Capítulo 3

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Me levanto de la cama asustada solo tengo una camisa puesta, salgo de la habitación donde encuentro a Aaron ese hombre que me hace sentir demasiadas cosas solo con mirarme, detrás de su computadora.

—¿Qué hora es? —digo frotándome los ojos.

—¡Buenos días! Son las once.

—Mierda, no estuve para el informe.

—Tu madre está bien, Parker está allí, comenzaran a quitarle los medicamentos para que despierte.

—Tengo que irme.

—Primero tienes que comer, estas muy delgada —me señala.

—¿Tu me quitaste la ropa?

—Si, te hable pero estabas muy dormida —me tapo los pechos al notar que me a dado frio—, no tienes nada que no alla visto ya.

—Aaron... —me interrumpe.

—Desayunemos —cierra la computadora.

En cuanto veo toda la comida que a pedido mi estomago comienza a hace ruido.

—Comere algo rápido para poder marcharme de una vez.

Desayunamos en silencio, me quedo mirándolo uno momento, conozco esa mirada nula se que esta pensando y me encantaría saber en que piensa.

Me alegra que este aquí, pero a la vez me molesta y sobre todo me enoja que mi cuerpo reaccione inmediatamente a él.

—¿Cómo estas? —fija sus ojos en mi.

—Bien —digo cortante bajado la mirada.

—Madison esta preocupada por ti.

—Ya le dije que todo esta bien dentro de lo que se puede.

—Tiene miedo por Jace —me quedo helada— tu ex.

—No lo he visto, creo que nadie sabe que estoy aquí.

—¿Has estado comiendo?

—Claro.

—¿Qué cenaste anoche?

—Un sándwich de la cafetería.

—Me estas mintiendo —no respondo.

Suena su teléfono mira quien es y su rostro de endurece, rechaza la llamada y lo deja a un lado.

—¿Aaron? —le hablo para que vuelva su atencion a mi— ¿Qué haces aquí?

—Estaba preocupado por ti.

—No tienes porque hacerlo, es mas no deberías de haber venido, yo no tendría que haber actuado como lo hice anoche.

—Maia yo...

—¡No! —lo interrumpo— no es necesario, me voy a duchar para irme al hospital y así puedes volver a Las Vegas con tu prometida y su maravillosa vida —me levanto antes que diga algo más.

No demoro en ducharme y cambiarme, necesito ir al hospital. Se ofrece a llevarme, mas que una oferta es una orden, todo el camino lo hacemos en silencio. En cuanto entro voy directo hasta Patrick.

—Buenos días Patrick, perdón por llegar a esta hora.

—No se preocupe señorita.

—¿Qué dijo el medico?

—Le han comenzado a quitar los sedantes, esperan que mañana ya comience a despertarse de apoco y por periodos cortos.

—Bien...

POR SIEMPRE A MI LADO (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora