El Rey León: Una Historia

Capitulo 9: La noche no termina como pensábamos (Parte 2)

Capítulo 9 (parte 2)

La noche no termina como pensábamos

- Oye, Kion; ¿sabes dónde está Kiara? – preguntó Kovu, quien se veía un poco nervioso (bien, bien, un mucho)

- Si, tranquilo, está junto con Tiifu viendo cómo pueden arreglar unos problemitas con Zuri; solo quédate aquí, no sería bueno que interviniera nadie de no ser extremadamente necesario. Confío en que lo sabrán arreglar por sí mismas. – dijo confiado por las capacidades de su hermana y de su novia, pero, a su vez, preocupado.

- Ah, sí: Kiara me comentó que hubo un momento algo tenso antes de que nosotros llegáramos. – pensando un poco la situación, comentó una idea a su futuro cuñado. – Me parecería que, quizá, deberíamos obligarlas a pasar un rato más juntas; ya viste que se pasan muchas horas con nosotros y ya casi ni se juntan, cosa que creo que hacían más a menudo antes que nos juntáramos con ellas; ¿no es así? – preguntó para confirmar su idea.

- Si, eso es cierto; creo que les estamos consumiendo mucho tiempo y evitando que sean lo que ellas son. ¡Oye! ¿Ya te dije que me gusta cómo piensas? – comentó Kion apoyando la idea de su cuñado.

- No, pero gracias. – aceptó el cumplido y recordó algo que hasta el momento no había vuelto a pensar... - ¿Conseguiste un regalo para Tiifu? – consultó ante la sorpresa de Kion, quien no se esperaba esa pregunta.

- Si, de hecho, ya lo tenía pensado desde hace algún tiempo; ¿y tú? – preguntó a modo de continuar la conversación, pero vio en Kovu una actitud que no hubiera esperado. Se veía optimista y confiado, pero algo nervioso a su vez.

- Bueno, creo que deberíamos hablar un poco, tengo algo que preguntarte y a los reyes... - dijo mientras caminaba un poco alejado de la reunión.

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     A la vez que ambos machos tenían esta conversación, dos hembras descendían por la ladera de la Roca del Rey.

- ¿Tu crees que Zuri nos escuchara, siquiera? – preguntaba bastante nerviosa y triste una de ellas.

- No lo creo, se que nos escuchará y que todo seguirá bien. Ya lo verás. – dijo la otra tratando de sonar firme y confiada, pero no podía menos que sentirse igual de triste y dolorida que su amiga. La princesa no podía creer que rápido se habían tornado para mal las cosas. Un día, eran el trio inseparable; al otro, ya eran individualidades puras y con una de ellas dolida por la separación de su amistad.

     Tras un rato de descenso tranquilo, ya que el camino no era lo que digamos muy seguro, llegaron a la entrada de la cueva, donde se dispusieron a ingresar.

- ¿Zuri? ¿Estas aquí? – preguntó Tiifu dando un paso hacia el interior de la gruta, pero lo que vio la dejo sin aire. – Oh, por el cielo... - dijo, pero luego sintió un fuerte golpe y cayó inconsciente. La princesa no llevó mejor camino.

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- ¡¿CÓMO QUE HAN DESAPARECIDO?! – gritó el rey a su hijo que, junto a toda la manada estaban buscando desesperadamente a Kiara, Tiifu y Zuri... - ¡Eso es imposible! Alguien se las debe haber llevado. – dictaminó Simba mientras caminaba furioso por la Roca del Rey.

- ¡SEÑOR! Encontramos algo, un rastro. Estoy casi segura que es Zira, pero hay varios olores mezclados, inclusive hay un macho. – dijo una de las leonas de la manada quien salía de la cueva a paso rápido.

- Zira... No puede ser, desde que Kion la expulsó desde las Lejanías no hemos sabido nada de ellas, sin ser por Kovu y su Hermana. – dijo Simba mientras se sentaba mirando a todo el mundo que se había aglomerado a su alrededor.