Capítulo 33

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Me estiro mi brazo derecho buscando a Aaron pero ya no esta, debe estar en el gimnasio y tiene que haber visto ya el mensaje, es extraño que no me este dando un sermón de las consecuencia que puedo tener por no salir con seguridad. Voy a buscarlo al gimnasio al entrar quedo sin aliento. Esta colgado en una barra y sube por encima y vuelve a bajar, cada musculo de su espalda se ve increíblemente hermoso.

—¿A que se debe la visita?

—Tengo que levantarme más temprano ese cuerpo se ve increíble a esta hora —sigue subiendo y bajando.

—Vienes a explicarme porque saliste a la madrugada —se suelta de la barra y al caer veo en el monitor que él estaba viendo.

Salgo discutiendo con el de seguridad y me marcho, la imagen se repite una y otra vez.

—Aparte que te marchaste sin escolta y volviste con una persona desconocida —se gira para verme.

—Si, emm... lo que paso fue que me llamo Kayla y la fui a buscar.

—¡Sola, te fuiste sola! —grita—. Sales de madrugada a buscar a tu hermana sin escolta, espero que alla sido algo muy grave.

—Tenia que buscarla, estaba sola en la terminal de autobús y...

—Podias mandar a alguien a buscarla, para que le pago a todos esos hombres que estan alli afuera.

—No conoce a nadie aqui, no queria que se asustara si iba alguien mas a buscarla.

—¿Porque no me hablaste?

—Estabas dormido y despues de nuestra pelea, sabia que no ibas a dejarme salir —me interrumpe mientras toma una toalla y se seca la transpiración.

—Cada vez que discutamos siempre vas a ser la que tenga la razón, ¿Verdad?

—Aaron...

—¿Que le pasaba a Kayla para que venga de madrugada hasta aqui? —se recuesta en el asiento y comienza a levantar la barra de pesas.

—Si no quieres escucharme.

Me doy la vuelta y salgo directo a la habitación, me doy una ducha rápida, cubro mi cuerpo con una toalla y comienzo a poner ropa en una valija pequeña.

—¿Que haces? —salto al escucharlo hablar, sigo poniendo ropa como si él no estuviera aquí—. Maia ¿Que haces? ¿A donde vas? —me toma de la cintura para que lo mire— ¿Porque estas empacando?

—¡¿Ahora quieres saberlo?! —me corro para que me suelte.

—Maia...

—¿Qué?

—Podemos hablar bien.

—Quieres escuchar porque sali a mitad de la noche a buscar a mi hermana —pone su mano en mi brazo y lo desliza hasta tomar mi mano.

—Perdón, me enoja que no confies en mi.

—No es eso, no queria preocuparte me llamo y sali a buscarla sin pensar en nada más —bajo la mirada y veo la valija— me voy a California con Kayla.

—¿Porque? ¿Es por la discusión de hace un momento? —niego— ¿Entonces? —con su mano libre toma mi mentón haciendo que lo mire.

—Mi madre esta en problemas y tengo que ir a solucionarlos.

—¿Que clase de problemas? Porque no llamo en ves de mandar a Kayla.

—Ella no sabe que esta aqui, la amenazaron a la salida del instituto, se asusto y vino a buscarme.

—La amenazaron —asiento— ¿Quien?

—Al parecer mi madre a estado pidiendo dinero y no lo a devuelto, Kayla cree que es adicta al juego, hace un año que no hace doble turno y cuando hablaba conmigo me decía que si los hacia —mis ojos se llenan de lágrimas al recordar que me mintió—. Kayla nunca estuvo metida en problemas el dinero que me pedía era para ella, hipoteco la casa por el juego yo... —doy un paso atrás alejándome de él— me acosté contigo para que ella pagara su maldito vicio —niego y limpio el rostro—, todo por sus mentiras.

POR SIEMPRE A MI LADO (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora