Capítulo 7: "Comisaria"

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« Siento el peso de mis pies, mis pies pesan más de lo normal, como si cargará algo más en ellos, la deshonra de mi padre en bloques de ladrillos. Comencé a caminar por un túnel, esta todo oscuro, una que otra luz se asomaba y me dejaba ver. Vi una puerta y me entró una curiosidad por ella, caminé en dirección a la puerta, trate de abrirla pero estaba cerrada. Entonces escuché un grito, provenía del otro lado de la puerta, alguien pedía ayuda, la voz es de un hombre, trate de abrir, pero seguía cerrada, los gritos cada vez eran más fuertes, empuje la puerta y comencé a patear la y se abrió, corría a dentro y estaba mi padre con un arma y le disparó al joven. Cerré fuerte mis ojos, mi corazón latía fuerte, tenía miedo de abrir mis ojos, tenía miedo de que mi padre me mate, pero escuché que alguien me susurraba al oído y me pedía ayuda. Abrí mis ojos pero no había nadie, mi padre ya no estaba, pero el cuerpo del joven seguía ahí. Corrí hasta llegar al cuerpo, me agaché para tocarlo, estaba helado, su cara estaba pálida y de su boca comenzó a salir sangre y abrió sus ojos. Me paré rápido y me aleje sin dejar de mirar el cuerpo. El cuerpo también se paró, gire para entrar por la puerta pero ya no estaba la puerta, estaba en un bosque y el cuerpo corría en dirección a mí. Comencé a correr, pero el cuerpo fue más rápido que yo y me voto al suelo. Mi corazón latía rápido no podía moverme y el cuerpo me gritaba pidiendo ayuda, no paraba de gritar que lo ayudara.»

Camila despertó con la respiración agitada, con tanto ruido que había hecho despertó a Elizabeth sin querer. Elizabeth se acercó a ella y le pregunto si estaba bien, le conto lo que había soñado, por suerte era sólo un sueño pero pareció tan real, como el joven le pedía ayuda, el miedo que tenía, todo.

- Camila, si te hace sentir más relajada mañana avisaremos a la policía, y le mostraremos el vídeo del cuerpo. – dijo Elizabeth con un tono compasivo.

Camila no podía hablar, solo asintió con la cabeza y se volvió acostar. Camila no pudo dormir en toda la noche pensando, preguntándose diferentes cosas, replanteándolas y pensando en diferentes cosas para evitar la pesadilla. Se imaginaba que estaba en un bosque lleno de flores, distintas flores y sentía como la calma volvía a su cuerpo.

Al día siguiente bajaron al primer piso, tío Ben y la señora Karen dormían en el sillón como lo hicieron el día anterior. Salieron y le dejaron una nota «no nos esperen para almorzar, llegaremos tarde. Camila y Bet.» Salieron por la puerta principal, ya era medio día, si querían hacer algo productivo tenían que apurarse.

Se dirigieron a la única comisaría que tenía Havley, un joven guapo estaba atendiendo. Mientras Elizabeth hablaba con el joven, Camila se acercó a un mural donde había varios anuncios y fotos de personas «desaparecidos» leyó en voz baja y miro cada una de las fotos, pero paró en una imagen en específica, su corazón comenzó a latir y sentía que todo le daba vueltas, volvió a sentir el mismo miedo que en sus sueños.

- Queremos reportar un delito – Elizabeth se dirigía al policía joven – el otro día.

- Bet – grito Camila.

Elizabeth no la miraba y Camila no podía moverse, apenas podía hablar.

- Espera, bien estamos en el bosque y mi amiga. – dijo sin mirarla.

- Bet. – volvió a gritar Camila.

- Mi amiga vio algo – dijo ignorando a Camila.

- Elizabeth.

El grito fue tan alto que después lleno un silencio en la comisaría. Elizabeth se dio vuelta y vio que Camila apenas podía respirar, cada vez estaba más cerca del suelo. El policía tomo de un lado a Camila y Elizabeth del otro, la llevaron hasta un asiento. El policía se preocupó por Camila al ver que estaba tan mal, y se fue a prepararle agua con azúcar.

Al borde de todas las mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora