Capitulo 2: Regreso, búfalos y "¿Qué me pasó?"

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Capítulo 2

Regreso, búfalos y "¿Qué me pasó?"

     Las primeras luces del alba inundaban las Tierras del Reino, y los primeros en despertar fueron los hermanos, lideres temporales del reino. En cuanto ambos salieron de la cueva fueron recibidos por una hermosa ráfaga de aire matutino, haciendo que ambos se despabilaran instantáneamente. Así ambos fueron, hablando sobre cosas banales, hasta un pequeño manantial cercano a la roca.

- Así que, cuando te perdimos de vista ayer, estabas en tu momento romántico con Tiifu, ¿eh? – dijo de forma pícara, Kiara, haciendo que Kion le prestara real atención por un instante.

- ¡¿Eh?! ¿Qué dices, Kiara? Ella es solo mi amiga. – se defendía el menor ante las sospechas del menor.

- Oh, si... me olvidaba que los amigos son de darse tales muestras de afecto, mimos y besos. – dijo casi sin aguantar la risa, Kiara.

- ¿Vi-viste eso? – preguntó avergonzado de que hayan sido descubiertos, Kion.

- Pues, no se si te diste cuenta, pero lo expusiste delante de toda la manada, hermanito. Creo que lo vio toda la manada... - dijo, pero luego se detuvo a pensar un segundo. -... oh, perdón. Casi toda la manada, Zuri se había dormido ya. – terminó por aclarar, disfrutando del momento. Pocas veces podía ver a su hermano tan avergonzado, solo cuando había tenido "la charla" con su padre lo había visto así.

- Auch, eso me va a costar varios días de bromas pesadas. – dijo algo decaído, leoncito de mechón rojo. – Debió haber sido demasiado empalagoso. – dijo Kion, sintiendo las miradas de toda la manada, ya, sobre él.

- Eh, tranquilo. Eso no tiene porqué avergonzarte, solo demostrabas cariño hacia alguien especial para ti. Eso es todo. – la unión fraternal que existía entre Kiara y Kion era fuerte y, aunque se hicieran bromas y discutieran, siempre terminaban solucionando sus problemas o riéndose ambos de dichas bromas. A tal punto llegaba esa compenetración con el otro, que lograban descifrar todos los sentimientos que el otro tenía y comprenderlos. Toda esa vergüenza, que Kion sentía, terminó con un abrazo entre ambos hermanos.

- Jej, mi hermanito está creciendo. Eso es bueno, ya no tendré que salir a cuidarlo de noche, cuando va al baño. – dijo haciendo reír a su hermano, quien además se había avergonzado un poco.

- ¡Vaya! Regresar después de tantos días y ver esto, es realmente hermoso. ¿No crees, Simba? – dijo una voz de una leona a espaldas de los dos hermanos, quienes se pusieron a la defensiva instantáneamente por la sorpresa.

- Si, es algo sorprendente, mas al recordar que, cuando nos fuimos, estaban peleándose y compitiendo por quien tenía que estar al mando del reino. – dijo Simba mientras miraba a sus dos hijos, quienes ya se habían relajado un poco.

- ¡Mamá! ¡Papá! – gritaron ambos al ver a sus padres de vuelta tras varios días.

- ¿Cómo les fue? – preguntó Kiara sentándose junto a su hermano, luego de haber saludado a sus padres.

- Pues, realmente bien. Volvimos descansados hasta por demás. – dijo Nala, mientras se estiraba un poco.

- Si, era lo que necesitábamos. – dijo Simba, mirando el cielo. - ¡Oh, por los reyes del pasado! Mira la hora que es. La manada no está en movimiento, aun, ya deberían estar cazando para el mediodía. – dijo Simba mientras se paraba para ir rumbo a la cueva.

- Papá, tranquilízate. Las cazadoras tienen la mañana libre, todos estos días han estado cazando por doble partida, unas por el sur y otras por el norte, así hay mas comida y menos desgaste físico. – dijo Kiara deteniendo al asombrado rey de las tierras. – Hay comida, hasta de sobra, para el mediodía. – terminó calmando a su padre, quien aun no había llegado de sus vacaciones y ya estaba estresado nuevamente.

El Rey León: Una HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora