Al día siguiente Camila con Elizabeth se levantaron temprano, bajaron despacio las escaleras, en uno de los sillones dormía la señora Karen tapada con una frazada, en el otro sillón dormía tío Ben sin ninguna tapa, salieron de la casa sigilosamente y se dirigieron al colegio. Cuando llegaron estaban todos en clases, entonces se dirigieron a la cancha techada y se escondieron en una altura para poder ver mejor, Camila sacó dos binoculares y Elizabeth llamo a Joan y lo puso en alta voz.
- ¿A dónde estás? – dijo buscándolo por los binoculares.
- En el baño. – Elizabeth le pregunto por qué no estaba en la cancha. – me arden los ojos, ¿es seguro ponerme mentholatum en los ojos? – Camila se rio y Elizabeth le tapó la boca.
- Muy seguro, ahora sale – dijo guitándole por el celular.
Segundos después vieron a Joan, sus ojos estaban rojos e irritados. Todos los alumnos estaban jugando basquetbol, hacían tiros al arco, pero como había sólo dos arcos se dividieron en grupos y el profesor los vigilaba. Joan se fue al grupo donde estaba el profesor vigilando y se preparaba para una retada, hizo la fila y cuando llegó al principio de la fila, tomo la pelota listo para lanzar cuando el profesor lo tomo del brazo, Elizabeth con Camila seguían viendo desde una distancia segura y escuchando atreves de la llamada al celular de Joan el cual seguía en voz alta.
- ¿Qué pasa? – pregunto Joan.
- ¿Por qué tus ojos están rojos?
Joan no dijo nada y sólo negó con la cabeza y se preparó para lanzar. El plan una a la perfección.
- Alto, ¿estás drogado? – Joan sólo lo miro sin abrir la boca – a inspectoría ahora, y no quiero que se vuelva a repetir o quedarás en la banca el próximo partido.
Joan protesto pero luego accedió a ir a inspectoría, el profesor de educación física estaba molesto con Joan. Elizabeth con Camila se miraron y dijeron al mismo tiempo «no es él» habían pensado que como la droga era para deportistas, era obvio que era el profesor de educación física la vendía, pero fallaron y la búsqueda seguiría.
Joan fue a inspectoría, Camila y Elizabeth lo siguieron pero por fuera del colegio, fueron hasta la entrada y observaron con los binoculares para no entrar al colegio. Joan le explico porque el profesor lo había mando a inspectoría.
- ¿estas drogado? – dijo la inspectora más pesada.
- ¿Qué? – dijo entrando la inspectora más simpática - ¿un alumno drogado? – dijo gritando. – eres tan joven para hacer esas cosas.
Se dieron cuenta que ninguna de las dos era, entonces Joan pensó en cualquier mentira rápida. «No estoy drogado. Mi madre en la mañana llevó unas flores que me dieron alergia, mis ojos se hincharon e irritaron y no paraba de estornudar, me compré un mentholatum y me picaba los ojos y me rasque sin darme cuenta que mis manos estaban llenas de mentholatum.» metió su mano a uno de sus bolsillos y lo saco.
Camila y Elizabeth se volvieron a mirar, otra vez dijeron al mismo tiempo «ellas, menos son» luego se largaron a reír, la inspectora le escribió una nota a Joan por si otro profesor no le creía cuando decía que no estaba drogado, volvió a clases, siguieron con su investigación hasta la tarde, pero con cada profesor que se topaba a Joan lo retaban o lo enviaban a inspectoría, ninguno de los profesores que se habían topado con Joan hasta el momento levantaba sospechas.
A la hora de almuerzo pensaron en ir a un lugar cerca a comer, para no perder tanto tiempo y llegar a la hora cuando entren a clases. Llegaron a un pequeño restaurante de comida rápida llamado "sabrosito" y ambas le gustó la decoración que tenía, con grandes artistas del rock. Mientras esperaban sonó el celular de Elizabeth.
ESTÁS LEYENDO
Al borde de todas las mentiras
Misteri / ThrillerDos desconocida que se vuelven amigas, descubren que sus vidas estaba cubierta de mentiras. viven varias aventuras juntas descubriendo a las personas que venden o fabrican drogas, son secuestradas, se enamoran e incluso descubren cosas que jamás pen...