Al moverme en la cama siento un brazo pasar por mi cintura.
—¿A que hora llegaste?
—No lo se, solo me cambie de ropa y vine —besa mi cabeza—, no podía dejar de pensar en ti.
—Eso era fácil de solucionar, hubieras pensabas en otra cosa o persona y listo.
—¿Ya vas a comenzar a discutir conmigo?
—Es que... —me giro para mirarlo a la cara.
—Ya se que vas a decirme —me interrumpe— no deberías estar aquí Aaron.
—Exactamente eso estaba por decir.
—¿Porque sigues con el saco? —cambia de tema.
—¿Siempre tienes que cambiar de tema? —asiente sonriendo— Tenía mucho frío y no podía dormir.
—Crei que ibas a decir que no podias dormir sin mi —sonríe ampliamente—, ¿como te sientes?
—Bien —me alejo un poco poniéndome boca arriba para estirarme— ¿que hora es?
—Casi la una.
—¡Oh! es muy tarde. Madi tiene que estar loca por lo que no la he ido a ver —me levanto rápido.
—¡Maia despacio! —me reta en cuanto me siento en la cama.
—Estoy bien, en verdad.
—Ya te vio mientras dormías le hice una video llamada para que se quedara tranquila.
—Gracias —me quito el saco y lo dejo en la cama— me voy a bañar.
Voy hasta el cuarto de baño, al comenzar a cerrar la puerta lo veo sentarse a los pies de la cama.
—Estaré aquí si me necesitas —le doy las gracias con una sonrisa.
No demoro en bañarme, lo hago rápido para poder ir a ver a mi amiga.
Al salir veo a Aaron en la ventana, lo estoy por hablar pero lo escucho discutir.
—No tengo porque decirte a donde fui anoche... no somos nada Allison, ¡terminamos puedes entenderlo!
Al escuchar que es con ella con la que discute voy directo a buscar mi ropa para cambiarme. Pero lo que acabo de escuchar me deja pensando.
«¿En verdad terminaron?»
—Mierda ¿Quieres matarme? —al alzar la vista veo por el reflejo del espejo a Aaron esta parado en la entrada del vestidor.
—No hay nada que ya no hallas visto —le recuerdo colocándome las bragas.
—No te agaches asi, delante de mi, por favor. — llevando su mano al pecho.
—Eres tonto. —lo empujo para que salga.
Al terminar de cambiarme salimos juntos de la habitación, al momento de bajar las escaleras Aaron me toma del brazo.
—Aaron... —lo miro— estoy bien.
—Recuerda cuando te lastimaste la cabeza también dijiste que estabas bien y te sentiste mal.
—Ya puedes soltarme —digo en cuanto pongo ambos pies en el suelo.
—Me gustaría seguir cuidándote.
—Aaron, sabes que esto...
—¡Maia! —grita Madi cuando me ve, viene corriendo desde el parque— ¿Cómo estas? —me abraza muy fuerte.
—Hasta antes de verte no tenía ningún hueso roto.
—Perdón —me suelta y toma mi mano—, ¿cuéntame que paso? Mierda tu cara.
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POR SIEMPRE A MI LADO (2da parte)
RomansaMaia se siente devastada al conocer el secreto que le ocultaban los Williams, sin darles oportunidad a explicaciones, huye de casa de Loretta. Desolada por haber puesto su corazon en manos de un hombre que con sus encanto la mantuvo cegada de lo que...