Siento un silbido en mi oído y un dolor fuerte en la cabeza. Abro de a poco los ojos no hay mucha luz, eso lo agradezco. Estoy acostada sobre mi brazo izquierdo y en mi mano tengo una intravenosa.
Aaron está junto a mi el moño a desaparecido y los primeros botones desprendidos de la camisa, al verme que despierto toma mi mano.
—Hola —deposita un beso en la mano— ¿Como te sientes?
—Me duele la cabeza... —digo suspirando lo que hace que me duela más—, ¿que me paso?
—Te desmayaste —me giro haciendo que suelte mi mano para colocarme boca arriba para hacer presión sobre mi cabeza— llamare al doctor —toca un botón.
Claramente ese hombre estaba en la puerta esperando ser llamado, entra el medico y con el un enfermero que enciende la luz, haciéndome dolor los ojos.
—Señorita ¿Como se encuentra?
—Bien, me duele un poco la cabeza.
—Tiene que ser por el golpe —toma mi mentón y hace que gire la cara — ¿Aquí le duele? —toca mi pomulo.
—Solo un poco.
—Por suerte es algo superficial, y no necesita sutura.
En cuanto me suelta el rostro giro a mirar a Aaron asustada.
—Te lastimaste la cara cuando caíste.
—¿Porque me desmaye?
—Mientras me llegan los resultados de los análisis digame, ¿a sentido algún malestar? —niego —¿Esta embarazada?
—No —respondo con rapidez.
—¿Recibio alguna bebida de alguna extraño?
—Por supuesto que no —de repente viene a mi cabeza un recuerdo— si sentí algo raro, pase junto a un grupo de hombres, al pasar sentí como si un insecto me pícara.
—¿En donde?
—Aquí —me levanto y le señalo el hombro— comencé a sentirme débil...
—Ve tiene un pinchazo... —me interrumpe el médico y le dice a Aaron que toca mi espalda— a usted la drogaron con lo que se le suele llamar la droga de la violación.
—¡¿Que?! —pregunto asustada.
—Lo que hace esta droga es que la duerme, en este caso la iban a dormir para sacarla de donde estaba o violarla en el mismo lugar. Lo bueno es que la encontraron a tiempo, es difícil asegurar que clase es porque desaparece con rapidez del organismo —sigue leyendo el iPad.
—Pero... —digo asustada— no recuerdo nada —Aaron toma mi mano y la aprieta.
—Cuando bajaste viste a Patrick y lo llamaste —asiento— cuando caiste, el fue a auxiliarte y un par de hombres se acercaron, pero se fueron en cuando llegaron los de seguridad.
—Bien Señorita, ¿necesita que llamemos a la policia para que realice la denuncia?
—No, a quien voy a denunciar no se quien fue.
—Bien como usted quiera, todos los análisis salen bien, no tiene nada malo solo el golpe en la cara que lo mas seguro es que se le hinche un poco colóquese hielo, realice por lo menos un día de reposo. Y tome este medicamento para el dolor de cabeza —le entrega la receta a Aaron—, si siente algún malestar no dude en venir —nos saluda y sale de la habitación.
El enfermero me quita el suero con cuidado dejándome en mi mano una venda.
—Aaron yo... —se me llevan los ojos de lagrima— no me di cuenta...
—Esta bien —me abraza— no te paso nada. —lloro en sus brazos de lo asustada que me a dejado el médico.
—Porque alguien me haría eso.
—¿Alguna cara se te hizo familiar?
—No, no conocía a la mayoría de los que estaban en la fiesta.
—Bien —suspira—, baja con cuidado así puedo ayudarte a vestirte.
Al bajar me mareo un poco, pero Aaron me sostiene hasta que me estabilizó. Me coloca el vestido con cuidado y subiendo el cierre con lentitud.
—Los zapatos. —le pido.
—Mejor sin ellos por las dudas.
—No puedo salir descalza de la clínica más top de Las Vegas.
—Te llevaré alzada.
—¿Como el guardaespaldas? Tendré que cantar después —trato de poner un poco de humor— estoy bien, te avisare si me siento mal.
Refunfuñando me pone los zapatos.
—Ten. —me coloca el saco en la espalda.
—Gracias.
—Me asustaste —acaricia mi rostro— cuando te vi en el suelo, mi mundo se paralizó.
Sin decir mas salimos de la habitación, Aaron me tiene sujeta por la cintura pegada a su cuerpo, varias enfermeras y doctoras se quedan viéndolo cuando pasamos. En cuanto cruzamos la puerta de salida llega Thomas que baja rápido del auto, con el teléfono en el oído.
—Si acá esta, están saliendo —claramente es Madison al otro lado de la línea—. Maia ¿estas bien? —se detiene frente a nosotros.
—Si, ya paso todo —digo separándome de Aaron— gracias por cuidarme —le doy un beso en la mejilla.
Subo con cuidado al auto acomodando mi vestido.
—Gracias por traerla —dice Thomas—, no sabes lo que me costo tranquilizar a Madison.
—No es nada, debe realizar reposo al menos por un día.
—Te aseguro que lo hará.
Le cuanto a Thomas todo lo que pasó antes y después en casa de Loretta.
Al llegar me quito los zapatos para subir las escaleras con Thomas.
—Madison quiere verte.
—Mejor mañana, quiero bañarme antes de verla por Lewis. Por los gérmenes dile eso, por favor mañana la veré apenas me duche.
—Voy a tratar que entienda, si necesitas algo me avisas.
—Cualquier cosa te grito —digo parándome en la puerta de mi habitación.
—¿No has provado con golpear la puerta?
—Esa opción es buena —lo señalo con el dedo.
—Que descanses.
—Gracias igual ustedes.
Me quito el vestido,me pongo una remera para dormir. Sigo teniendo frio voy hasta la silla en dondedeje el saco de Aaron y me vuelvo acostar todavía esta calido, ahora si logocoger calor para dormir.
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POR SIEMPRE A MI LADO (2da parte)
RomansaMaia se siente devastada al conocer el secreto que le ocultaban los Williams, sin darles oportunidad a explicaciones, huye de casa de Loretta. Desolada por haber puesto su corazon en manos de un hombre que con sus encanto la mantuvo cegada de lo que...