No hay lugar en tu corazón [Sin Editar]

11. Es como volver a ese momento

—Hmm... no puedes estar así toda la tarde Joy.

Claro que puedo.

—Al menos respondele.

Eso no puedo hacerlo.

—¡Ugh! ¡Dame un sandwich entonces!

Eso...

Despabilo en cuanto Nadine me empuja y miro el cuchillo en una mano y el pan en la otra. Debo llevar una buena cantidad de rato untando mayonesa porque ya está desparramada por todos mis dedos.

—Lo siento~

Dejo el cuchillo de lado, limpio mis manos y sigo haciendo lo que debería haber terminado hace unos minutos.

—Yo entiendo que sea impresionante que el chico te hablara de la nada, pero eso no justifica dos cosas: una, que todavía no le hayas respondido, aunque ha pasado ya toda la tarde; y dos, que todavía no hayas terminado mi sandwich.

Suelto un bufido y se lo entrego de una buena vez, me lo arrebata con un amable gracias.

—Yo creo... que aun no piensas que sea... verdad. Te juro... que yo no lo invente.

Mastica y me habla al mismo tiempo. Está comiendo con rapidez, como si alguien fuese a quitarselo o si estuviera demasiado delicioso como para dejar de comerlo.

—¿Quieres tragar antes de poner otro pedazo en tu boca?

Le digo frunciendo el ceño.

—No puedo... tenía tanta hambre~

Puedo notarlo.

—Aún así no me cambies el tema... ¿por qué no has querido responderle?

Termino otros dos sandwich y sirvo dos vasos de jugo de naranja. De un grito llamo a mis hermanas pequeñas a comer, ellas —que estaban jugando en su habitación— vienen corriendo como locas hacia la cocina y toman asiento en las banquetas junto a mi amiga.

—No hables de esto frente a ellas.

Veo como Nadine pone sus ojos en blanco.

—¿De qué no puede hablar Nadine? —Lida nos mira a ambas con curiosidad.

—De na-

—Un chico guapo le habló a tu hermana y ella no quiere responderle. Y hasta podría ser su nuevo novio pero como no se atreve nunca lo sabremos.

—¡A Joy le gustan los chicos guapos! —salta Reda, que en todo momento estuvo comiendo en silencio.

—Si, pero a ella le gusta esta guapetón en particular. Definitivamente quiere ser su novia.

—¡Nadine!

Ellas ríen tan pronto cuando grito. Mis mejillas se regocijan del calor que genera la idea de que Kori pueda ser mi novio en algún futuro.

No he querido responderle porque he querido evitar toda la tarde esa idea loca que había decidido olvidar, la idea de que Kori me notara. Y ahora que lo hizo... lo hizo, no sé cómo reaccionar.

—No digas esas cosas.

—¡Oh vamos! De seguro Lida y Reda saben que Kori te trae loca desde que eras de la edad de ellas. No es nada nuevo para nadie en esta casa.

Las gemelas miran a Nadine al mismo tiempo y con una clara sorpresa en su rostro. Maldigo el momento que dejé que mi amiga viniera conmigo a casa.

—¿El niño de rulitos te habló? —Lida me mira sorprendida, igual o hasta más de lo que yo me encontraba —. ¿¡Y no le respondiste!? ¿¡Estás loca!?