Narra Taylor:
Hoy era Navidad, una Navidad bastante triste por el tiempo que había en el pueblo de mis padres. Había abierto los regalos muy deprisa, ya que quería llegar lo más rápido posible a New York, quería visitar por sorpresa a Laura. No me había comunicado con ella porque no tenía tiempo y esperaba que al llegar, no me reprochara eso.
Pasadas las primeras horas de la mañana, cojo las maletas con ayuda de mi madre para meterlas en el coche. Mi padre me daba las sobras de la cena del 24 para comerlas a la hora del almuerzo, ya que probablemente llegaría a esa hora y no me apetecerá cocinar.
Al terminar, emprendí mi viaje hacia New York, volví a sentirme nerviosa de ver a Laura.
Quería suponer que estaría en casa, durmiendo, y bastante resacada, porque apuesto que pasó las Navidades con Natasha y las demás.Unas horas más tarde...
Llegué más o menos, a las 2 de la tarde, bajé del coche con una de las maletas. Pude observar que Laura se molestó en ponerle decoración a la casa por fuera, hecho, que me alegró bastante.
Al entrar por la puerta, no ví a nadie, ni a Natasha, ni al resto de las chicas, cosa que me pareció extraña, ya que supuse que había pasado las Navidades con ellas.
Todo estaba ordenado, la cocina, la mesa, me parecía sospechoso. Ni siquiera podía reconocer el propio olor de mi casa. En ese momento, creí que Laura no estaba en casa. Por lo que decidí subir a la habitación a dejar las cosas. Y cuando abrí la puerta de la habitación principal, mi cara fue un poema.
Había una mujer abrazada a Laura, ambas dormían. Yo no sabía como reaccionar y me acerqué a la cama poco a poco, para poder ver quien era la chica.-Joder Laura, no me jodas... (digo susurrando).
Lágrimas, empezaban a caer sobre mis mejillas. En ese momento no sabía que hacer, no entendía que había pasado. Por lo que decidí bajar al salón con la única maleta que había bajado del coche, y me senté en el sofá. Mi plan, era esperar a que despertaran, pero mi desesperación, causó que acabara saliendo de la casa al cabo de unos segundos.
Me dirigí al coche y cogí el móvil para llamar a Natasha, que cogió el teléfono al segundo.-¡Taylor! (grita con tono de felicidad) Laura te echa muchísimo de menos (dice tras no escucharme al teléfono)
-¿Tú crees? (digo con la voz rígida)
-¿Qué pasa?
-Tú lo sabías, ¿verdad?
-¿Saber el qué? (pregunta extrañada)
-Lo de Laura.
-¿Le ha pasado algo?
-No (digo rotundamente).
-¿Entonces? Me estas preocupando.
-¿Te estás haciendo la loca Natasha? Mira, que no estoy de bromas.
-Tía, no sé de que hablas.
-Estoy en New York, ¿puedes venir a mi casa rápido?No le dejé tiempo a Natasha para reaccionar, esperaba que viniera lo más rápido posible. Y así fue, apareció unos 15 minutos después. Dejó su coche aparcado al lado del mío. Pude ver en su rostro el nerviosismo y la preocupación que sentía.
-¿Entramos? (le digo sin siquiera saludarla)
Ella sin contestarme, entra. Y le ordeno a que suba a la habitación principal, donde se encontraba Laura.
Le abro la puerta, y ella, al poner el ojo, queda petrificada. Noté su piel pálida, y me di cuenta en ese entonces, que se sorprendió muchísimo más que yo.
Natasha estaba a punto de pegar un grito y despertarlas a las dos, y decidí cogerla del brazo y llevarla hasta el coche para discutir lo que había visto.¿Qué coño era eso Nat? (digo mientras comienzo a llorar)
-Ni yo lo sé Tay...Ella decide abrazarme. Un abrazo lleno de ternura y sinceridad, justo lo que necesitaba para poder desahogarme.
De repente, oímos un ruido que venía desde el interior de la casa.-Tenemos que entrar (le digo elevando el tono de voz)
-Lo haremos, pero primero tienes que relajarte.Unos segundos después, decidimos entrar, esta vez con mucho más sigilo. Comenzamos a escuchar voces, y entre ellas, podía escucharse muy bien la de Laura. Yo seguía llorando, sin poder asumir lo que acababa de ver.
Natasha me cogió de la mano y subimos hasta la habitación. Ella se apartó a un lado, para no tener que vivir la escena que se aproximaría. Abrí la puerta y la cara de Laura fue, vamos, de arrepentimiento total.-Ta... Ta.. Taylor... Esto no es lo que parece.
-¿Entonces qué? (pregunto entre sollozos) ¿Qué es? (digo adentrándome en la habitación)Ella no contestaba, no se atrevía. Sabía perfectamente el dolor que me había causado.
-Además, con Holly, pero, ¿qué cojones has hecho Laura? Haz las putas maletas y vete de aquí echando hostias.
Un brazo me cogió desprevenida para llevarme al salón, Laura no reaccionó y su compañía muchísimo menos.
-Tía, tienes que relajarte... (dice Nat susurrando)
-Ni quiero, ni puedo. Tú sabes muy bien lo que siento ahora mismo, no me digas algo que no puedo ser capaz de hacer.
-Lo siento muchísimo Taylor, si quieres me puedo quedar unos días aquí contigo.
-Lo mejor es que sepa asumir esto de forma individual.
-Respeto cualquier decisión tuya.Tras una larga conversación con Natasha, en la que trató de tranquilizarme. Laura bajaba con todas sus cosas hasta el salón, dirigiéndose así hasta la puerta para decirle adiós a la casa que un día le ofrecí para vivir junto a ella.
No dijo nada, solo que tenía que volver a por más cosas. Y se fue.
En cuanto a Holly, se fue con ella. Supuse que iban a casa de Holly. Por lo que estarían muy cerca de mí.Natasha se quedó conmigo, para cuidarme ese 25 diciembre. Eso, significó muchísimo para mi, porque pese a todos sus planes, decidió quedarse conmigo, pese a todas las broncas que recibiría después.
-Tay, sabes que no me gusta decir que todo irá bien, porque nunca se sabe. Pero me encargaré de que todo vaya bien siempre y cuando esté presente...
No la dejé terminar, y la abracé con fuerza. Sin duda, es mi mejor amiga.
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El futuro nos aguarda.
FanfictionTaylor Schilling, una actriz estadounidense está a punto de terminar la serie que le ha dado la mayoría de su fama. Pero el amor le aguarda, y esta vez con más ganas que nunca. Aunque las cosas se tuercen, el futuro le aguarda con una gran aventura...