Capítulo 22

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Por la mañana cuando Lewis se despierta lo llevo hasta el comedor donde sus padres están desayunando, ambos lo reciben felices.

—Buenos días hijo —lo besa Madison, en cuanto lo alza comienza a reir—, te extrañe.

—Yo también. —se acerca Thomas a besarlo— gracias por lo de anoche. —me dice sonriendo.

—No fue nada se porto muy bien.

—¿Y tu compañero?

—Se marcho un rato después de cenar.

—¿Molesto? —dice Madi alzando una ceja.

—No lo se, si se fue enojado fue porque le dije que me voy hoy a California.

—Crei que ya lo habían hablado.

—No, igual creo que se le paso un poco cuando lo invite a que fuera para alli si quería. —levanto los hombros.

—¿Va a conocer a mamá Susana? —se asombra Madison— ves, Aaron ira a conocerla y tu no.

—Si la conozco, la vi cuando fui a California.

—¡Thomas! Estaba casi inconciente con los remedios que le ponían.

—¿Quieres que vamos? —se gira para mirarme— ¿Es mala tu mamá? —hace cara de susto.

—Claro que no. —rio— me voy, tengo una valija que terminar de armar.

—¿No vas a desayunar?

—Si —tomo una tostada y la muerdo— con esto estoy bien.

—¡Maia! —me mira mal.

—Prometo comer algo mas tarde.

—Le pediré a Grace que te suba el desayuno.

—Si mamá. —digo como niña pequeña y subo las escaleras.

Como era de esperarlo el tráfico y el aeropuerto es una locura, por suerte vine en cuanto termine de arreglar la valija.

En cuanto estoy en mi asiento en clase turista, aprovecho para avisarle a Madison, no era un vuelo muy largo, no iba a gastar un monton de dinero por un par de horas.

Maia: Ya estoy en el avión.

Madison: Dale muchos besos a mamá Susana, me hubiera encantado ir. Pero Lewis es muy pequeño todavía.

Maia: No te hagas problema, será la próxima. Cuida a mi chico.

Madison: Me parece que Aaron sabe cuidarse solo, es GRANDE.

Maia: Sabes que me refiero a Lewis.

Madison: Jaja. Buen viaje, avísame cuando llegues.

Cuando estoy por apagar mi teléfono suena anunciando un nuevo mensaje.

Aaron: Buen viaje, estoy emocionado por conocer a tu madre. Todavía estas pisando suelo y ya te estoy extraño. Te quiero princesa.

Maia: ¿Cómo lo sabes que todavía no me voy?

Aaron: Estas ocupando tu teléfono y no puedo despegar hasta que tu avión salga.

—Señorita, me haría el favor de apagar su teléfono.

—Si, disculpe. —lo apago inmediatamente, observo por la ventanilla tratando de ver a Aaron pero no lo consigo.

Al bajar del avión voy en busca de un taxi para que me lleve a casa, pero en el camino me cruzo con un hombre que tiene una ipad con mi nombre.

—Guau, ya no se usa papel —digo caminando hasta el hombre de negro— Hola, soy yo. —digo señalando el ipad.

—Señorita Sierra, acompáñeme por aquí. —hago lo que me pide, una camioneta nos espera en la puerta, al subir en el interior hay un ramo de rosas.

POR SIEMPRE A MI LADO (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora