les permitiría avanzar y sin esperar más para aumentar sospechas, se lanzó con su alma en la garganta, ahogó algún ruido, suprimiendo este hasta quedar apegado a la pared, y avanzó con cuidado en la sobresaliente mientras Sans era el último, les alcanzaría de otra manera.

Tenían todo calculado, el lugar ya se lo sabían de memoria gracias a Killer al poder infiltrarse en los mapas de ingenieros, debían seguir los planes al pie de la letra sin hacer el menor ruido, las paredes podían escucharlos, el eco delatarlos. Entraron a un pasillo desde el sector trasera de la biblioteca, era una apertura que estaba rota pero debido a estar entre una repisa de libros no se podía ver en su totalidad, allí Outer se introdujo haciendo a un lado los libros o dejándolos al otro lado en la cornisa, Geno también lo hizo, pasando con éxito, ya habían cumplido el primer paso.

Avanzaron, la oscuridad era uno de sus enemigos pero a la vez aliadas, la iluminación solo se centraba en las linternas de los guardias. Entre pasillos caminaron en la suma oscuridad, sin ningún sonido además de sus respiraciones, ahora mismo debían atenerse a sus sentidos auditivos, cualquier otro par de pasos extra significaba peligros, aunque ahora con el frío Geno no podía evitar tener escalofríos.

De pronto, un sonido les hizo estar alertas, colocándose ambos en la parte ancha de los estantes, así esconderse, como cada pasillo se dividía por paredes no podían solo hacer un juego de escondidas básico, o atacaban llamando la atención por las gárgaras produciendo eco o pasar desapercibidos, esto no estaba en sus planes, justamente en esas partes; el sector de los niños; eran los menos vigilados, hubo un error.

Geno miró a Outer, que entrecerraba sus cuencas por estar acostumbrado a la oscuridad y que la luz de la linterna estuviera alumbrando cerca de ambos, era molesto, podían cegarlos, tenían que cruzar los dedos para salvarse; entonces un golpe sordo conllevó que la linterna tuviera una agitación, y un sonido muy vago de un cuerpo colapsando contra el suelo, excepto la linterna que se apagó sin tocar el suelo los hizo caer de nuevo en una oscuridad. Geno se asomó, y consiguió mirar a Sans quitándole las baterías a la linterna, saludando como si no hubiera matado a ningún cuerpo con un objeto contundente.

— Uhg... —Se quejó bajo Geno al presenciar un asesinato innecesario, intentando no pisar sin querer al cuerpo.

Outer más relajado compartió sonrisas con Sans y cargó el cuerpo hasta donde se había escondido para que nadie se tropezara después. Así se evitarían más molestias de Geno.

El lugar se componía de muchas escaleras y muchos sectores de distintos tipos, estaban los libros separados por géneros, otros por edad, valor, entre otros, pero afortunadamente era en el segundo, donde estaban, en donde se hallaban lo que buscaban, los libros de política generalmente. Allí, y otras partes de la biblioteca estaban abundantes en guardias, ahora con lo que exigía una dictadura se necesitaba alejar a todos de esta zona, evitar que alguien más apoyara a los "malos" del cuento desde su visión aristocrático, inhibir su racionamiento, es decir, que hasta en el día no se podía leer tales libros.

Aquel sector estaba rodeado de muebles desapegados a la pared, solo tenían que estar al tanto de las linternas cada vez que cruzaban cada pasillo, había al menos un hombre por cada dos pasillos, según había logrado captar Killer, los que estaban al fondo a la derecha eran los que Geno necesitaba, así que con un gesto de indignación por parte del de bufanda, preparó sus dagas ligadas a sus muñecas, debían de hacerlo rápido.

Llegaron a la puerta que los conducía a tal sector, ya había asesinado a un guardia que casi los descubría, Outer tapó sus gritos con su arma en la garganta, y allí a hurtadillas cruzaron los primeros pasillos, todo parecía ser fácil, cosa que no les estaba dando buena espina, quería cuanto antes llegar a la zona donde debían para irse luego, el tiempo se le hacía eterno y cualquier ruido inesperado le hacía agitarse del temor que inevitablemente le daba.

— ¿Estás listo? —Preguntó Sans con señas una vez estaban rodeados, en el otro lado del mueble había un guardia y otros dos pronto darían vuelta en su camino encontrándose con ambos.

Geno se limitó a asentir, y a la cuenta de tres, cada uno se fue por los guardias anteriormente descritos, Outer procuró por irse sin hacer mucho ruido, arrodillado, gateó tras un pequeño mueble pasando inadvertido por su víctima, allí, ahora tras de él, tapó de su boca mientras lo ahogó, era una forma que solo lo desmayaba y no sabría quién había sido el culpable, de todos modos tarde o temprano descubrirían los otros cuerpos, ya estaban exponiéndose a ser asesinados.

Geno tomó uno de los libros que estaban a la altura del suelo y lo deslizó hasta el lado donde se había ido Outer, sin antes revisar si no tenía alguna información valiosa, allí ante el bajo ruido solo pudo percibirlo el hombre a quien le tenían asignado para quitarle la vida, este por el sonido cambió su camino, debido a que si continuaba, en su ronda llegaría hasta el cuerpo que Outer habrá acabado. Aquel sujeto caminó hasta su dirección ignorante de su inminente muerte, donde una sentadilla tan repentina le hizo perder el equilibrio y caído pronto justo en su cráneo la cuchilla de Geno, matándolo al instante.

Ambas acciones de los dos esqueletos habían sido al mismo tiempo que el movimiento de Sans, quien fue más simple en caminar sin descuido detrás del guardia que estaba al borde de girar, y darle un severo golpe para aturdirlo, esto hubiera bastado para poder seguir con lo que iban, es más, Geno y Outer ya estaban recolectando todos los libros posibles mientras Sans quedó paralizado al ver delante suyo otro guardia que había tenido la estrategia de permanecer con la luz apagada. Por la luz de la linterna que cayó del guardia inconsciente, ambos rostros era descifrables, y ambos tenían el mismo detalle, sorpresa.

Quizás esos segundos de contacto de miradas había bastado para dar rienda suelta los instintos cuando uno se encuentra con un conocido, una sonrisa, estrechar manos, contar qué ha sido de sus vidas, no obstante estaban ambos en una situación para nada diaria, ambos con distintos uniformes que los hacía separar entre una barrera de un asesino y un policía, Sans movió su boca pronunciando sin voz su nombre, y el aludido, tuvo que afirmar bien su linterna por su mano temblorosa.

— Rasp...

Sistema corrupto ¦ AfterdeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora