Capitulo 8: Encuentros y reencuentros... ¿Qué le pasa a Zuri?

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Capítulo 8

Encuentros y reencuentros... ¿Qué le pasa a Zuri?

     Solo un par de semanas habían pasado, pero para los jóvenes habían sido dos semanas de descubrimiento, de introspección, de conocerse uno a otro. Para otros, habían sido dos semanas de valioso tiempo para planear...

- Ahora veremos a ese traidor nuevamente... - murmuraba una leona que caminaba por la cueva en la que habitaba mientras un león la observaba muy poco interesado su monologo improvisado

- ¿Me puedes explicar por qué demonios hacemos esto? Si es por "vengar a tu difunto amado", eso sí es una pérdida de tiempo. Ya está muerto y, ¿sabes qué?... Quizá sea mejor así. – dijo mientras se observaba una hormiga que le subía por la pata. Realmente, no tenía idea de que jugaba con fuego; y el que con fuego juega, con fuego se quema...

- ¡ESCÚCHAME, PEDAZO DE IDIOTA IRREVERENTE! AQUÍ, LA QUE MANDA, SOY YO Y, SI DIGO QUE ATACAREMOS A ESA ESTÚPIDA MANADA DE LEONES, LO HAREMOS. ¿TE QUEDÓ CLARO? – le grito mientras se acercaba paso a paso hacia el macho.

- Si, capto la idea... Yyyy, si así lo quieres... bueno, he perdido mucho tiempo en cosas más estúpidas. – dijo sin inmutarse por los gritos de la líder de esa manada de mercenarios, al menos, así los veía él. Leones capaces de matar por la promesa de un pago. Así como escuchó esos gritos, salió caminando despacio de la cueva. – Y, cuando se te pase la "furia incontrolable" me llamas y me explicas como atacarás. – dijo viendo apenas sobre su hombro.

     Lo único que logró fue poner aún más furiosa a la leona, pero por ahora no lo mataría ya que le podría ser de utilidad en algún futuro no muy lejano.

..........

     Por otro lado, en las praderas, el sol empezaba a asomar por el horizonte; tiñendo el cielo de los colores perfectos para la festividad que se avecinaba. Casi como una tradición, desde que Timón y Pumba habían festejado por primera vez estas "fiestas", todos los años se celebraba la familia y la amistad en un momento ideal: como sería esa noche.

     Toda la manada estaba descansando ya que, en la noche, se les iría para largo el disfrute. Solamente dos jóvenes estaban en pie, observando el amanecer de ese último día del año.

- Y, dime; ¿Cómo Rafiki sabe que este es el último día? – dijo Kovu observando extrañado a su acompañante, la futura reina de las praderas. – Parece un día cualquiera, no hay nada que lo distinga. – dijo mientras observaba a todos lados, buscando una señal u objeto que diferenciara el día.

- Jeje, es algo raro, pero Rafiki hizo un estudio, hace más de un año aproximadamente, con la posición del sol en uno de los puntos de su árbol. Así se dio cuenta de que, pasado cierto tiempo, el sol volvía a dar en el mismo punto. 365 amaneceres, según contó. 365 días. – dijo ilustrando al joven.

- Wow, es un viejo paciente... Esperar todo ese tiempo solo para ver como el sol daba en un mismo lugar. Aunque debo admitir que sigo molesto por lo de mi pata, fue un bruto. – dijo mientras movía su miembro. Kiara reía mientras recordaba ese momento. - En fin, creo que es hora de que me vaya; Kion me pidió que fuera con él a charlar. – dijo mientras se levantaba suavemente.

- ¿Kion? Pero, ¿no era que se llevaban mal? Yo sé que mi hermano puede cambiar de un momento a otro, pero creí que te tenía rabia o algo así. – dijo mientras sopesaba como era la relación de su hermano con Kovu.

- Bueno, hemos estado hablando unas noches y creo que hemos mejorado nuestra relación... - dijo perdido en sus pensamientos.

- ¿Ah, sí? Durante la noche han mejorado su relación, ¿eh? – dijo de forma picarona, insinuando algo que el moreno captó casi que enseguida.

El Rey León: Una HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora