Capítulo 13

803 146 84
                                    

El refugio siempre era una guarida contra la realidad en las que todos estaban atrapados, las fuerzas militares eran mucho mayor que las municiones que ellos tenían y no eran mucho, su número disminuía conforme pasaban los días, Geno tenía que trabajar más profundo para poder hacer un golpe de estado sin morir en el intento.

Era difícil hacer tales cosas con un gobierno tan conservador y cerrado. Fronteras cerradas, una economía muerta para los que no pertenecían a la clase alta, era un infierno.

Pero Lust era quien los animaba, tanto sirviendo bebidas como su propio cuerpo a los del grupo de Geno, además de administrar las armas, era uno de sus buenos compañeros de oficio y Geno agradecía toda la pasión que le dedicaba a su oficio, de muchas maneras.

Aún así, no estaba interesado en sus servicios, solo se quedaba en el bar pues necesitaba saber cómo estaban de alimento y armamento; no se esperó que Outer junto a su protegido estuvieran allí en la barra.

— Heya, Geno. —Saludó Outer alzando su taza, el de bufanda saludó con la mano sentándose a un puesto de distancia, el mayor deformó un poco su sonrisa, agachando las cejas— ¿Agotado?

— No quiero un diagnóstico. —Pidió, se notaba lo cansado que estaba tras estudiar toda la noche todo lo que había obtenido.

— Yo opino que debes relajarte~ —Comentó Lust acercándose a sus superiores, le entregó un vaso recién limpiado a su jefe— Tus ojeras están muy pronunciadas.

— Debo organizar todo, es por el bien del equipo. 

Lust le sirvió un poco de bebida y Geno bebió de inmediato.

— Buscaré la lista de los suministros, tranquilo bebé. —Guiñó el lujurioso y pronto se retiró.

Los tres en la barra quedaron en silencio, Outer desvió el rostro hasta el pecoso y le sobó la espalda con cariño, el de bufanda miraba de reojo pero la curiosidad le ganó, se supone que ese niño estaba con ellos porque no suponía un peligro, pero tampoco podían refugiar a cualquier enemigo del gobierno sin que le beneficiara de algo, y su silencio no era algo que le gustara.

— ¿Al final cómo está? —Preguntó Geno moviendo un poco la cabeza en gesto de indicar al joven.

— ¿Stave? Está mucho mejor. Ahora me responde con palabras, ¿Cierto?

— ...Ahá.

— Ahá no es una palabra. —Suspiró el de bufanda, el de rasgos dorados frunció el ceño y abultó los labios, Outer rió— ¿Pero al menos nos puede decir algo que nos interese?

— No... no le gusta hablar de eso. —Respondió el médico, decaído.

Geno respiró profundamente, indispuesto a tolerar algo así, dejó pasar el tema, después se preocuparía de aquel caso menor.

La demora de Lust provocó que Geno se preocupara, era extraño que se demorara tanto en buscar un simple papel que realizaba en las noches, miró serio al personaje adyacente y se bajó del asiento, buscando algo en su cinturón que le pudiera ayudar, Outer se levantó también, tomando del brazo al joven para que alejara de la barra.

No pudo avanzar más pues la puerta por donde entró Lust era abierta con fuerza donde el mismo precioso joven de pupilas moradas saliera totalmente lastimado, soltando un grito adolorido. 

Todas las personas que estaban en la guarida se pusieron en guardia, uno que otro acercándose al joven que cayó al suelo con heridas grandes que no solo asustó a Geno, sino también al pecoso que estaba escondido detrás del médico, soltó un resuello y tembló.

Estas acciones pasaron desapercibidas por todos, pues la atención pasó de inmediato al umbral oscuro, de allí un esqueleto corpulento apareció, dientes filosos con solo una pupila roja e intensa mirando a todos, lo que más dejaba en blanco a todos era su cráneo roto.

Las palabras no fueron necesarias, Geno tomó su pistola e intentó atinarle pero aquel sujeto tiró un gas lacrimógeno a todo el lugar, provocando que todos tosieran dándole tiempo al asesino de tomar cual saco de papas a su víctima Lust, quien gritaba de dolor por todas las heridas.

— Aún no termino contigo, cena... —Fue lo que dijo con una terrorífica sonrisa.

El humo se esparció de inmediato, no se podía ver nada y Geno no pudo hacer otra cosa que gritar que evacuaran del lugar, si se quedaban allí se podían ahogar con todo el humo dañino que podía provocar muchos daños si lo respiraban por mucho tiempo a tales cantidades de concentración.

Afortunadamente no hubo una emboscada, Geno salió tosiendo de los últimos, gran parte se escondió para evitar que algún enemigo apareciera de la nada; el de bufanda cerró la compuerta aunque no hubo caso, habían perdido todo lo que había ahí dentro, pues a solo unos minutos, no solo el humo del gas salía, también había humo de combustión, aquel desconocido había incendiado el lugar.

Nightmare que había estado en una de las casas había salido y actuó más rápido que Geno, tiró máscaras a algunos aliados y ordenó que apagasen el fuego, tenían que evitar que se esparciera pese los enemigos ya supieran su ubicación.

Todo se tranquilizó media hora después, Geno se golpeó la frente, sintiéndose un pésimo líder, impotente por esa muerte tan rápida, todas eran así, nunca daban tiempo de procesarlas.

Error, como había estado con Nightmare minutos antes, tuvo el papel de entregar unos pañuelos húmedos para quitar el ardor, Geno tomó tres y se acercó a Outer, quien parecía estar algo alterado, pues estaba viendo por todos lados.

No estaba el pecoso a su lado.

Geno creyó lo peor, que él había sido el responsable de decir su ubicación pero la tos del joven resonó a solo unos metros de distancia.

— ¡Stave! —Llamó el médico, tomando y agradeciendo de por medio a Geno por darle aquellos húmedos pañuelos.

El mayor se acercó a zancadas al de pecas, quien estaba arrodillado y tomando con ambas manos su boca, no paraba de toser y sus cuencas abundaban las lágrimas, estaba sollozando y jadeando, estaba teniendo un ataque.

Outer tomó sus manos para bajarlas y pasar el trapo por debajo de la nariz y después el rostro, sin importar que él mismo todavía tenía los efectos del gas sobre sí; Stave no paraba de llorar.

— Calma, Stave, estamos a salvo. —Dijo el médico, decidiendo abrazar al menor esperando obtener resultados, Stave pareció tranquilizarse a los minutos, acurrucado en los brazos de su protector.

Geno se sintió mal, el pobre chico solo estaba sufriendo por todo lo que estaba viviendo, él solo era una víctima más del todo el maleficio que surgía con más intensidad. Iba a acercarse al par pero Nightmare tomó su hombro.

— Mira esto. —Dijo, aunque sonó más una orden.

Acotó lo dicho, tomando un papel que el otro le entregó, estaba escrito manualmente, solo era una palabra, capaz de congelar toda su sangre.

"Atrapados".

Tenían que buscar otro lugar antes de que ese ataque fuera predecesor del fin de su revolución. 

Sistema corrupto ¦ AfterdeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora