Capítulo 7

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Madi me a da el control total de la fiesta, puedo preparar lo que quiera, Thomas me autoriza a gastar todo lo que necesite para ver a su mujer feliz. Obviamente no me negué a armar la mejor fiesta para mi ahijada o ahijado.

Desde la mañana siguiente me puse de cabeza a organizar el evento para el fin de semana. Es bastante agotador organizar todo en tan poco tiempo y mas sola pero en verdad me gusta hacer esto.

Hace unos días el Doctor Smith me llamo para que salgamos, y mi gran amiga Madi me a obligado a aceptar la invitacion.

—Vamos amiga, has trabajado mucho para la fiesta tienes que distraerte.

—No creo que sea buena idea, mañana tengo mucho que organizar.

—Por eso mismo, vamos pruébate algún vestido.

—¿Puedes explicarme como se entero que estaba devuelta?

—No tengo la menor idea. —levanta los hombros.

—¡Madison!

—Puede ser que en algúna consulta lo alla encontrado y hayamos hablado un poco de ti, y me pidiera que cuando volvieras le avisa. —sonrie ampliamente.

—Recuerdas lo que te dije cuando baje del avión...

—Lo siento el embarazo me hace olvidar algunas cosas.

—Te voy a refrescar la memoria. Te pedi que no le dijeras a nadie que había vuelto.

—Pero si no dije nada —me quedo mirándola—, bueno si esta bien, pero solo fue a él. Amiga este vestido te queda pintado —dice mientras levanta el vestido rojo que use la noche que fui al hotel de Aaron.

—Claro cambiemos el tema rápido ¿No? —se rie, tapándose la cara con el vestido— no creo que me quede bien, adelgace bastante, mejor otro —digo recordando esa noche.

—Esta bien, entonces será este —me entrega uno de color azul oscuro con el cuello cerrado y mangas cortas— y claro con este cinturón dorado quedaras hermosa —me le quedo mirando—, ¿por qué me miras asi? Vamos ve a cambiarte que ya se te hizo tarde. ¡Vamos, vamos! —aplaude para que me mueva mas rápido.

En eso tiene razón ya es tarde. Cuando salgo cambiada con el vestido que me queda sobre la rodilla, Madi me extiende un par de sandalias altas de color negro.

Ya lista bajamos para esperarlo, en la mitad del camino escuchamos a Thomas hablar.

—Ya llego. —dice Madi sonriendo.

—No creo que sea buena idea —comento al pie de la escalera.

—Basta Maia, ya estas lista.

Cuando llegamos al living vemos a la persona con la que hablaba Thomas.

—Aaron —susurro.

Él fija sus ojos en mí mientras me recorre con la mirada.

Nadie dice nada, gracias a Dios aparece Grace.

—Disculpen, Maia el Doctor Smith esta aquí.

—Gracias Grace —giro para agradecerle.

A los pocos minutos Grace abre la puerta.

—Buenas noches —saluda entrando al living, con una camisa celeste y pantalón de vestir—, perdón, por la demora.

—Hola —digo cuando esta enfrente, me da un beso en la mejilla y me entrega un ramo de rosas amarillas— Gracias, no tenias que molestarte.

Camino hasta Madison que esta junto a Thomas y le entrego las flores bajo la atenta mirada de Aaron.

—Las puedes poner en agua por favor.

—Seguro, las pondré en tu habitación —me guiña un ojo.

—Gracias —giro para ver a Nick— ¿Vamos? —asiente—¡Que tengan buenas noches!

Cuando estoy junto a Nick pone su mano en mi espalda, sigo caminando sin oponerme a su toque.

—¡Aaron! —escucho a Madi, pero sigo caminando— ¡No te atrevas!

Quiero saber que esta pasando detrás de mi pero salgo de la casa, tengo que olvidarme de él.

Nick es todo un caballero, cenamos en un lugar muy hermoso, la cena es muy a gusto hablamos de todo, hablamos de nuestras familias, la razón por la que estamos aqui y nuestros trabajos, por supuesto no le indico cual fue mi trabajo anterior.

Después de comer vamos a un bar cerca para tomar algo y hablar un poco más. Ya dispuestos a marcharnos, su teléfono suena.

—Disculpa —dice atendiendo— ¡Si! Estoy cerca, llegare en un momento —dice antes de finalizar la llamada.

—¿Esta todo bien?

—Un paciente a tenido una complicación —dice pasando su mano por el cabello—, tengo que ir.

—¡Claro! Ve, no te hagas problema por mi.

—¡Como que no!

—Tomare un taxi, no es nada, solo ve.

—Maia me da vergüenza que en nuestra primer cita tengas que volver sola a casa.

—No es nada —digo mientras paro un taxi.

—Espero que por este pequeño inconveniente no sea la primera y la última ves que aceptes salir conmigo.

—Ya tienes mi número, puedes llamarme cuando quieras.

—¡Avisame cuando llegues!

—Gracias por todo. —me acerco para darme un beso en la mejilla.

El taxi como es de costumbre me deja en la entrada, en cuanto paso el porton me quito las sandalias y camino sobre el césped, esta frio pero es mejor que ir por las piedras de la entrada. Mientras mas me acerco a la casa veo un auto en la puerta, cuando ya estoy mas cerca la puerta del conductor se abre y veo bajar a Aaron.

—Maia...

Sigo caminando sin prestarle atención.

—Espera por favor —me toma el brazo para que lo mire.

—¿Qué haces aquí todavía?

—¿Y el doctorcito?

—Le surgieron algunas cosas que debía atender —tiro de mi brazo.

—Como es posible que te deje volver sola a casa, ¿Qué clase de hombre hace eso?

—La clase de hombre que me dice la verdad, la clase de hombre que hoy no me a mentido que me a contado toda, toda su vida sin esconderme nada.

—¿Por qué saliste con él? —observa mi vestido corto.

—Porque la vida sigue y no es tu problema con quien salga o deje de salir o lo que me ponga —se lo que esta pensando—, te gusta mi vestido nuevo que tanto lo miras, es ligero y también se quita rápido —me quedo mirándolo a los ojos desafiándolo con la mirada y noto la molestia en su rostro.

Me encamino hacia la entrada dejándolo sin palabras.

—¡Maia! ¿Podemos hablar tranquilos?

—No —digo sin girarme.

—Cuando volvi de California termine con Allison.

—Que lastima hacían linda pareja —le respondo entrando y cerrando la puerta sin siquiera voltear a mirarlo, subo rápido a mi habitacion. Cuando estoy por entrar Thomas sale de su habitacion.

—¿Todo bien? —asiento— ¿Y Aaron?

—Todo esta igual, no quiero problemas otra vez —hace una sonrisa torcida.

—Descansa.

Las palabras de Aaron se repiten una y otra vez en mi cabeza.

POR SIEMPRE A MI LADO (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora