Capítulo 5

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Capítulo 5: lo más parecido a ser amigos

Desde aquél día, Bakugou pasaba más horas en esa habitación de hospital que en clase.

No es que se hubiese comprometido a nada, pero sus pasos le llevaban siempre a esa habitación donde un decaído peliverde lo esperaba. Izuku ya no forzaba sus sonrisas para esconder su dolor, ahora sonreía de verdad al verle porque se alegraba de que Kacchan estuviese a su lado.

El rubio atesoraba egoístamente cada una de esas sonrisas. No podía olvidar que era debido a él que Deku estaba interno en el hospital, pero aquella sensación que notaba en su pecho cada vez que abría la puerta se había vuelto adictiva y autocomplaciente. 

Sus compañeros de clase también solían visitar a Midoriya. Le llevaban regalos y hablaban con él durante horas, pero siempre sin Katsuki.

Él prefería ir solo, sin coincidir con nadie que no fuese Inko Midoriya.

Era mejor así... Esa era la única forma de tener a Deku para sí. 

¿Para sí? ¿Qué mierda estaba diciendo?

-Kacchan... ¿puedes acercarme el agua?

La voz de Deku le sacó de sus pensamiento y mecánicamente le dio el vaso de agua mientras seguía escribiendo. Llevaba casi dos semanas en el hospital y los problemas habían ido apareciendo uno tras otro. La mano que no podía sentir era la dominante de Deku, por lo que se había vuelto un bueno para nada en muchas cosas. Katsuki tenía que transcribir la tarea por él, ya que no era ambidiestro, y eso al rubio explosivo le molestaba mucho. 

-¿Por qué tengo que seguir haciendo esta mierda?-inquirió Bakugou.-No es como si pudieras volver a la clase de héroes.-rápidamente se dio una bofetada mental. ¿Por qué se le daba tan bien cagarla?.-Quiero decir, que...

-Es para mantenerte ocupado, Kacchan.-confesó Izuko sonriendo.

-¡¿HUH?!-gritó el rubio crispado. Estaba a punto de incinerar con una de sus explosiones el ensayo que había tardado toda la tarde en copiar por él.-¡¿Me estás tomando el pelo?!

-Es que... te ves mejor cuando estás en silencio.-comentó el peliverde desviando la mirada algo cohibido.

Katsuki tragó saliva y reprimió las ganas de pegarle un puñetazo. ¡¿Se estaba entreteniendo a su costa?!. Pero por otro lado, tampoco podía culparle... después de todo, pasarse las veinticuatro horas dentro de aquél cuarto no era precisamente divertido. 

-Hasta mañana, idiota.

Dicho esto recogió sus cosas y se alejó hacia la puerta.

-Nos vemos, Kacchan.-respondió el otro.

Esas eran las palabras que más le gustaba escuchar a lo largo del día. Porque un hasta mañana significaba que al día siguiente, Kacchan volvería. 

Por fin aquél rubio de ojos rubíes se había vuelto lo más parecido a un amigo para él.

•  •  •

También existían otro tipo de momentos en los que Katsuki tenía que soportar los derrumbes emocionales de Deku. ¿Cómo no iba a tenerlos?.

Durante la tercera semana, Bakugou había entrado en la habitación de Deku y lo había pillado con el pijama a medio poner. Tenía los pantalones y los calcetines puestos, pero la camisa era un desastre; no había ni un solo botón bien puesto.

Katsuki bufó, e Izuku, avergonzado, se dio la vuelta.

Esto era lo que le faltaba. El apelativo de Deku le venía al pelo y Kacchan se lo restregaría por toda la cara...

-Déjamelo a mí, estúpido nerd.

Pero lo que no se esperaba es que Kacchan le tomase de los hombros, le diese la vuelta, y empezase a desabotonar la chaquetilla para abotonarla después correctamente.

-Gra... gracias...-musitó Midoriya. Estaba seguro de que le salía humo de las orejas. 

El corazón le iba demasiado deprisa y temía que Kacchan se diese cuenta.

Estaban demasiado cerca.

En serio, ¿cuándo empezó a ponerse tan nervioso con su presencia? Ah, cierto. Desde que tenía memoria. 

Bakugou por su parte notaba divertido los temblores de Deku. Si le decían que tenía la peculiaridad del terremoto se lo creería y todo. 

Cuando hubo acabado de arregarle la camisa, levantó la cabeza esperando ver una sonrisa agradecida, porque sí, estaba seguro de que se había vuelto dependiente de ellas para respirar.

Pero aquél sonrojo que cubría el rostro de Deku abofeteó las hormonas de Katsuki con la fuerza del United States smash.

Esa tonalidad que podría estar quemando sus pecas le hacía parecer demasiado vulnerable... Demasiado apetecible. 

Demasiado...

-¿K..Kacchan?

El rubio explosivo se sorprendió a sí mismo acariciando la mejilla de Deku, y rápidamente apartó la mano y la escondió a su espalda. ¿Qué mierda le estaba pasando?

•  •  •

Lo había estado pensando desde que aquella serie de pensamientos cursis habían comenzado a desfilar por su mente. 

¿Qué era Deku para él?. Un nerd de mierda, por supuesto.

Entonces, ¿qué es lo que le ataba a él?. ¿Qué le hacía ir día tras día a ese hospital?. ¿La culpabilidad? ¿Era eso? En el fondo sabía que no, que había algo más. Al principio puede que solo fuese eso, el creerse responsable del destino del peliverde, pero ahora... Ahora no estaba seguro.

Es decir, si te sientes culpable le regalas una caja de bombones, un ramo de flores, pagas la cuenta del hospital y te desentiendes de todo, ¿no?. Pero él no tenía la intención de hacer eso. 

Con el paso de los días y de las semanas, ir a esa habitación se había vuelto una necesidad. Cada vez se quedaba más y más tiempo y ayudaba a Izuku en todo lo que podía. Podría jurar que pasaba más tiempo con Deku que su propia madre. 

Pero quería más, mucho más. 

Deku se había vuelto nuevamente dependiente de él. Y ese sentimiento le gustaba. Quería cuidarlo, quería protegerlo y enmendar su error. Sí, eso es... Porque desde un inicio eso fue lo que quería hacer. Tener a Deku a su espalda, tener su admiración, y simplemente... ser su héroe.

Pero ese deseo había evolucionado de tal forma que nunca se dio cuenta de que lo que realmente quería de Izuku era su atención incondicional, el monopolio de sus sonrisas... y la exclusividad de... ¿su amor?

No me fastidies...-fue lo primero que pensó al darse cuenta de esos pensamientos.-¿Yo... por él?

Pero visto lo visto, no le quedaba otra que aceptarlo. Quería que Izuku Midoriya se volviese dependiente de él, pero en realidad, había sido Bakugou Katsuki el que había sido seducido por el veneno de la dependencia.

Y le gustaba.

Así que, empezaría a probar cosas.

You're not a hero (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora