Capítulo 11

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Capítulo 11: la tumba

Seis meses más tarde

Había pasado ya medio año desde que La Liga de Villanos hubiera secuestrado de Izuku Midoriya.

Secuestrado...

Eso fue lo que todos pensaron que fue. La policía, los héroes, todos llegaron a la misma conclusión: el indefenso estudiante de la UA había sido llevado a la fuerza, incapaz de poner resistencia. La pregunta era, ¿por qué él?.

Algunos pensaban que quizás se debía a su particularidad, una fuerza que quizás la Liga quería explotar, o a su conocimiento sobre héroes, pues todos sabía sobre sus cuadernos de notas.

En definitiva, nadie podía asegurar con certeza las intenciones de los villanos al llevarse a un estudiante mutilado con ellos, pero por esa misma razón, no podían permitirse perder la esperanza de poder rescatarle.

Su cuerpo no había aparecido, eso era algo que animaba a sus ex compañeros de clase o a héroes como All Might, que se negaba a admitir que su discípulo hubiese muerto, pero muchos otros había perdido ya la esperanza, como la propia madre de Izuku.

Inko Midoriya no pudo soportar aquel dolor más.

.

.

.

En su funeral, amigos de la familia Midoriya, los Bakugou y alumnos y profesores de la UA asistieron a la ceremonia bajo la lluvia, a sabiendas de que los villanos se habían cobrado indirectamente una vida más...

Katsuki estuvo allí, escuchando las palabras amables que los conocidos de la señora Midoriya le regalaban entre lágrimas frente a la tumba. Palabras como una madre nunca debería ver morir a su hijo, por fin te reencontrarás con Izuku o ambos serán felices allá donde estén.

-No está muerto...-mascullaba el rubio ante esas desgarradoras palabras.-No lo está.

Bakugou había sido interrogado numerosas veces sobre lo que había visto en la habitación del hospital, pero innumerables veces había callado la misma parte: aquella en la que Deku se despedía de él y se marchaba por su propia voluntad, porque, ¿quién creería que Izuku Midoriya, el chico sin particularidad que había soñado desde siempre con ser un héroe, se iría con los villanos?.

Pero, objetivamente, ¿fue secuestrado o se fue por su propia voluntad?. Esa duda lo carcomía, recordar esos ojos verdes turbados le dolía. Nunca había esperado recibir una mirada así del peliverde, y mucho menos que tomase una decisión tan absurda como la que creía que había tomado, porque él lo vio: nadie le obligó a entrar en el portal. Fue él mismo.

¿Por qué?. ¿Cuál fue la razón?. Izuku tenía el cariño de su madre, el de sus compañeros, el de All Might, y la admiración y respeto del resto de profesores... Tenía incluso el apoyo y... e cariño de él mismo, de Katsuki Bakugou... Por eso no lo entendía. ¿Por qué así?, ¿POR QUÉ EL?.

Ah...

Quizá...

En el fondo lo sabía....

Tal vez se había ido por su culpa. Porque no le soportaba, porque en realidad, de no haber sido por él, podría haber seguido su camino para ser un héroe...

Sí... Tal vez le odiaba de verdad...

Katsuki fue el último en dejar la tumba de Inko Midoriya aquel día tormentoso y gris que lloraba la marcha de un ángel... Sus lágrimas se confundieron con la lluvia, y con toda la entereza posible, se dio la vuelta, caminando con la cabeza gacha bajo el aguacero que caía.

A su lado pasó entonces un extraño con un ramo de lilas, oculto bajo un paraguas negro.

No le dio importancia y siguió caminando, no quería importunar la visita de otros a sus respectivos difuntos... Era gracioso, porque él en realidad no sabía ya si solo rendir homenaje a Inko Midoriya o también a Izuku Midoriya, a quienes muchos daban ya por muerto, o aferrarse a la esperanza de que siguiese vivo, siguiendo esa idea descabellada sobre su unión a los villanos por voluntad propia.

Nunca pensó que sus dudas se despejarían tan rápido como lo hicieron:

-Lo siento... madre.-le escuchó decir al extraño del paraguas.-Espérame solo un poco más...

Katsuki paró en seco, reconociendo aquella voz inconfundible, y se dio la vuelta tan rápido como el rayo, pero del sujeto con paraguas negro no había ni rastro. Sin embargo, frente a la tumba de Inko Midoriya, el ramo de lilas había sido depositado cerca del incienso consumido.

Las piernas del rubio explosivo comenzaron a temblar y cayó arrodillado al suelo, con unos ojos fuera de sus cuencas, ahogados en lágrimas, mientras abría la boca al borde de la desesperación y de la incredulidad. Apretaba los puños con impotencia al tiempo que chascaba la lengua y amagaba un grito ahogado.

-Tiene que ser una maldita broma.-pensó.

Había pasado a su lado, habían estado a tan solo unos centímetros, y él, como un auténtico idiota, no le había reconocido. A él, a la persona que tan desesperadamente quería encontrar, a ese pecoso que le había arrancando de cuajo el corazón.

A Izuku.

A su Deku.


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Volvió a quedarse un tanto corto pero quería darle especial protagonismo a esta escena... no sé, piénsenlo :)

¿Qué les está pareciendo el fic? Se nota mucho que soy nueva en este ship y género, lo sé. Disculpen tooooooodos los fallos!!!

Nos vemos pronto! ^v^

-Nekooni

You're not a hero (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora