No es muy temprano para estar aquí—me preguntó papá acercándose hasta la orilla de la piscina.
—No podía dormir y me he levantado temprano—me agarré al bordillo con las dos manos y levanté la cabeza para mirarle.
— ¿Por qué no?—mi padre se agachó poniéndose en cuclillas y me acarició el pelo mojado—. ¿Qué te preocupa?
—Nada—mentí—. Es solo que he pasado una mala noche, eso es todo.
— ¿Es por Alejandra?—insistió posando un dedo bajo mi barbilla para alzar mi cabeza y poder mirarme a los ojos—. Sé que algo pasó ayer por que estuvisteis muy raros en la cena.
—Sí, discutimos—admití—. ¿Y sabes qué?, no hubiera pasado si no le hubieras pedido que intercediera entre Alain y yo, eso no es asunto suyo.
Me aparté de mi padre bruscamente y me metí bajo el agua, buceé hasta la otra orilla para librarme de él, cosa que no pasó.
—Lip, vuelve aquí—me pidió. Yo pasé de él, al menos hasta que su tono se endureció—. ¡Ahora!
Me mordí la lengua, bastante molesto, y me giré para volver a nadar hasta quedar de nuevo frente a mi padre, esta vez un poco más alejado del bordillo.
—Sí le pedí eso a Alejandra fue por que estoy preocupado—admitió—. Tú nunca te habías comportado así con Alain, y de verdad que creo que tú hermano no se merece esto.
— ¡Tú no sabes nada!—le grité—. Él no es tan inocente como creéis.
Mi padre se paró de repente como si le hubiera lanzado un puñetazo a la cara y se cruzó de brazos frente a mí, con una cara de enfado más que evidente.
—Pues entonces te aconsejo que empieces a hablar—me advirtió—. Por que estoy muy disgustado.
Bajé la mirada y comencé a negar con la cabeza, de repente una lágrima se escapó de mis ojos y chocó contra el agua.
—Él se fue cuando más lo necesitaba—murmuré.
—Sal del agua—me ordenó.
Poco a poco fui caminando hasta las escaleras y salí de allí lentamente, una vez fuera, él me arropó con una toalla como cuando era un niño. Una vez cubierto con la toalla, me separé de nuevo, pero él se acercó otra vez a mí y me acarició la cara.
— ¿Qué te está pasando, cielo?—me rogó con la mirada más azul que yo había visto en toda mi vida—. Cuéntamelo, por favor.
Desvié la mirada hacia un lado y suspiré sollozando, me sentía como nunca antes me había sentido, como si mi perfecto mundo de lujos no valiera ahora nada, me sentía un extraño en mi propia vida.
—Elena me engañó, papá—le miré y dejé que las lágrimas corrieran por mi cara, sin pararme a pensar en el sufrimiento que eso causaba a mi padre—. Jugó conmigo todo el tiempo, ella...ella ya salía con alguien cuando yo la conocí.
—Oh, cariño—mi padre volvió a acariciarme la cara, restregando a su paso las lágrimas en mi cara—. Cuanto lo siento, sé lo mucho que te gustaba esa chica.
—Yo la amo, papá—rectifiqué—. Me he enamorado de ella, y no sé...no sé como borrarla de mi mente, y me estoy muriendo de dolor, me duele, papá, me duele mucho, y él tenía que estar aquí, apoyándome, diciéndome que todo va a salir bien, pero no está, se ha marchado...
—Lip...—susurró con tristeza.
— ¿Por qué, papa?—inquirí atormentado—. ¿Por qué todo el mundo se acerca a nosotros para conseguir algo?, ¿Qué pretendía Elena con este engaño... dinero... que yo le regalara cosas? no le importó hacerme daño para conseguir vete tú a saber el qué...
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CRÓNICAS STEIG "LIBRO DOS"
Teen FictionLAS AVENTURAS DE BAY Y LIP CONTINUAN CON SUS HIJOS